Pedro Sánchez no se detiene. Tenía muy claro que su prioridad era y es que Salvador Illa conquiste la Generalitat tras vencer con rotundidad en las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Y hacerlo con los votos de ERC. El precio ya se conoce y se ha sellado y bendecido: un concierto económico propio para Cataluña, asimilable al régimen foral de Euskadi y Navarra. Un giro de 180 grados respecto a la posición mantenida en los últimos meses, en las últimas semanas, en público y en privado: el Gobierno y en concreto la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, se había negado en banda. Radicalmente. Pero el presidente ha decidido pulverizar esa última frontera para apuntalar la investidura del líder del PSC. Aunque eso le suponga haber levantado el rechazo y el cabreo de parte de sus barones. No solo de los dos siempre más críticos, Emiliano García-Page y Javier Lambán, sino de buena parte de las federaciones, que no ven ni "aceptable", ni "justificable", ni "defendible" un cambio del modelo de financiación autonómico tan radical con el fin de satisfacer a los socios independentistas de ERC.

La Generalitat recaudará, gestionará, liquidará e inspeccionará todos los impuestos soportados en Cataluña y pagará una aportación al Estado y una "cuota de solidaridad" a las CCAA

Los republicanos anunciaron las líneas maestras de su preacuerdo el lunes por la noche. PSOE, Gobierno y PSC respondieron primero con el silencio más absoluto. Pero este martes, los dos firmantes del pacto sí facilitaron el texto completo, de 25 páginas [aquí en PDF]. Un documento que no se deslinda del relato de ERC, porque sí contiene la previsión de que una Agencia Tributaria robustecida que pasará a recaudar, gestionar, liquidar e inspeccionar todos los impuestos soportados en Cataluña —incluidos los de naturaleza estatal, como el IRPF, IVA y Sociedades—. Se establece un sistema análogo al cupo, ya que el Govern hará, de un lado, una "aportación" al Estado por los servicios que presta a Cataluña, que se establecerá "a través de un porcentaje de participación en los tributos". Y de otro, una "cuota de solidaridad" con las otras comunidades autónomas para asegurar una prestación de servicios públicos similar, "limitada", eso sí, por el principio de solidaridad. La Generalitat verá aumentada además su capacidad normativa.

En el texto no se habla de "concierto económico solidario" ni de que Cataluña "saldrá del régimen común", como aseguraba ERC, pero lo que se dibuja es un modelo propio, de "financiación singular" de la Generalitat, distinto al del resto de CCAA del régimen común y más próximo al concierto vasco y al convenio navarro.

El PSOE se compromete a hacer "efectivo" el acuerdo en los puntos en los que se requiere de su concurso. Pero el cambio de la LOFCA necesita una difícil mayoría absoluta

El Gobierno y el PSOE celebraron de manera expresa el preacuerdo con ERC. Lo hizo la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros —"Es el triunfo de la política y del diálogo"—, lo hizo la ejecutiva del partido reunida de urgencia este martes a mediodía, y lo hizo ya por la tarde el propio Sánchez tras su despacho con el Rey en Palma: el pacto "es bueno para Cataluña y para España" y garantiza la "igualdad" y la "solidaridad" entre territorios. La cúpula socialista aprobó una resolución en la que señalaba que respalda "plenamente" el pacto con los republicanos, y se comprometía a "hacerlo efectivo" en los puntos en los que se requiere de su concurso. Traducción: que llevará al Congreso las reformas legislativas necesarias —entre ellas, la de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), que requiere de mayoría absoluta para cualquier cambio— para hacer realidad esa "financiación singular" para Cataluña.

Esperar al sábado

La resolución fue aprobada por todos los miembros que asistieron, presencial o telemáticamente, a la reunión de la ejecutiva federal, con la única abstención de un dirigente, el vocal Álvaro Martínez Chana, presidente también de la Diputación de Cuenca y cuadro próximo al presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page. Según indicaban miembros de la dirección a este diario, Sánchez y Montero no explicaron con detalle el preacuerdo alcanzado con ERC, sino que llamaron a los suyos a guardar paciencia y esperar al sábado. Y es que la prudencia que guía todos los movimientos de Gobierno, Ferraz y PSC se explica por el temor a que cualquier paso en falso indisponga a la militancia republicana, ya de suyo muy recelosa de los socialistas y enfadada con su propia cúpula.

La abstención de la ejecutiva procedió del dirigente de Castilla-La Mancha Álvaro Martínez Chana, próximo al presidente García-Page

Los socialistas catalanes, de hecho, ya anunciaron este martes en un breve comunicado que explicará "todos los detalles de los acuerdos conseguidos" para el sábado, cuando Illa reunirá a su ejecutiva en sesión extraordinaria. Hasta el 3 de agosto, por tanto, PSOE y PSC huirán de las concreciones y de los matices y dejarán que ERC siga fijando el marco y construyendo su relato. Pero el documento consensuado es muy claro y alumbra un modelo de financiación para Cataluña distinto al del resto de comunidades.

De hecho, Sánchez, desde Palma, elogió largamente a los republicanos por haberle apoyado en estos seis años "muy difíciles". Les trasladó su "profundo respeto", su "reconocimiento" por la labor también de "normalización" y de respaldo a las "políticas sociales a nivel nacional y catalán", y les agradeció su contribución a la estabilización política en Cataluña. Ha encontrado en ellos un "aliado" con el que ha compartido la necesidad de superar la "judicialización" del procés. Así que los socialistas serán "absolutamente exquisitos" y "respetuosos" con la consulta de este viernes, con el deseo de que las bases de ERC refrenden el acuerdo e Illa salga investido la próxima semana.

El acuerdo asegura, dice Sánchez, "el compromiso de la solidaridad interterritorial, el de la calidad y de la cohesión de los servicios públicos y, por tanto, de la igualdad entre españoles se viva donde se viva"

El presidente calificó de "extraordinaria noticia" el preacuerdo alcanzado, y comenzó a hacer pedagogía del mismo, de nuevo sin bajar al detalle pero intentando tranquilizar a los ciudadanos, también a los dirigentes de su propio partido que no se sienten cómodos con él: "El punto de vista que puedo trasladar, y así está recogido en el acuerdo, es el compromiso de la solidaridad interterritorial, el compromiso de la calidad y de la cohesión de los servicios públicos y, por tanto, de la igualdad entre españoles se viva donde se viva".

El rey Felipe VI saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), antes de la reunión de este martes en el palacio de la Almudaina, en Palma. | EFE / BALLESTEROS

Sánchez no habló en ningún momento de "concierto económico" ni de "ruptura de la caja única" —cuestiones por las que le preguntaron—, y vino a restar importancia al modelo de financiación en sí, pese a que era su Gobierno el que rechazaba hasta ahora dispensar un trato bilateral a Cataluña. Recordó que con el actual sistema de financiación, de 2009, y que venció en 2014, los españoles de todo el país sufrieron "los mayores recortes al Estado del bienestar con el PP" y también los "mayores avances en transferencias económicas" a las CCAA para revertir esos ajustes impulsados por el Ejecutivo progresista. Lo "importante", señaló, es "contar con gobiernos a nivel nacional y autonómico, sea cual sea el sistema de financiación, que trabajen por la fortaleza de los servicios públicos".

El presidente remarca que la clave es que Illa sea 'president', más allá del modelo financiero. Y avisa: no acepta "ninguna lección" del PP en igualdad y en robustecer el Estado del bienestar

Dicho de otro modo: que la clave está en que sea Illa el president, más allá del modelo financiero que se despliegue. Aseguró que no acepta "ninguna lección" del PP en materia de "igualdad" entre los españoles o de "compromiso con el Estado del bienestar", porque son los populares los que "recortan los servicios públicos y abren las puertas a la privatización" de la educación o de la sanidad allá donde gobiernan. Añadió Sánchez que las comunidades, desde que él está en la Moncloa, han recibido "300.000 millones de euros más" que cuando Mariano Rajoy dirigía el Ejecutivo, recursos extra que han servido para robustecer el Estado del bienestar.

Harina de otro costal es que el cambio del modelo llegue a aprobarse. PSOE y ERC necesitan mayoría absoluta del Congreso, lo que supone que todos los socios voten a favor, incluido Junts, que rechazó este martes que lo consensuado otorgue la "soberanía fiscal" a Cataluña. Y Compromís y Chunta, integrados en Sumar, reiteraron que votarán en contra si el Ejecutivo no atiende a las necesidades de financiación de Comunitat Valenciana y Aragón.

La cautela de Asturias

El presidente había sido preguntado por las críticas internas, pero él se sacudió la cuestión aferrándose a la casi completa unanimidad de apoyo recibida en la reunión de la ejecutiva, apenas unas horas antes en Ferraz —él mismo contó que hubo una abstención, que fue la de Martínez Chana—. Era una forma de blindarse. Pero la dirección federal no deja de ser una prolongación de su círculo de confianza. A ella pertenecen ministros, altos cargos del Ejecutivo y también responsables de los territorios, pero no barones, con la salvedad del andaluz Juan Espadas.

El malestar se podía palpar de manera más notable en federaciones como Extremadura, Castilla y León o Madrid, además de Castilla-La Mancha y Aragón

Por la mañana, Alegría también intentó limitar el malestar interno a Page y Lambán. Pero esta vez no era así. El rechazo e irritación o, cuando menos, la incomodidad y la estupefacción, provenían de otras federaciones habitualmente alineadas con Ferraz. El presidente asturiano, Adrián Barbón, ya había advertido hace semanas contra una "financiación singular" para Cataluña. Este martes, él no habló —está de descanso hasta el viernes—, pero sí lo hizo su vicepresidenta, Gimena Llamedo, quien recordó que el Gobierno autonómico tiene un acuerdo en torno a la financiación "con todos los grupos políticos excepto con Vox" y también con otras comunidades —la llamada Declaración de Santiago, que Barbón suscribió con presidentes regionales de PSOE y de PP, entre los que estaba Alberto Núñez Feijóo, antes de dar el salto de Galicia a Génova—. Llamedo recalcó que tanto el jefe del Principado como el portavoz regional, Guillermo Peláez, habían sido "claros" en esta cuestión. Peláez, en X, la evocó: "Defensa de los principios de solidaridad e igualdad, pensando en los intereses de Asturias".

La cautela de Barbón y su equipo ya decía mucho. Pero lo cierto es que ningún barón salió a defender públicamente el acuerdo de PSC y ERC. El malestar se podía palpar de manera más notable en federaciones como Extremadura, Castilla y León, Madrid o incluso Galicia, además de Castilla-La Mancha y Aragón, los territorios de Lambán y Page. En cambio, las cúpulas socialistas de Baleares, Comunitat Valenciana o Canarias celebraban el acuerdo como una "oportunidad" para abrir el debate sobre el modelo de financiación. En Andalucía, su secretario general, Juan Espadas, también portavoz del partido en el Senado, aseguraba antes de la reunión de la ejecutiva que no iba a permitir ni "agravios" ni "privilegios" que perjudiquen a su comunidad, muy consciente de que el discurso de la desigualdad cala hondo en ella.

Tras el encuentro de la dirección, fuentes próximas a Espadas indicaban que seguían "alerta", pero que "lo más importante" es que el acuerdo será "gestionado por Illa y no por un presidente independentista", un argumento en línea con lo esgrimido por Sánchez. Que lidere la Generalitat el primer secretario del PSC es, para el PSOE-A, una "garantía" de que el cambio de modelo se conducirá por una senda asumible, cambio que la federación más potente del partido "solo podrá apoyar" si asegura la "solidaridad interterritorial y la igualdad en la prestación de los servicios públicos a los ciudadanos vivan donde bien".

El PSOE andaluz advierte de que no aceptará "agravios". Aunque seguirá "alerta", cree que lo importante es que el acuerdo será "gestionado por Illa y no por un 'president' separatista"

"Es un cambio de escenario y debemos aprovecharlo para sacar un modelo de financiación justo ahora para Andalucía. Lo que tenga Cataluña en su Estatuto, si lo tiene Andalucía, debemos exigirlo igual", agregaban. En la cúpula andaluza instan a hacer "mucha pedagogía porque la derecha ha instalado fuertemente el relato del agravio territorial". Conceden que el acuerdo ha de ser explicado por Illa y que hay que respetar "los tiempos y la votación de las bases de ERC".

"Mucho cabreo", es "una barbaridad"

Antes de que el texto del pacto con los republicanos trascendiese, en algunas federaciones socialistas se quejaban de la "falta de información y transparencia", pero ya advertían de que les preocupaba el contenido, el hecho de que Sánchez hubiera transigido con el modelo de concierto que solo hace 15 días la propia Montero volvió a subrayar que no compartía. Tras la reunión de la cúpula en Ferraz, no se templó el malestar. Varios barones consultados admitían que había "mucho cabreo", que el acuerdo no era "justificable" ni "defendible". "Es lo que parecía", observaba un máximo responsable regional. O sea, "una barbaridad", como lo definían en su equipo.

Illa ya está en contacto con barones socialistas para tranquilizarles. Este miércoles, habrá comparecencias de Tudanca y Page

Este miércoles, están previstas sendas comparecencias de Luis Tudanca, líder de los socialistas de Castilla y León, y del presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, cuyo Gobierno por cierto aprobó ayer elevar un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de amnistía. También Sánchez ofrecerá una rueda de prensa larga desde la Moncloa, en su tradicional balance de fin del curso político antes del parón vacacional. Entonces podrá seguir haciendo pedagogía, mirando hacia fuera y hacia dentro del partido. Lo está haciendo ya Illa puertas para dentro: fuentes muy próximas desgranan que ya está hablando con barones socialistas para tranquilizarles y que el feedback está siendo positivo.

No será fácil contener la inquietud en las filas socialistas. "Yo defiendo a Pedro a muerte, pero una presidencia de una comunidad autónoma no puede ponernos a todos contra las cuerdas y no puede saltarse todos los pactos de financiación a los que se ha llegado. Con este pacto, ayer Pedro perdió las generales. Este pacto es indefendible. Esto es mucho peor que la amnistía. No tiene explicación y conmigo que no cuenten para explicarlo. No tiene un paso", expresaba con pesar una dirigente territorial con poder local muy relevante en el partido. Y esa es otra reflexión que se escucha en las últimas horas: que la entrega a ERC de un concierto económico —no calcado al vasco, pero sí claramente un modelo distinto al del régimen común— es más grave que la ley de amnistía, porque esta afectaba a los líderes del procés y pretende darle carpetazo. Pero la "financiación singular" de Cataluña afecta a todos los territorios y a los bolsillos de los ciudadanos, y sirve en bandeja el discurso al PP.

Son los responsables claramente alineados con Ferraz los que reconocen que el malestar no es exclusivo de Page y Lambán: "Somos todos. Ellos tienen altavoz. Los demás opinamos lo mismo, pero sin altavoz". "A nosotros nos hace más ilusión que a nadie que Salva sea president, pero ¿el fin justifica los medios?", se pregunta una jefa de un aparato autonómico. "Cada día se complica todo un poco más", observa un veterano. Otros cuadros consultados responden con un elocuente silencio a las preguntas. Hay quienes no descartan que en los próximos días, si no se apacigua el patio interno, se organice la petición de una consulta en el seno del PSOE.

Dirigentes alineados con Ferraz reconocen que el concierto es "mucho peor que la amnistía", que el malestar es generalizado, que va más allá de Page y Lambán, que ilusiona que Illa alcance el Govern, pero "¿el fin justifica los medios?"

Desde Ferraz piden paciencia, porque "la ansiedad es mala consejera" y aunque reconocen que hay un malestar más transversal, insisten en que el incendio es controlado. "Hay tres o cuatro barones [descontentos] y dos más en contra, Emiliano y Lambán, que no es ninguna sorpresa, porque están en contra de cualquier cosa", resumen, agregando que hay territorios completamente a favor, y es cierto.

"Lo tomamos como una oportunidad, no como un problema", indican en el PSPV. "Nos alegramos mucho y respaldamos absolutamente el acuerdo que haga posible abrir una nueva etapa en Cataluña y que Illa sea president. Es bueno para Cataluña y para el país", sentencian en Canarias. "Depende de cómo se pacte la solidaridad. Los estados federales lo tienen. Y en Euskadi y Navarra recaudan sus haciendas forales", apuntan en Baleares. Son tres federaciones dirigidas, además, por responsables en el Gobierno (los ministros Diana Morant y Ángel Víctor Torres) o en el Congreso (Francina Armengol). "Es el momento de abordar la financiación del resto de las CCAA y así asegurar la solidaridad de todas con todas, como así ocurre en el País Vasco y en Navarra, a pesar de su singularidad", abundan en La Rioja.

Federaciones como Valencia, Baleares o Canarias ven el pacto como una "oportunidad" para abrir el debate sobre el modelo de financiación, "no como un problema"

La amnistía, pese al giro narrativo clarísimo que imprimió Sánchez, se digirió con naturalidad. También porque el resultado de las generales del 23-J permitió salvar la Moncloa. Pero la conmoción por el preacuerdo con ERC ha sido mucho mayor. Y solo en los próximos días podrán apreciarse las heridas internas que va dejando y si van cicatrizando. O si sucede lo contrario, que no sanan con facilidad.