Las subcontratas que dependen de Telefónica, Másorange y Vodafone atraviesan un complejo momento. Tras la inversión milmillonaria de las grandes operadoras para extender sus redes de fibras, este 2024 estas empresas se han dado de bruces con la realidad y han experimentado un parón en sus cifras de negocios en el primer semestre del presente año.

Esto, tal y como explican fuentes conocedoras de la situación, se ha plasmado en que las principales empresas especializadas en tirar la fibra óptica a lo largo de la geografía española, hayan comenzado a ejecutar los primeros despidos por la falta de ingresos. En conversación con este periódico, alegan que desde finales del primer trimestre “Telefónica, principalmente, ha paralizado inversiones y eso ha repercutido negativamente en el negocio de las subcontratas”. Dos de las grandes damnificadas en esta situación son las compañías Zener y Cobra.

Fuentes cercanas a las operadoras admiten que “esta menor inversión es normal que se produzca, después de que España haya liderado en Europa” el despliegue de fibra óptica. España es líder mundial en conexiones por fibra, como corroboran los datos del FTTH Council Europe, asociación que impulsa el despliegue de estas redes.

Según sus datos, en 2022 (últimos datos disponibles) había 22 países en todo el mundo con una tasa de penetración de esa tecnología superior al 50%. En Europa, sólo siete países superan esa cobertura, liderados por Islandia (76,8%), España (73,5%), Portugal (71,1%), Suecia, Noruega, Rumanía y Francia. Además, de acuerdo a las cifras de la consultora Nae, hay 3,3 operadores de cable de fibra óptica por hogar en zonas urbanas y 1,7 en zonas rurales, lo que sitúa a nuestro país como una de las líderes en inversión en conectividad.

Fuentes de las grandes operadoras remarcan que “el tablero ha cambiado” y que si en los años anteriores Telefónica, Orange y Vodafone tenían una hoja de ruta establecida para crecer de manera individual, el contexto “ha cambiado” radicalmente y las propias compañías pretenden unir fuerzas con una menor inversión en la extensión de redes fijas, provocando que las subcontratas especializadas en el tendido obtengan menos ingresos y menos proyectos.

Las fusiones y la madurez, claves

Pero, ¿qué ha ocurrido para que España haya pasado de ser líderes a echar el freno de mano? Fuentes del sector de las telecomunicaciones argumentan que han convergido “varios factores determinantes” para que la inversión en fibra óptica se haya reducido drásticamente en los últimos tiempos.

El primero de ellos es el de la consolidación del mercado. Las fusiones y adquisiciones que se han producido en el sector de las telecomunicaciones ha propiciado que haya una significativa ralentización en las inversiones. Conviene recordar que Orange y MásMóvil unieron sinergias para crear la mayor operadora por número de clientes. Ambas empresas mantenían políticas de instalación de fibra por separado en los mismos territorios, algo que no va a suceder tras el acuerdo. Además, como apuntan las fuentes consultadas, se espera que en los próximos meses se vayan a producir nuevos movimientos en torreras y fiberco, algo que pondrá en stand by las nuevas inversiones.

La madurez de la extensión en la fibra es otro hecho determinante para corroborar los efectos negativos que están sufriendo las empresas encargadas de llevar a cabo los proyectos de instalación de fibra óptica. Como se mencionaba anteriormente, España ha liderado el mercado por lo que quedan cada vez menos poblaciones para llevar puntos de esta tecnología a los hogares.

“Las operadoras han echado el freno de mano porque se han dado cuenta de que se ha sobreinvertido en fibra óptica”, argumentan dichas fuentes. No obstante, remarcan que habrá aún oportunidades puesto que empresas como Digi, que ha irrumpido recientemente en el mercado nacional, apuesta por tener redes propias, si bien ha llegado a acuerdos con Telefónica para alquilar su infraestructura.

En cualquier caso, las subcontratas podrían seguir ingresando en la fibra óptica rural o en la extensión de las redes móviles como es el caso del 5G o el 6G. “El mercado de las telecomunicaciones siempre ofrece posibilidades, pero es cierto que estamos en un momento de incertidumbre”, arguyen.

Descenso de inversión

Este 2024 ha venido a corroborar lo que ya se inició en 2023, con las operadoras que tienen negocio en España con una capex a la baja. Por ejemplo, Telefónica redujo esta ratio un 4,1% durante el ejercicio del año pasado, si bien en España lo aumentó para “para alcanzar el objetivo de cierre del cobre minorista en abril de 2024”.

Orange, antes de operar de la mano de MásMóvil, registró un descenso de inversión de hasta el 6,7% el año pasado, con un montante neto de 6.815 millones de euros. Vodafone, al igual que las otras dos grandes empresas del sector de las telecomunicaciones, se anotó un 3% menos de inversión, con un total de 3.400 millones de euros.