Fátima Gálvez ha cerrado los Juegos Olímpicos de París sin medalla. Quinta en la final de foso, se declaró "orgullosa de su resultado", sin embargo, también se ha mostrado "molesta" por las condiciones de la competición femenina alegando que no había "igualdad en ningún sentido y había que decirlo".

"No tiene sentido que en un deporte que requiere de concentración y de precisión la grada esté chillando, alentando a sus tiradoras. Me alegro por nosotras, pero no tiene sentido. No es una queja", dijo, "pero reivindico que es deporte de precisión y reivindico que la grada debe estar en silencio. Por lo visto no había música en la final de los hombres".

"Eso sí que me molesta", comentó. "Si los hombres son a las nueve y media, ¿por qué las mujeres tenemos que empezar a las nueve? Si había un reflejo en el telón, ¿para nosotras no hay reflejo? Eso me molesta muchísimo. No hay igualdad en ningún sentido, eso había que decirlo". Gálvez dijo que "jugar con la carta del griterío de la grada no es juego limpio, aunque sea igual para todas".

Sobre su resultado, señaló que el hecho de haber sido campeona olímpica en Tokio no le quitaba presión en esta edición. "Yo creo que en los Juegos se siente siempre la misma presión, es muy estresante. Estoy contenta y orgullosa. He trabajado muy duro, lo más difícil era entrar en la final. Luego sacar una medalla. Estoy contenta porque al estar en la final me habrán podido ver desde casa", indicó.

La andaluza dijo que no piensa si habrá para ella otra oportunidad en Los Ángeles 2028. "Solo pienso en volver a casa e irme de vacaciones. Creo que tengo por ahí una final de la Copa del Mundo, pero ahora quiero descansar".