El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido no mover ficha en esta reunión y ha mantenido los tipos sin cambio en el 4,25% (el tipo de interés de las operaciones principales de financiación). También ha tocado los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito que se mantendrán sin variación en el 4,50 % y 3,75 %, respectivamente.

De esta manera, Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha cumplido con lo esperado por el mercado. El organismo ha optado por esperar después de que en la reunión del mes de junio bajase los tipos en 25 puntos básicos y ver cómo evoluciona la economía y la inflación, antes de seguir relajado la política monetaria.

Con esta nueva pausa, Lagarde pasa la pelota a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), que tiene reunión de política monetaria la semana que viene. Desde el país americano todavía no han rebajado los tipos y es poco habitual que sea el supervisor del Viejo Continente quien mueva ficha primera, aunque en esta ocasión sí que lo hizo con la bajada del mes de junio.

En el comunicado, el BCE explica, como es habitual, que sus decisiones se basarán en su evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los datos económicos y financieros entrantes, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria” y deja claro que no se compromete de antemano con ninguna senda concreta de tipos.

Según apuntan desde el organismo, las previsiones de inflación se mantienen en línea con lo esperado, pero añaden que hay algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayor parte se han mantenido estables o han descendido en junio.

En un comunicado algo más corto de lo habitual, el supervisor europeo vuelve a insistir en que tienen la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo. También reitera que mantendrá los tipos de interés oficiales en niveles "suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo".

La decisión sobre los tipos de interés del BCE llega un día después de que Eurostat confirmase que la tasa de inflación de la zona euro se situó en junio en el 2,5% interanual, una décima por debajo de la subida de los precios observada en mayo, aunque el encarecimiento de los servicios se mantuvo estable en el 4,1%, así como la lectura del 2,9% de la tasa de inflación subyacente.