Junts ha lanzado este jueves una nueva advertencia a los socialistas, a los que ha amenazado con impedir la aprobación de los próximos presupuestos generales si el Gobierno no cede en la concesión de un concierto económico para Cataluña. Tras tumbar en el Congreso la senda de gasto del Gobierno, el paso previo para la aprobación de presupuestos, el partido de Carles Puigdemont se ha lanzado a defender ese voto en base a los pobres datos de ejecución presupuestaria del Gobierno en Cataluña, e intentar desligarlo de las negociaciones de ERC y PSC para investir a Salvador Illa.

"Si Cataluña no tiene la llave de la caja España no tendrá presupuestos" ha advertido el diputado de Junts Salvador Vergés este jueves, en el debate sobre dos decretos del Govern sobre residencias concertadas y financiación de las depuradoras de agua. "Anóteselo señor Illa y mande un mensaje al señor (Pedro) Sánchez" para advertirle, ha añadido retador.

Vergés se ha escudado en los datos de ejecución presupuestaria de 2023, para defender el no de Junts en el Congreso. El diputado de Junts ha tachado a los socialistas de "cínicos" porque "no luchan contra el espolio fiscal y un déficit de inversión que si en últimos años se situaba en una media del 60% en 2023 fue del 45% en Cataluña y 240% en Madrid. Si esta es su manera de defender a los catalanes estamos arreglados" ha concluido.

Negociación de investidura

Vergés no ha mencionado en ningún momento las negociaciones entre PSC y ERC, per su discurso parecía pensado ya para un futuro gobierno socialista en la Generalitat. Una posibilidad ante la que el independentista ha dejado claro que las consecuencias se verán tanto en el Parlament como en el Congreso, al advertir que "nosotros defendemos a los catalanes donde toca".

"Esta votación" le respondía la socialista Sílvia Paneque, "ha supuesto una pérdida para Cataluña de 500 millones de euros y le recuerdo que su grupo votó al lado de PP y Vox". Paneque ha afeado a Vergés que se "erija en máximo defensor de Cataluña" con una votación que perjudica a las arcas autonómicas y que lo haga "en tono amenazador" y en "un debate que no toca".

Voto de Puigdemont

El primer pleno de la investidura catalana ha servido así para vislumbrar la nueva división de fuerzas del Parlament, en el que el PSC será tan duramente castigado por la bancada de Junts como desde los escaños de PP y Vox. Unos discursos que no han impedido que los socialistas sumaran sus votos a los de Junts, ERC, Comunes y CUP para reformar el reglamento de la cámara, que permitirá a partir de ahora el voto delegado de Puigdemont desde Waterloo.

La reforma, tramitada por vía exprés, regula llega tras el dictamen del Tribunal Constitucional que anulaba la delegación de voto de Lluís Puig en la pasada legislatura catalana. El concurso de los socialistas era fundamental para sacar adelante la reforma, que necesita mayoría absoluta para salir adelante, pese a que fue el PSC impugnó en su momento la delegación del voto de Puig.