La primera semana de divorcio político entre Vox y el PP se ha saldado con un discurso más duro de los ultraconservadores contra su exsocio, al que acusan de haberse lanzado directamente a los brazos de Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno. Y manteniendo el mismo tono bronco contra él. Diversos acontecimientos han servido al partido de Santiago Abascal para cargar contra Génova. Desde el propio consenso para la reubicación ordinaria pendiente de abril de menores migrantes no acompañados, pasando por el acuerdo de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de la Junta Electoral Central, y las votaciones en el mismo sentido de los senadores autonómicos de Cataluña y los vicepresidentes de la Eurocámara. "Vetando a Vox" y a su grupo europeo en ambos casos. Igualmente, se menciona el voto favorable a Ursula von der Leyen, a quien tachan como la candidata común de ambas fuerzas.

El ejemplo de este tono se dio durante la intervención de Abascal, este miércoles pasado, en el Congreso de los Diputados. Si bien el diputado empleó la mayoría del tiempo para arremeter contra Sánchez, objeto de atención al comparecer para rendir cuentas de las reuniones del Consejo Europeo y el tímido anuncio del "plan de regeneración democrática" que afectará a los debates electorales, las injurias y, especialmente, a los medios de comunicación, unos cinco minutos del tiempo, un tercio del total, fue destinado a marcar distancias con Alberto Núñez Feijóo. De ello dieron constancia fuentes populares, en conversaciones con El Independiente. Abascal le cuestionó sus pactos "en todo" con el PSOE. Y haciendo suyas las palabras expresadas por Feijóo, le espetó: "No es ético ni estético".

La inmigración sigue siendo el mayor eje de distinción que puede tener Vox con el PP. Y el compromiso, aprovechando la coyuntura que viene por delante en lo que queda de verano, con miles de llegadas previstas de forma ilegal a las costas españolas, es el mejor contexto para que se aproveche. Ello, sin renunciar tampoco a otras causas como las derivadas de la amnistía o la causa abierta contra Begoña Gómez, mujer de Sánchez, por dos supuestos delitos: tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

El tema migratorio, en todo caso, ha provocado fisuras dentro del partido evidentes por las afirmaciones hechas públicamente, pero también por falta de comprensivita de barones como el valenciano Vicente Barrera, que así lo expresó en el cónclave previo al anuncio de ruptura. Un pequeño cisma, aunque sin apenas repercusiones notables aparentes como en otras ocasiones anteriores, con, por ejemplo, Macarena Olona. Fuentes consultadas del partido aminoran el impacto de la situación y remarcan que, o son salidas menores, o que esto viene bien para que los que se quedan en Vox tengan afinidad real con las ideas del partido. "Es bueno que uno se pare a replanteárselo", consideran. Que el combate a la inmigración ilegal es un supuesto cuando uno se afilia a Vox es un hecho. Ahora bien, la justificación de que el PP se ha saltado esa línea roja ha exaltado a los hasta ahora consejeros de tres regiones: Extremadura, Castilla y León y la Comunidad Valenciana.

La mayoría de consejeros de Vox estaban en contra de la ruptura por el tema migratorio. Todos los de Agricultura

El primero en hablar fue Ignacio Higuero, quien seguirá gestionando la cartera de Gestión Forestal y Mundo Rural junto al PP, como independiente. Desde la órbita del partido a él se le ha tachado de proceder de los populares y, ahora, volver a sus orígenes. Higuero denunció que el problema había sido que Vox había cambiado "las reglas" a mitad del juego. Y recalcaba, certeramente, que en los pactos, así como el extremeño, no se incluye ninguna medida sobre inmigración. Vox, que rebajó la defensa de que en esos pactos se incluyen ese compromiso a que se da por entendido cuando hay consenso en combatir la inseguridad o las mafias de tráfico de personas, entiende que quien se queda, también trabajadores técnicos y de direcciones generales, es por tema económico. Algo que comprenden. Abascal dijo: "Muchos dejaron sus trabajos y solo ha pasado un año de legislatura".

El que podía quedar como un caso aislado, se multiplicó. Aunque ya con ceses de los barones del PP a esos consejeros, y posteriores peticiones de baja. En Castilla y León, fuentes apuntan a que Juan García-Gallardo no estaba por la labor de romper. Lo vislumbra la salida de todos los integrantes puramente de Vox del partido, el consejero de Comercio, Industria y Empleo, Mariano Venganzones, y el de Agricultura, Gerardo Dueñas, ambos con perfiles muy técnicos [Gonzalo Santonja, que seguirá en Cultura con Mañueco, era independiente].

A ello hay que sumar el desacuerdo del aragonés, exconsejero de Agricultura, Ángel Semper, quien después de darse de alta como militante de Vox el 2 de julio, se dio de baja el 12, la misma noche que se acordó la ruptura. "El partido se ha tirado a la papelera como si fuera un kleenex", dijo en una entrevista en El Periódico de Aragón. Y la exconsejera de Justicia e Interior valenciana, Elisa Núñez, que, además de darse de baja, ha criticado una "deriva radical" del partido y ha reprochado la salida del grupo europeo de Giorgia Meloni. Su hasta hace una semana compañero, José Luis Aguirre, con cartera de Agricultura, también se mostró en desacuerdo con la ruptura, pero se mostró comprensible a acatar, dijo, las órdenes. A estas salidas, se suman dos concejales municipales.

La respuesta: más dureza

Lejos de rectificar, la directriz ha sido clara: aumentar la presión contra Sánchez, pero de forma directa contra Feijóo. Que quede claro que los objetivos siguen siendo los mismos. Que hay cohesión en torno a las directrices programáticas tras esas críticas. En conversaciones con líderes de la formación, se acredita ese compromiso. En la rama migratoria, para diferenciarse y reivindicarse más, pero también en relación al caso Gómez. Este jueves se vio claro respecto al primer elemento. El PP llevaba desde finales de mes, y casi al inicio del órdago de Vox, virando hacia un discurso más contundente. Aunque jugando la baza de ir contra el PSOE, denunciar su "inacción" en materia de inmigración a diferencia de otros países de la UE como Grecia o Italia, pero, a la vez, desmarcarse de recetas "populistas" que achacan a Abascal.

Este digital dio cuenta de ese compromiso, según fuentes populares. De reabrir el debate migratorio en el seno del PP, un tema pese a todo espinoso por la competencia con Vox, pero que razonaba a: "Si no lo abordamos, acabamos como Francia con la ultraderecha". En pleno auge del partido de Marine Le Pen, posteriormente frustrado por el voto de contención, en las legislativas francesas. Se hizo tras la negativa del PP, como publicó El Independiente, a apoyar una iniciativa de Vox un mes antes para desplegar una misión naval de vigilancia costera desde Mauritania a Melilla a propuesta de Vox. Y después de que, trascurrido ese tiempo, Miguel Tellado, el portavoz parlamentario, pidiese al Gobierno utilizar todos sus recursos para combatir a las mafias. Incluida la Armada. Una propuesta de Vox de mediados de 2020 que el propio AJEMA de la institución rechazó, comprometiéndose con las labores de socorro marítimo y traslado a costas.

Tras ese giro aparente y oponerse a la iniciativa del PSOE, Sumar y Coalición Canaria para la reforma de la Ley de Extranjería, pero haber mostrado "solidaridad" en las acogidas ordinarias de menores, Vox ha registrado una iniciativa no de ley en comisión que pide al Gobierno mayoritariamente cuestiones defendidas estas semanas por el PP. Once puntos entre los que se encuentran "tomar todas las medidas necesarias para combatir la inmigración ilegal"; "luchar contra las mafias" y "aumentar las penas" contra los delitos de tráfico de personas; "reforzar las fronteras, dotar de medios a las fuerzas de seguridad del Estado y facilitar la implicación de Armada"; "bloquear rutas como la canaria". Algo que coincide con lo expresado por los populares. Ahora bien, se incorporan tres puntos que pueden provocar diferencias con ellos y un voto negativo: "más presencia de seguridad en los barrios", la menos comprometida; "campañas de comunicación institucional para concienciar de las consecuencias de las entradas" ilegales; y obligar a los medios a que mencionen la "nacionalidad" y la "autoría" de "ilegales" que cometan "crímenes". De suceder, se podrá abonar la crítica a Feijóo.

Hay tres puntos más polémicos que pueden presionar al PP para que emita un voto negativo

Figuras clave del partido incidieron en el acercamiento del PP al PSOE en materia migratoria. El secretario general de Vox en el grupo del Congreso, José María Figaredo, presentó la propuesta el jueves. El mismo día, el europarlamentario Jorge Buxadé arremetió contra las políticas migratorias europeas y el consenso de populares y socialistas en torno a Ursula von der Leyen. "Europa ha acogido a 230.000 ilegales. Ha impulsado el Pacto Verde, un expolio para los trabajadores con la excusa de proteger el medioambiente. Que ha ejecutado un plan de despidos masivos. Y dado 600 millones al campo marroquí, que nos ha traído 47 alertas sanitarias". Incluso Javier Ortega Smith arremetía contra José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso por colaborar.

Por otro lado, desde ayer se deja constancia de que, pese a que el PP se ha focalizado durante meses en la mujer de Sánchez, "no la ha llamado a la comisión del Senado" como les pidió Vox. De hecho, Feijóo dio la mayoría del protagonismo en la sesión del miércoles a Gómez. Especialmente tras pedir la Complutense que se investigue si hubo "apropiación indebida" al registrar a su nombre un software que patentó parcialmente la UCM. Pero, sin embargo, no están personados en la causa que investiga el juez Juan Carlos Peinado. Vox sí es acusación popular y, para marcar más distancia con el PP, alentando ese marco discursivo de que el acercamiento a Sánchez es máximo, Vox pedirá que Sánchez testifique en la instrucción madrileña. Un golpe de efecto ante la falta de explicaciones, dicen, y ante las reticencias del PP a convocarla a ella o al propio presidente en la comisión del Senado.

Se prevé que el tono bronco siga patente en los próximos plenos extraordinarios de este mes de julio. Especialmente el del martes, con entre otros la toma en consideración de esa reforma migratoria propuesta por el Gobierno. La intencionalidad es la de desgaste máximo al PP, ante cualquier posible convocatoria electoral anticipada en los próximos meses. Sobre todo, el ojo está puesto en Cataluña. Ante una posible repetición electoral y el eje migratorio como clave en la campaña que permitió a Ignacio Garriga resistir con 11 escaños pese a quintuplicarlos el PP, de 3 a 15.