La inquietud, la alarma absoluta o, como poco, el desconcierto y la demanda de explicaciones está llenando al PSOE en las últimas horas. Los dirigentes de distintos territorios no entienden cómo el presidente, como el Gobierno se ha lanzado a una "locura" para intentar amarrar la investidura de Salvador Illa. No quieren creer que la cúpula haya aceptado el concierto económico para Cataluña, como ayer lunes explicó ERC durante la rueda de prensa en la que confirmó el preacuerdo alcanzado con el PSC. Su esperanza es que ese marco sea parte de la liturgia, del relato que los republicanos necesitan tejer para convencer a sus bases. Pero, hasta el momento, nadie del Ejecutivo, ni de Ferraz, ni de la dirección de los socialistas catalanes ha salido a desmentir o matizar las palabras de ERC. Nadie. Y hasta pasadas las 13 horas no se conoció el texto del pacto, hasta entonces no se hizo público. Un silencio de muchas horas que no hizo sino angustiar más al partido.

Y la preocupación no parte de los dos barones más críticos con Pedro Sánchez, del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y de Javier Lambán, expresidente de Aragón. Parte de dirigentes de otras federaciones alineadas con Ferraz. "Si el acuerdo es tal como dice ERC, es inaceptable. Y un escándalo. Lo más preocupante es la falta de información y trasparencia, porque solo sabemos lo que dice ERC", apunta un líder territorial a este diario, que admite que ha podido constatar la "preocupación, y mucha" que ha generado el pacto con los republicanos.

Si el acuerdo es tal como dice ERC, es inaceptable. Y un escándalo. Lo más preocupante es la falta de información y trasparencia", sostiene un barón regional

La portavoz de ERC, Raquel Sans, fue muy clara en su tardía comparecencia del lunes, el colofón de una larguísima reunión de la ejecutiva del partido. Cataluña recaudará, dijo, el "100% de los impuestos", incluidos todos los de naturaleza estatal (IRPF, IVA, Sociedades), y tendrá "la llave de la caja". Se articula un "concierto económico solidario", por el que la comunidad devolverá al Estado una parte de lo cobrado para pagarle por los servicios que presta en Cataluña. Es decir, que se dotaría de un sistema propio, asimilable al concierto vasco y al convenio navarro, ambos protegidos constitucionalmente. Sans aseguró que Cataluña saldrá del régimen común de financiación, por lo que se rompería la Hacienda única. El primer paso visible se daría en la declaración de la renta de 2025, que se presenta en 2026: ese ejercicio ya sería recaudado, subrayó, por una Agencia Tributaria de Cataluña fortalecida.

La dirigente republicana añadió que el PSOE había dado el visto bueno a las modificaciones legislativas necesarias, que en todo caso requerirán de la mayoría absoluta del Congreso, por lo que haría falta que todos los socios del Gobierno, sin fisuras, las respaldasen. Incluido Junts. No hubo ninguna puntualización posterior por parte ni del Ejecutivo, ni de Ferraz, ni del PSC respecto al contenido. Solo en la mañana de este martes fuentes de Hacienda indicaron que el preacuerdo "garantiza la solidaridad interterritorial y la igualdad en la prestación de servicios públicos en toda España". Nada más. El texto acordado no desmiente en absoluto las palabras de Sans, pero sí contradice lo afirmado en todas semanas por el Gobierno. El pasado 15 de julio, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, dijo claramente que no compartía el modelo de concierto que perseguía ERC.

Ya era un movimiento muy sintomático el que daba Ferraz anoche, al poco de la comparecencia de Sans. Sánchez convocó a su ejecutiva federal para las 13 horas de este martes. De urgencia. Pero no está prevista, por ahora, una rueda de prensa posterior a la reunión. Es evidente que tanto PSOE como PSC se andan con pies de plomo para no entorpecer la consulta de ERC a sus bases, que se celebrará de manera telemática y presencial este viernes. 8.700 militantes tendrán la palabra, y el partido sigue revuelto por los malos resultados electorales consecutivos, por la división de la cúpula y por la campaña de los carteles de las municipales del año pasado, urdida, como se supo en las últimas semanas, por la propia dirección de ERC. El resultado es vinculante, de modo que un no al preacuerdo frustraría la investidura de Illa. Si, por el contrario, da su , el debate se celebraría, previsiblemente, la semana próxima.

Page hará una declaración institucional "importante" mañana miércoles. Antes denunció el "atronador silencio ante el grave atentado a la igualdad anunciado por ERC"

Al poco de la comparecencia de Sans, el PSOE empezó a removerse, muy incómodo. Los dirigentes no comprendían cómo es posible que el pacto para aupar a Illa a la Generalitat pueda suponer el desgajamiento de Cataluña, la segunda comunidad contribuyente neta del sistema. El primero en mostrar su discrepancia públicamente fue Page, pasada la medianoche. "El atronador silencio ante el grave atentado a la igualdad anunciado por ERC me tiene perplejo. O es un asentimiento intolerable, o un sentimiento de estupefacción como la que tenemos la inmensa mayoría de los españoles", escribió en su cuenta de X. Se prevé que mañana miércoles el presidente de Castilla-La Mancha haga una declaración institucional que en su equipo califican de "importante".

Este martes por la mañana, se pronunció a través de la misma red social Lambán. "El independentismo consigue todos sus objetivos y el PSOE puede entregar España a cambio de la investidura de Salvador Illa. El acuerdo con ERC es una quiebra brutal de la igualdad entre todos los españoles. Como socialista, como demócrata y como español me resulta inadmisible", censuró.

No era un grito solitario, como en otras ocasiones, de Page y Lambán. En absoluto. En distintas federaciones se subrayaba que, si el preacuerdo, del que no se conoce su literalidad, es conforme lo contaba ERC, se trataría de "una barbaridad", porque rompería la igualdad de los ciudadanos. Porque se quebraría, decía también la alcaldesa de Palencia, la socialista Miriam Andrés, un "principio irrenunciable" para cualquier progresista: la redistribución de la riqueza y la solidaridad.

Fueron muy expresivas las declaraciones públicas del nuevo líder del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo. A preguntas de los medios en Badajoz, aseguró que no podía valorar "en su justa medida" el pacto con ERC porque no se conocían en aquel momento los detalles. Pero lanzó un aviso claro: no lo aceptará. "Yo no soy la señora [María] Guardiola [presidenta de la comunidad], que cambia sus principios en función de los intereses. Es decir, que le marca Génova una posición y esa es la que defiende, aunque diez minutos antes haya defendido una diferente. Yo voy a mantener siempre lo mismo porque yo no he venido a estar aquí por mantenerme sino por intentar ser útil a los extremeños y por lo tanto si el acuerdo tiene que ver con la desigualdad de los españoles, el Partido Socialista en Extremadura está radicalmente en contra". Gallardo recordó que "los territorios no tributan", que lo hacen los ciudadanos, y remarcó que su tierra no quiere recibir "las migajas" de Cataluña, sino la solidaridad del conjunto de los españoles. Si el pacto con ERC quiebra "el principio de igualdad", advirtió, supondría "fallar al conjunto de los españoles", y su federación estará en contra.

Más dirigentes, en privado, se expresaban con la misma nitidez que Gallardo. "Lo veo mal. No lo veo ni aceptable ni defendible. En absoluto. Esperaré a la reunión de la ejecutiva del PSOE, pero vamos...", expresaba a este diario un barón regional.

Algunos dirigentes optan por la prudencia y por esperar a las explicaciones de la dirección: "Intuyo que el Gobierno no cometerá esa locura", señala una máxima responsable territorial

Otros barones pedían también esperar a la reunión de la cúpula socialista presidida por Sánchez, se remitían a las explicaciones que dieran en Feraz el presidente y el Gobierno. "Vamos a ver el detalle y luego concluimos si es o no viable. Intuyo que el Gobierno no cometerá esa locura", apuntaba otra máxima responsable territorial. En otras federaciones como Baleares o Valencia, que han pedido insistentemente un cambio del modelo de financiación, entendían como una oportunidad el pacto en Cataluña para a su vez actualizar todo el sistema.