Marruecos ha desvelado el diseño del Gran Estadio Hasán II de Casablanca, la instalación con la que persigue arrebatar a España la celebración de la final del Mundial de fútbol de 2030.

El diseño final corre a cargo del estudio británico Populous -especializado en estadios de fútbol y la firma detrás de, por ejemplo, el de Lusail, una de las instalaciones del Mundial de Qatar 2022- y ha sido filtrado por la prensa oficialista marroquí. Los medios del régimen alauí lo presentan como "el estadio más bonito y grande del mundo". Lleva el nombre de Hasán II, el padre del actual monarca Mohamed VI y el urdidor de la Marcha Verde que ocupó en 1975 el Sáhara Occidental, hasta entonces provincia española.

El nuevo espacio se construirá en la zona de Benslimane, en las afueras de la capital comercial de Marruecos, en una superficie de 100 hectáreas, y aspira a acoger la final del Mundial de 2030, una candidatura inicialmente de Portugal y España a la que se sumó más tarde Marruecos en sustitución de Ucrania, apeada por los casos de corrupción de su federación. El estadio podrá albergar a 115.000 espectadores, lo que -según Marruecos- "lo convierte en el más grande de la historia del fútbol mundial". El diseño recuerda a alguno de los levantados en Qatar para el Mundial, inspirados en la tradicional jaima o tienda del desierto.

El plácet final al diseño se ha producido este miércoles en la reunión de Fouzi Lekjaa, presidente del Comité de la Copa Mundial y el ministro del Interior, Abdelouafi Laftit. La previsión de las autoridades marroquíes es que las obras del estado estén concluidas a finales de 2028 para albergar primero la Copa Mundial de Clubes en 2029 y la organización del Mundial un año después. La semana pasada la FIFA confirmó que a España le corresponderá 11 sedes; 6 a Marruecos; y 3 a Portugal.

Diseño del estadio Hasán II de Casablanca.

Liderazgo marroquí del Mundial

Desde hace un año Marruecos ha tratado de acaparar el liderazgo del Mundial. Filtró el logotipo inicial del torneo y no ha ocultado en ningún momento que su objetivo final es llegar a celebrar en su territorio la final de la competición. Portugal ya ha anunciado su renuncia a acoger el último encuentro y España tiene como posibles candidatas el Santiago Bernabéu y el Camp Nou.

Hace meses fuentes de la federación española de fútbol reconocieron a El Independiente cierta incomodidad por las ansias de protagonismo de Rabat pero lo achacaron a la propia naturaleza de Marruecos, una dictadura en la que nada se mueve sin la orden y el plácet del rey Mohamed VI y el majzén, la corte palaciega que rige el país en mitad de las prolongadas ausencias del monarca. A esas diferencias se atribuyeron, por ejemplo, los comunicados publicados desde Marruecos en los que se atribuye al liderazgo y la clarividencia de Mohamed VI el logro del Mundial en un lenguaje y una puesta en escena que sorprende y molesta en suelo europeo.

El enésimo rifirrafe tuvo como protagonista al logotipo de la candidatura, el que guiará los primeros años desde la designación definitiva en diciembre de 2024 hasta el definitivo que escogerá la FIFA. La prensa marroquí filtró en diciembre un emblema que usaba los colores de los tres países y que lleva como lema “Yalla Vamos 2030”. Meses después, fue presentado en sociedad como el logotipo definitivo.

La candidatura tripartita tiene una historia breve pero accidentada. En octubre el presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF), Faouzi Lakjaa, expresó su deseo de que la final de la Copa del Mundo de Fútbol se celebrara en el nuevo estadio de Casablanca. Unas declaraciones que fuentes consultadas por este diario consideran “sacadas de contexto”. Ni siquiera se conocen los estadios que aportará cada país. Tampoco si Marruecos, en un intento de buscar reconocimiento internacional, optará por incluir instalaciones en los territorios ocupados del Sáhara Occidental aunque los exigentes criterios de la organización -el número de hoteles o la existencia de un aeropuerto internacional cercano- podrían impedir la aspiración marroquí.

Otro de los temas tabú de momento es el mapa que acompañará al dosier que la candidatura tiene que presentar a la FIFA el próximo junio. Marruecos tratará de que se incluya una cartografía que respalde la ocupación del Sáhara Occidental, la ex colonia española que desde 1975 ocupa Rabat y que se trata, conforme al derecho internacional, en el último territorio africano por descolonizar.