Cuando en octubre de 2021 el Gobierno cedió la competencia de prisiones a Euskadi, la realidad de las cárceles vascas comenzó a cambiar. El Gobierno de Urkullu apostó por un nuevo modelo penitenciario, por una política carcelaria que reforzara la resocialización de los internos e intensificara el régimen abierto en el cumplimiento de los últimos tramos de las condenas. Una medida que ha supuesto, en particular, un cambio radical para los presos de ETA. En poco más de los dos años transcurridos, el resultado es que la administración penitenciaria vasca ha concedido 80 terceros grados, frente a los 28 otorgados por Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, en los tres años y medio últimos, antes de que transfiriera la competencia.
Una concesión de regímenes de semilibertad a presos de la banda terrorista que en muchos casos han sido revocados por la Audiencia Nacional. Hasta en 15 ocasiones la medida ha sido recurrida por la Justicia, si bien no en todos los casos se ha resulto de desestimatoria.
Desde febrero de 2022 han sido 65 los presos de ETA que se han beneficiado de un tercer grado. A ellos se suma los 15 casos que han sido recurridos por la fiscalía de la Audiencia Nacional. De ellos, en nueve casos la concesión ha sido anulada y en otros seis el recurso fue desestimado.
Según estos datos recogidos por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la concesión de estas progresiones de grado a presos de ETA se ha intensificado de modo importante desde que el Gobierno vasco asumió la gestión penitenciaria en las tres prisiones de Euskadi. Cuando el Ejecutivo vasco asumió la responsabilidad estaba prácticamente completado el proceso de acercamiento de los presos de ETA a Euskadi iniciado por el Gobierno de Sánchez. De modo progresivo, los terroristas que cumplían su condena en cárceles alejadas del País Vasco fueron acercados a las prisiones vascas. Hasta ahora 204 etarras han sido trasladados, en algunos casos en varias ocasiones hasta culminar su proceso de acercamiento a prisiones vascas y navarras.
157 presos de ETA en prisión
Actualmente de los 157 presos de ETA que siguen cumpliendo condena, 138 lo hacen en un centro penitenciario de Euskadi, 7 en la prisión de Pamplona y otros 14 en régimen de prisión domiciliaria o libertad condicional.
La cárcel alavesa de Zaballa es, hoy por hoy, donde se concentra el mayor número de internos de la banda terrorista. 80 de ellos cumplen su pena en la cárcel de Vitoria, por 21 en la cárcel vizcaína de Basauri y 35 en la guipuzcoana de Martutene. Además del tercer grado, en los últimos cinco años 39 presos de ETA han salido en libertad condicional y 25 más en libertad por cumplimiento de su condena. El último caso es el de Xabier Atristain, un preso de ETA que vio como se revocaba hasta en dos ocasiones la concesión de su tercer grado y que el pasado 17 de julio salió en libertad condicional.
En el nuevo Ejecutivo vasco que conforman PNV y PSE la gestión de las prisiones recae sobre cargos socialistas, al contrario que hasta ahora. La nueva consejera de Justicia, María Jesús San José ya ha fijado una reorientación de la política penitenciaria respecto a la que ha aplicado el PNV en los dos primeros años de gestión de las prisiones. La nueva titular de Justicia en Euskadi ha anunciado que implantará una mayor exigencia a los presos de ETA para que puedan acceder a las progresiones de grado. Se les exigirá un reconocimiento claro y creíble de rechazo al dolor que causaron.
Reconocer el dolor causado
En los Cursos de Verano de la UPV la consejera aseguró que impulsarán su resocialización a una sociedad vasca a la que “quisieron imponer un proyecto político” pero que "es plural”. Por ello cree necesario que los presos de ETA deben reconocer el dolor injusto que provocaron durante décadas. San José insiste en "aunque no guste recordar la tragedia" que supuso el terrorismo y pese a que "Euskadi consiguió acabar" con él, aún perduran "las secuelas del dolor generado en las víctimas" y "las consecuencias que los asesinos generaron para sí mismos", como son las condenas impuestas por los tribunales.
De modo paralelo, los movimientos de apoyo a los presos de la banda han impulsado una nueva fase de sus reivindicaciones de apoyo al colectivo etarra. Culminado el acercamiento, la nueva etapa basa su reivindicación en exigir su “regreso a casa”. Movimientos como Etxerat o Sare denuncian que aún se les está aplicando una política penitenciaria de “excepción” y que no se corresponde con la que se sigue para el resto de internos.
Precisamente este domingo Sare y Etxerat van a convocar manifestaciones en varias playas del País Vasco – Bakio, Laida, Lekeitio, Mutriku, Orio y San Sebastián- en apoyo a los presos de ETA: “Animamos a la ciudadanía a participar con tablas de surf, flotadores, piraguas, traineras y banderolas y llenemos de reivindicación estas 6 playas de Hego euskal herria”, reza la convoctoria.
Te puede interesar
2 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
- 1 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 2 José Luis Rodríguez Zapatero no existe, no es y no aparece
- 3 Quién es quién de la prole Jolie-Pitt y quién cambió su nombre
- 4 Momento Aldama en el Congreso
- 5 La manta de la que puede tirar Aldama
- 6 El entramado de los socios del 'narcopolicía': frutas, inmobiliarias y ropa
- 7 Aldama revela detalles del viaje de Delcy Rodríguez a España
- 8 Vidal-Quadras: detenido otro implicado en el ataque al fundador de Vox
- 9 El juez del ‘caso Koldo’ envía copia de la declaración de Aldama al Supremo
hace 4 meses
De la cárcel se sale del cementerio, NO. Gracias políticos por vuestras bajadas constante de pantalones sin ningún tipo de pudor ni vergüenza y encima tenéis el cinismo de decir que todo lo hacéis por el bien de la ciudadanía. Sois vomitivos.
hace 4 meses
Los gobiernos no conceden beneficios penitenciarios. Las juntas de régimen y tratamiento de los centros penitenciarios proponen en virtud del expediente individual. Desde hace cinco años los internos por delito de terrorismo han extinguido de su pena ¡cinco años! Y dentro de cinco años, gobierne quien gobierne, casi todos los etarras habran sido puestos en libertad. ¿Que hacemos, los fusilamos?