Las conversaciones entre la Comisión Europea y las autoridades chinas no han sido todo lo productivas que esperaba el ejecutivo comunitario. Por ello, Bruselas ha aprobado este jueves aranceles de hasta el 47,6% para la importación de coches eléctricos chinos. La medida entrará en vigor este viernes y lo hará de forma temporal, durante cuatro meses, hasta que a finales de octubre los gobiernos de los estados miembros de la Unión Europea la puedan aprobar o rechazar.

Los aranceles son la conclusión de una investigación que inició la Comisión para determinar si las empresas chinas estaban siendo subsidiadas y esto les permitía competir en el mercado global con mejores condiciones. Tras meses de intercambios de documentación, Bruselas ha identificado que estos subsidios se producen en todos los niveles de la administración y en toda la cadena de producción del coche eléctrico.

El objetivo de estas nuevas tasas no es la de evitar las importaciones, expresan fuentes de la Comisión, sino que se produzcan en un terreno de juego justo para todos los actores que participan en el sector.

Hasta ahora estas importaciones ya tenían una tasa del 10% y la Comisión defiende que pese a incrementar estos porcentajes, la Unión Europea seguirá siendo un mercado atractivo, puesto que los aranceles están aún por debajo de lo que lo estarán en Brasil, en Turquía o en Estados Unidos.

Ese 10% se suma al 17,4% que Bruselas ha impuesto a las importaciones de BYD -una de las marcas patrocinadoras de la Eurocopa 2024-, del 19,9% para Geely y del 37,6% para SAIC. Otras compañías que la Comisión considera que han cooperado durante la investigación pero que también recibieron subsidios tendrán que afrontar una tasa del 20,8%. Para las que eligieron no cooperar, será del 37,6%.

Cabe señalar que los aranceles se aplicarían a todos los coches eléctricos que se importen a la Unión Europea fabricados en China. No importa la nacionalidad del fabricante -Volkswagen tiene una Joint Venture con Sayc-, ni tampoco el capital de la compañía, lo que determina que el coche tenga más impuestos en el mercado europeo es que haya sido fabricado en China. En esta línea, tampoco se aplican aranceles a coches fabricados en Europa por fabricantes chinos, como podría ocurrir en la planta que Chery ha puesto en marcha en Barcelona.

Fuentes del ejecutivo comunitario han explicado que estas cifras difieren ligeramente de las reveladas el pasado 12 de junio cuando la posibilidad de que entraran en vigor se puso encima de la mesa. El motivo de los ajustes han sido revisiones de los cálculos, que tienen en cuenta las cantidades recibidas por las empresas, así como su facturación.

En dos semanas, los estados miembros votarán acerca de estos aranceles, aunque será una consulta no vinculante. Después la Comisión Europea abrirá un periodo de consultas hasta que los países se pronuncien y estas medidas puedan pasar a ser definitivas -durante cinco años- o se retiren. Países como Alemania son reticentes a este tipo de medidas que sí apoya Francia, por ejemplo.

Bruselas señala que de no tomarse medidas, la pérdida de empleo para el sector en la Unión Europea sería de más de 2,5 millones de puestos de trabajo directos y más de 10,3 millones de puestos indirectos. Fuentes de la Comisión consideran que los aranceles, de momento provisionales, tendrán un impacto moderado para el precio que pagan los consumidores. Estima el ejecutivo comunitario que solo una parte de los aranceles se trasladará al precio final, pero reconocen que esto dependerá de cada fabricante.

“Seguimos trabajando intensamente con China para encontrar una solución mutuamente aceptable. Cualquier resultado negociado de nuestra investigación debe responder clara y plenamente a las preocupaciones de la UE y respetar las normas de la Organización Mundial del Comercio”, indicó el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis.