París ya tiene la llama encendida. La capital francesa ya es oficialmente ciudad olímpica. Aunque algunas disciplinas ya han arrancado con sus primeras fases, como el fútbol, el rugby o el balonmano. Cosas del deporte moderno y de la parafernalia de los organizadores.

Tal es el punto de innovación que, por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, la inauguración se ha celebrado fuera del estadio olímpico. Seis kilómetros de recorrido por el río Sena, delante de 300.000 personas y 90 barcos que transportaban a todos los olímpicos por las aguas, ya no tan sucias (o así lo han hecho manifestar los políticos franceses) del majestuoso río que divide en dos París. Un París que lució como pudo a base de música, luces y espectáculo que ni siquiera frenó un imponente aguacero.

Y es que la lluvia arruinó gran parte de la foto con la que soñaba París y el COI. Un Sena iluminado con los últimos rayos de sol. Una instantánea que la organización la vendió a bombo platillo y que, finalmente, no pudo hacerse. Pero ya se sabe... "al mal tiempo, buena cara". Y las sonrisas no faltaron en los barcos.

Pero la impresionante ceremonia de los JJOO, la mejor de la historia como se suele decir cada cuatro años, también ha dejado un día de sombras para París. Hasta 45.000 agentes de las fuerzas del orden han supervisado esquina a esquina de la ciudad para que los sabotajes o posibles atentados (Francia está en el nivel máximo de alerta) no se produjeran. Esto ha conllevado a que cientos de miles de habitantes hayan tenido problemas de movilidad y no pudieran moverse de sus barrios al estar cerrado el tráfico y los medios públicos de autobús y metro.

Además, Francia se despertó con un sabotaje en las líneas de alta velocidad. La empresa nacional francesa de ferrocarril (SNCF) denunció este viernes "un ataque masivo" que intenta paralizar su red de trenes de alta velocidad (TGV) y que afecta a tres de las cuatro líneas de París. Los ataques han consistido en incendios en las proximidades de las vías junto a elementos técnicos que han sido dañados, lo que hace pensar que los autores, además de coordinados, tienen conocimientos técnicos. A pesar de los intentos de los técnicos más de 800.000 pasajeros han tenido que esperar largas horas para poder iniciar sus viajes, la gran mayoría con destino a París.

Lejos de la controversia, el show comenzó a las 19:30 horas exactas. Pocos deportistas en la historia del deporte como Zinedine Zidane podrían haber escenificado los valores de Francia y, precisamente, fue la primera figura reconocible en aparecer en la ceremonia. Bajo las vías del metro francés, el ex madridista inició el último recorrido de la antorcha.

Bajo un juego de botes de humo con los colores de la bandera francesa, echó a andar de manera oficial los Juegos Olímpicos. El primer barco que cruzó el Sena, en honor al olimpismo, fue para Grecia, seguido de los atletas refugiados. Los primeros surcos de las embarcaciones dejaron paso a una de las actuaciones más esperadas. Lady Gaga, en una actuación de revista francesa, se animó con el piano, con las plumas y con los tacones bajo la atenta mirada de millones de personas para, más tarde, dar paso a los bailes del Moulin Rouge.

Los conciertos, los espectáculos de luz y sonido se sucedieron a la vez que la lluvia hizo su presencia. Para cuando la noche cogió el testigo, la espectacularidad de la capital del deporte recobró fuerza y la Torre Eiffel, la Catedral de Notre-Dame, el Louvre o la Casa de Francia se colgaron las medallas de oro.

En pleno griterío de las 300.000 gargantas, el silencio se escuchó en toda París cuando la mezzosoprano Axelle Sant-Cirel entonó el himno de la Marsellesa ante la atenta mirada del todavía presidente Macron a mitad de la ceremonia, en un capítulo dedicado a la labor de las mujeres en el deporte y en la historia de Francia.

Tras otros tantos conciertos y el final de los paseos en barco tocó el turno para la discoteca improvisada en pleno río. Música que penetraba hasta el último milímetro de los tímpanos, ropa estridente y una puesta en escena compleja de entender para un evento deportivo. ¿Y de los deportistas? Ni rastro.

Rafa Nadal, historia de los JJOO

Tan solo al final de la gala pasada por agua, en todos los sentidos, aparecieron los principales atletas a la par que se entremezclaba un vídeo con las grandes leyendas históricas deportivas.

Por último, y antes del momento más esperado con el encendido de la antorcha, los actos protocolarios cerraron el evento. Mucha corbata y poca voz para las mujeres, olvidando el episodio dedicado a ellas tan solo unas horas antes. Los discursos (masculinos) estuvieron plagados de mensajes repetitivos de paz, valores deportivos y fraternidad. Al menos, que dure para las próximas tres semanas.

Y al filo de las once de la noche. Fue Zinedine Zidane, el protagonista del inicio de la gala, el que iniciara los últimos kilómetros para inaugurar estos Juegos Olímpicos. Pero la gran sorpresa se hizo esperar. El ex jugador francés cedió el testigo a Rafa Nadal, que llevó durante buena parte del recorrido la antorcha desde el Trocadero hasta la siguiente parada, con el Sena como testigo. El tenista, a su vez, concedió el artilugio de fuego a otras leyendas francesas como Tony Parker o Mareusmo.

España, en el barco de Estonia

Nuestros atletas tocaron agua a eso de las 20:30, con nuestros abanderado Marcus Cooper y Tamara Echegoyen y el resto de delegación compartieron barco con Estonia. Eso sí, algunas de las estrellas decidieron no subirse para el paseo por el Sena debido a que este sábado ya tienen debuts importantes, como es el caso de Rafa Nadal o Carlos Alcaraz. Ambos tenistas van a jugar juntos en el cuadro de dobles masculinos y son seria opción de poder tocar metal en los Juegos Olímpicos de París, tierra que conocen ampliamente debido a sus peripecias en la arcilla de Roland Garros.

"Me resulta muy complicado describir las emociones, pero creo que para los dos es un honor y un orgullo encabezar este pedazo equipo, esta delegación española, y empezar a competir en Paris 2024. Es una oportunidad de disfrutar de una manera diferente el inicio de los Juegos Olímpicos, que para mí ya tienen un broche dorado", señaló en una rueda de prensa ofrecida junto al Comité Olímpico Español (COE) a pocas horas de desfilar en una ceremonia diferente por ser en el Río Sena y no en un estadio.

Con el pebetero encendido (y con broche final de Céline Dion), toca disfrutar. Disfrutar del deporte, de nuestros olímpicos y del resto de delegaciones. Porque qué sería de la vida sin el atletismo, sin el baloncesto, sin la natación, sin el tenis o sin el fútbol.