Incubadoras de bajo coste, prótesis impresas en 3D, aplicaciones para aprender a leer, etc. El futuro para luchar contra las desigualdades, la pobreza, la educación universal, el crecimiento económico, el cuidado del medioambiente pasa por la innovación tecnológica.

“La tecnología social consiste en que los ciudadanos tienen en su mano la herramienta más potente para eliminar riesgos sociales. Lo que hace la tecnología es convertirnos en protagonistas, empoderarnos. Ayudar a suplir las necesidades que siempre han existido. Cuando actúas sobre alguna necesidad, encontrando la solución, creas un modelo que luego se puede replicar o aplicar en otras circunstancias. La tecnología se convierte en un punto de unión para solucionar diferentes problemas a los que se enfrenta las personas, sus necesidades reales, sociales, económicas…”, señala a El Independiente Yolanda Rueda, presidenta de la Fundación Cibervoluntarios.

Ésta Fundación presentó en Málaga la plataforma social empodera.org como broche de oro a la firma del acuerdo de colaboración entre la Fundación y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR) para alcanzar los objetivos comunes por los ODS. “En la consecución de los ODS, la tecnología social ayuda haciendo visible las diferentes necesidades de desarrollo. La tecnología está involucrando a todo el mundo para conocer cuáles son los retos globales y poner a su alcance las herramientas para alcanzar esos objetivos”, señala Rueda.

El ejemplo de cómo la tecnología ayuda también lo ponía Peter Thomson, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, en la apertura del foro sobre ciencias, tecnología e innovación para los ODS organizado por el Consejo de Económico  Social de la ONU (ECOSOC) cuando señaló que “en todo el mundo, los teléfonos inteligentes son utilizados para facilitar servicios financieros a las personas que no tienen cuentas bancarias, para diagnosticar trastornos médicos y para administrar remotamente el cuidado de enfermedades crónicas. Vemos como los paneles solares se usan para proveer de energía a sistemas de alerta temprana de inundaciones, también para rastrear la migración de animales marinos, los niveles de población y combatir la pesca ilegal. El poder transformador de las ciencias, la innovación y las tecnologías es abundante y obvio”.

La semana pasada en Málaga, durante la XII edición de EmpoderaLIVE bajo el lema de “Empodera por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fueron muchos los ejemplos que se fueron relatando: Incubadoras de bajo coste, prótesis impresas en 3D, aplicaciones para aprender a leer, empoderamiento de la mujer fueron solo alguno de ellos. “Las conclusiones que se pueden sacar de la presente edición de EmpoderaLIVE son que, por fin, la sociedad se está concienciando de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Tenemos que seguir trabajando en esta línea para que los diferentes proyectos que están cambiando el mundo desde el uso de la tecnología se conozcan y que la ciudadanía se involucre más”, explicaba la presidenta de la Fundación Cibervoluntarios. In3, proyecto de Alejandro Escario, es una incubadora modular low cost para que aquellos países con menos recursos puedan crear sus propias incubadoras para los bebés nacidos de forma prematura.

Juegos y arte para enseñar y empoderar

Video Games Whithout Borders se dedica a mejorar el mundo a través de los juegos digitales. Esta Fundación ha puesto al alcance de los refugiados sirios Antura y las Letras para que los niños puedan seguir aprendiendo a leer y escribir. Tal y como explica Francesco Cavallari, presidente de Video Games Whithout Borders, “Buscamos mejorar el mundo poniendo nuestro granito de arena en la consecución de los ODS. Pensamos que podemos mejorar la calidad de vida de las personas sobre todo en educación y salud. También podemos ayudar a financiar proyectos sociales recaudando fondos con campañas dentro de los juegos o con la venta de los juegos. Nosotros empezamos con la educación a través de un proyecto de un juego para enseñar a leer a los niños sirios que no pueden ir al cole”.

La ventaja de este juego, según explica el presidente de la Fundación, es que no se necesita internet para poder jugar y aprender, además de que no ocupa excesivo espacio y se descarga sin necesidad de WIFI. Es decir, se ha creado una aplicación al alcance de todo el mundo. Francesco espera poder lanzar este juego de Antura y las letras en diferentes idiomas para que todos los niños que puedan tener alguna dificultad puedan seguir estudiando.

Otro de los proyectos que cobraron importancia en Málaga fue el de Elena Tóxica, Artista visual & fundadora del colectivo artístico Toxic Lesbian, quien señalaba que “el proyecto El Beso está enmarcado dentro de la iniciativa Imagina Madrid del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid. Toxic Lesbian optó al espacio de la calle Topete y en ella hemos querido empoderar a la mujer. Estuvimos con la comunidad de mujeres de la zona que es muy diversa y de ellas hemos aprendido que se deben rehacer las redes vecinales, que la calle debe ser un lugar de convivencia donde las personas se conocen, se cuidan, hay una tradición de encuentro que se quiere recuperar”. Desde hace más de un año se está trabajando en este proyecto que se materializa en una exposición que se puede ver a lo largo de la calle donde en una veintena de obras se pueden ver el testimonios del conjunto de mujeres de la comunidad que ha colaborado con este proyecto. El Beso realmente es una obra online que muestra simbólicamente la ocupación de la calle Topete con más de 70 testimonios de estas mujeres de 15 nacionalidades distintas con este proyecto.