Stalin decía que "los que votan no deciden nada, los que cuentan los votos lo deciden todo". En Venezuela se ha confirmado que Stalin tenía razón. Mientras cuente los votos, Nicolás Maduro nunca va a perder en las urnas. ¿Aceptarán los venezolanos con resignación un nuevo mandato de seis años del llamado hijo de Chávez o ya se han hartado? Hay síntomas de cansancio que se aprecian en las protestas de las primeras horas. Será vital que la oposición muestre las actas digitalizadas. Son las pruebas del delito.

Hemos sido testigos del día de la marmota. Hasta el propio Nicolás Maduro reconocía un déjà vu a la vez que acusaba de fascistas a todos los que han criticado su proclamación como vencedor. El procedimiento es el mismo de otras elecciones: hay una simulación de proceso electoral que se acaba frustrando en la votación. Así ganó de forma ajustada la primera vez, poco después de la muerte de Hugo Chávez, en marzo de 2013, y en mayo de 2018 logró su reelección bajo sospechas de fraude y una enorme abstención.

Solo una vez desde que Maduro está en el poder el régimen aceptó la victoria opositora después de que el Ejército reconociera la derrota chavista. Fue a finales de 2015, pero Maduro aprendió la lección. Nunca más.

Lo que no sabemos aún es si la población se resignará esta vez o se enfrentará al régimen. Mucho depende de si hay pruebas del fraude. María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, el tándem opositor, ha anunciado que tiene las actas digitalizadas que dan el triunfo por un 73,2% a su candidatura. Ha llamado a los venezolanos a reunirse en asambleas entre las 11h y las 12h.

Protestas por toda Venezuela

En las calles hay nerviosismo en estas primeras horas. Las protestas se suceden en el barrio caraqueño de Petare y en La Guaira. Incluso en la Plaza O'Leary, cerca del Palacio de Miraflores, hay una concentración de moteros que pretendían avanzar hacia la sede presidencial.

En algunos casos incluso han derribado estatuas de Hugo Chávez. En Maracay la gente se ha lanzado a protestar en calles y plazas, también en Los Teques. En la base de El Libertador en Valencia una multitud se ha plantado ante la puerta de las instalaciones. En Baquisimeto han rasgado un cartel gigante de Maduro.

Fue pasada la medianoche, hora venezolana, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE), divulgó los primeros resultados, que (¡oh sorpresa!) anunciaba la victoria de Nicolás Maduro Moros por más del 51,2% de los votos, seguido por el opositor Edmundo González Urrutia, con un 44,2%. Previamente, se produjo un apagón que el régimen atribuyó a un hackeo. Y cuando siguió el recuento ya fue favorable claramente a Maduro. Sin embargo, no se han entregado todas las actas, como reclama la comunidad internacional, y el Centro Carter, que ha desplazado una minimisión de observación consentida por el chavismo.

Habría sido ideal para la escenografía chavista que Maduro renovara en el cargo ya el mismo domingo 28, en el 70 aniversario de su predecesor, Hugo Chávez. Pero la Operación Recuento se demoró más de lo deseado. En todo caso se perpetró y se confirmó ya el lunes. El CNE proclamó a Nicolás Maduro como presidente y él aprovechó para arremeter contra todos los que han puesto en duda el resultado.

Maduro ha denunciado un intento de golpe de Estado "de carácter fascista, promovido por Abascal, Bolsonaro y el resto de extrema derecha mundial" por el cuestionamiento de su victoria. Curiosamente el presidente de Chile, Gabriel Boric, de izquierdas, ha sido el primero en poner en duda los resultados. La mayoría de los países democráticos han pedido al CNE que entregue todas las actas, lo que no ha hecho finalmente. Es la misma demanda que ha hecho el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, así como el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell. En las antípodas, China y Rusia han apoyado a Maduro. El régimen de Moscú ha invitado a Maduro a visitar la capital rusa en breve.

Yvan Gil, canciller venezolano, ha expulsado de Caracas a los diplomáticos de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, los país más críticos con el resultado de las presidenciales.

"Se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado, nuevamente, de carácter fascista y contrarrevolucionario", ha dicho ante Elvis Amoroso, amigo y aliado, presidente del CNE, cuando le ha entregado el acta que reconocía su reelección hasta 2031.

La oposición, representada por el ex embajador Edmundo González Urrutia, y liderada por María Corina Machado, mantiene que la victoria es suya. Los datos de las actas que sí les entregó el CNE anticipaban que su candidatura se imponía por más del 60% de los votos frente al 30% de Maduro. María Corina Machado hacía un llamamiento a las Fuerzas Armadas para que hicieran respetar "la soberanía popular expresada en el voto".

Ya tenemos cómo probar que ganamos. Lo logramos... Emociona decirles que tenemos el 73,2% de los votos según las actas"

MARÍA CORINA MACHADO, LÍDER OPOSITORA VENEZOLANA

En rueda de prensa en la tarde del lunes, de madrugada en España, María Corina Machado ha anunciado que tienen las pruebas que demuestran que Edmundo González Urrutia ha ganado por el 73,2% de los votos. Ha dicho que han creado una página web donde se pueden consultar los datos y que instan a que las autoridades de la comunidad internacional a verificar los resultados. "Los ciudadanos han mostrado un deseo inequívoco de cambio. Todas las instituciones han de respetar la soberanía popular. Han de respetarse los resultados definitivos", ha subrayado Edmundo González.

"Ya tenemos cómo probar que ganamos. Lo logramos. Lo que pasó fue que el régimen durmió muy preocupado y nosotros no dormíamos porque nosotros estábamos muy ocupados. Emociona decirles que tenemos el 73,2% de los votos según las actas. Si entregan las verdaderas actas, las que ellos y nosotros tenemos, tendrán que ratificar la verdad", ha dicho María Corina Machado.

El Ejército, clave para la transición

"En general, hoy en Venezuela se respira un aire de enorme frustración y la sensación de que el país seguirá estancado. Habrá que ver cómo reaccionan los jóvenes", asegura Ivan Briscoe, responsable de Política de Crisis Group con años de experiencia en América Latina. Briscoe reconoce que resulta muy sospechoso que no se hayan entregado las actas. "No hay forma de confirmar el resultado".

En este contexto la actuación del Ejército es "un misterio", según Brisco. "En un tiempo se veía a Padrino Lopez como baluarte de las instituciones. Reconoció un resultado adverso en 2015. Pero a lo largo de los años Maduro ha cuidado a las Fuerzas Armadas, consciente de su papel. Ha hecho lo posible por mantener una relación de intimidad y confianza con los altos cargos y alejarlos de la toma de decisiones claves. A finales de abril de 2019 con el levantamiento cívico militar se decantaron por Maduro. Siguen siendo claves. Mientras vean que el coste de mantener la estabilidad no es demasiado alto, seguirán apoyando al gobierno. Si actúan, lo harán colectivamente", añade Briscoe.

A juicio de Iva Briscoe, "todos los escenarios son posibles. Hace tiempo que no hemos visto en América Latina un caso contundente del fraude electoral. Sí hemos sido testigos de mucho sesgo en la disposición de recursos, pero no fraude, como parece que ha pasado en Venezuela. Es peligroso para cualquier gobierno porque pueden abrirse brechas en el partido gubernamental, puede que las Fuerzas Armadas se replanteen qué hacer si se prueba el fraude porque parte del Ejército quiere que los procesos sean rigurosos. Otra cuestión es la reacción de los ciudadanos, que aún están cansados y descorazonados por las consecuencias de las protestas que se dieron entre 2014 y 2020".  

¿Qué opciones le quedan a la oposición? Para Anna Ayuso, investigadora senior del CIDOB, "la salida a la calle no funciona", ya que los ministros del Interior y Defensa han asegurado que no van a tolerar las protestas. "Les quedan los tribunales pero ya pasó: a Capriles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le dio la razón a la hora de solicitar un recuento pero la respuesta llegó con años de demora".

"Si se demuestra que hay fraude, Maduro quedará debilitado y será crucial qué dice la comunidad internacional. EEUU puede que se incline por el pragmatismo porque interesa restablecer las relaciones con EEUU por intereses estratégicos", señala Anna Ayuso. "Esto lo sabe Maduro".

El contexto geopolítico favorece a Maduro. Nadie quiere un nuevo foco de inestabilidad, menos aún con una guerra a las puertas de Europa y un Oriente Próximo al rojo vivo. Maduro, o quienes le sustentan, también lo sabe. Y por eso juega fuerte, pero si las pruebas confirman su fraude empezará a perder apoyos dentro y fuera.