La semana ha comenzado con un terremoto bursátil que ha teñido de rojo los principales mercados del mundo. Las causas son varias pero todas explican el peso que tiene la incertidumbre en la bolsa. Ya sean de carácter geopolítico o económico, unas expectativas contrarias a lo anticipado por los analistas e inversores pueden mover el precio de las acciones al alza y a la baja. En esta ocasión, la posible respuesta de Irán al asesinato del líder de Hamás, los malos datos de empleo en Estados Unidos y el fortalecimiento del yen explican parte de estas caídas generalizadas.

La subida de tipos del Banco de Japón, en un movimiento contrario al de otras economías como la de la Eurozona o la de Estados Unidos, cuyos bancos centrales están empezando a rebajar los tipos de interés, provocó que el índice principal de la bolsa de Tokio, el Nikkei, perdiese un 12,4% en una sola jornada. Se trata de la mayor caída desde 1987. Otras plazas asiáticas también cerraron en negativo: Seúl perdió un 9% y Taipéi más de un 8%. Las bolsas de Hong Kong y Shanghái, aunque con descensos más moderados también registraron pérdidas.

El yen ha estado en los últimos meses en una posición favorable para inversores extranjeros, que han aprovechado para hacer negocios en esta moneda. “Han pedido crédito en yenes aprovechando tasas negativas o tasas al 0%, invirtiéndolo en diferentes activos y monedas. El incremento del yen supone un incremento del coste y de la divisa, lo cual perjudica de manera significativa estas estrategias denominadas como carry trade, que obliga a deshacer posiciones”, explica el analista Manuel Pinto.

El presidente ejecutivo de Renta4, Juan Carlos Ureta, coincide en señalar que este fortalecimiento de la moneda japonesa es una de las causas de este movimiento en los mercados: “La subida de tipos por el Banco de Japón y su intervención en el mercado va a complicar ese “trade”, al subir el yen, y ese es otro factor de corrección potencial a corto plazo”.

EEUU: empleo y tecnológicas

Pero no todo viene de Japón, los últimos datos de empleo de Estados Unidos ya tuvieron cierto impacto la semana pasada. “Con las peticiones por subsidio por desempleo en máximos de casi un año, la tasa de desempleo subiendo un 0,50% desde sus mínimos y la producción industrial entrando en contradicción, llevaron a los inversores a pensar que la Reserva Federal podría haber esperado mucho para recortar los tipos y que la economía se podría enfrentar a un “aterrizaje forzoso”, que supone un proceso de desaceleración o recesión después de un periodo de rápido crecimiento”, señala Pinto.

Esto supone un cambio en las expectativas de los inversores, según Renta4, y que se habría visto reflejado en las caídas en bolsa: “Los datos económicos publicados el jueves sugieren que podríamos estar caminando, sin darnos cuenta, hacia el estancamiento económico, un escenario que difiere radicalmente del que los inversores vienen descontando en los últimos meses. En consecuencia, la economía no parece estar iniciando esa etapa de crecimiento vigoroso que las Bolsas habían descontado, y el sentimiento ha pasado a lo largo de julio de la euforia de fin del primer semestre al temor a un posible parón de la economía”.

Las cifras macroeconómicas han coincidido con la presentación de resultados de grandes compañías estadounidenses. Entre ellas, las tecnológicas, que tampoco han cumplido con lo anticipado por el mercado. “Los resultados impactan mucho en las cotizaciones, sobre todo cuando se habían creado expectativas muy altas, y por ello hemos visto, por ahora a los siete magníficos, con la única excepción de Meta Platforms, cayendo tras presentar resultados. Esta última semana hemos visto a Amazon caer un 7% tras resultados y a Intel caer un 22% tras decepcionar con los resultados y anunciar el despido del 15% de la plantilla”.

Estas empresas han estado liderando la inversión en innovación en los últimos años y ahora, los analistas “empiezan a estar impacientes” por las grandes inversiones que estas firmas han hecho en materia de inteligencia artificial, apuntan desde UBS Markets, que consideran que esta es una de las claves. Uno de los grandes gurús de la bolsa, Warren Buffet, ha anunciado la venta de la mitad de su participación en Apple, un movimiento que hundió este lunes a la compañía y que impulsó al índice tecnológico de referencia, al Nasdaq, hacia el terreno negativo.

Contagio en la Unión Europea

Los datos macro en Estados Unidos y la resaca de resultados empresariales también en Europa ha contagiado las caídas a las principales bolsas europeas. En Renta4 apuntan a la banca como uno de los sectores más castigados, teniendo en cuenta que se anticipan bajadas de los tipos de interés. “El índice sectorial de banca del Eurostoxx ha recortado un 7,8% en la semana y bancos como BBVA, Santander, Bankinter, Unicaja y Unicredit han caído más de un 10% y otras grandes entidades europeas como BNP, Intesa y Deutsche Bank han sufrido recortes cercanos a ese 10%. La explicación es simple: si los tipos de interés van a bajar, castigando el margen financiero, los activos de balance se van a deteriorar, ya que, al ralentizarse la economía, la valoración de los bancos va a sufrir mucho”, resumen.

No obstante, el financiero no es el único sector afectado. El temor por el impacto que puede tener en la economía europea una recesión en Estados Unidos y el índice de la volatilidad a niveles similares a los registrados durante la pandemia del Covid, alrededor de los 40 puntos, provocaron que las caídas se sucedieran en el Ibex 35, pero también en las bolsas de Milán, París y Londres este lunes.

Criptomonedas

Las criptomonedas no se han librado del terremoto bursátil, puesto que siguen siendo percibidas como valores de riesgo, tal como apunta Javier Garcia de la Torre, Country Manager de Binance España y Portugal. “Los temores de recesión han llevado a la reasignación de capital lejos de los activos de mayor riesgo, con las monedas digitales todavía percibidas en gran medida como tales”, explica.

García De Torre añade que “los meses de verano han sido históricamente más lentos que otros meses del año”, en cuanto a la inversión de las criptomonedas. Además, las elecciones de Estados Unidos y el posicionamiento sobre las criptos que tengan ambos candidatos también moverá el mercado: “A medida que se acerquen las elecciones, es probable que presenciemos impactos en el mercado en ambas direcciones, a medida que los candidatos aclaren sus posturas sobre las criptomonedas”.

El petróleo en mínimos desde enero

Las caídas en la bolsa también están afectando al mercado energético, con el barril de Brent en 77 dólares, el precio más barato desde enero. Desde ING apuntan a la demanda china y a la inestabilidad de Oriente Medio como asuntos que están moviendo el precio. “Mientras que hay crecientes preocupaciones por la demanda, los riesgos geopolíticos siguen pesando sobre el mercado petrolero. Los participantes están esperando ver cómo responde Irán al asesinato del líder político de Hamás en suelo iraní”, indican.

El economista jefe de Lombard Odier, Samy Chaar, coincide en que se espera una respuesta de Irán, pero considera que también el riesgo de recesión está condicionando el precio del crudo.

Qué esperar esta semana

Tras un inicio muy intenso de semana, desde Bankinter creen que la ausencia de datos macroeconómicos “ayudará a templar los ánimos ante un cambio de expectativas que parece excesivamente precipitado”. “Tras un arranque de semana algo convulso tras las caídas el lunes en Asia, estabilizarse y recuperar cierta calma sería un buen desenlace para la semana”, añaden.

El analista Manuel Pinto asegura que nos encontramos ante una “corrección saludable” de los mercados que “permitirá entrar” en bolsa “a precios significativamente inferiores a los que estábamos acostumbrados hace apenas unos días”.