La suspensión de la fusión entre Iberia y Air Europa le ha costado a IAG 248 millones de euros en bolsa. Las acciones del grupo, que cotizan en el Ibex 35, se han resentido y han pasado de costar 1,96 euros por título el día antes del anuncio, a cerrar con un precio del 1,91 euros este martes. Aunque es una diferencia insignificante en el precio del título ha tenido un impacto millonario en la capitalización bursátil del holding hispanobritánico.

Además de los vaivenes del valor en bolsa tras el anuncio, que llegó a perder un 3,63% en una sola sesión, IAG se vio afectado este lunes por el terremoto bursátil que llevó al Ibex 35 a perder los 10.500 puntos. Como explicó este periódico, el cambio en la política monetaria de Japón, la amenaza de recesión en Estados Unidos y la tensión en Oriente Próximo lastraron las bolsas de todo el mundo. Durante el martes, la mayoría de índices han ido recuperando terreno y, según los analistas, lo que ocurrió al inicio de la semana era una “corrección” del mercado.

El pasado 1 de agosto IAG anunció que daba marcha atrás en el intento de fusión entre Iberia y Air Europa, porque las condiciones que ambas compañías habían planteado a la Comisión Europea no garantizaban la competencia, según el ejecutivo comunitario. Esta era la segunda vez que ambas aerolíneas estudiaban una fusión, pero muchas de sus rutas coinciden desde España y con destino al mismo país, por lo que Bruselas consideraba que su fusión no garantizaba a los usuarios suficientes opciones.

En febrero de este año, la Comisión Europea abrió una investigación en profundidad para analizar el alcance de la fusión en cuanto a la oferta de rutas. Iberia estaba dispuesta a ceder gran parte de las mismas para garantizar el éxito de la fusión. El ejecutivo comunitario concluyó que la transacción podía reducir la competencia en rutas nacionales españolas, especialmente en rutas en las que los trenes de alta velocidad no ofrecen una alternativa, y en rutas entre la España peninsular y las Islas Baleares y Canarias.

También temían que hubiera afectación en rutas de corto radio entre Madrid y algunas de las principales ciudades del espacio económico europeo, así como rutas que conectan Madrid con Israel, Marruecos, Reino Unido y Suiza, en las que ambas aerolíneas ofrecen conexión directa. En cuanto a las rutas de largo recorrido entre Madrid y América del Norte y del Sur, la Comisión subrayaba que ambas partes ofrecen conexión directa y tienen pocos competidores con conexión directa.

Finalmente, y tras intercambiar documentación con las aerolíneas, Bruselas señaló, en un comunicado firmado por la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Margrethe Vestager que “la fusión habría afectado negativamente a la competencia en un gran número de rutas nacionales, de corto y largo recorrido en, hacia y desde España, en las que las dos aerolíneas compiten estrechamente".

Desde Iberia afirmaron que si hubieran cumplido con las exigencias comunitarias, la operación hubiera dejado de tener “sentido empresarial”. Y la Comisión consideraba que “las conversaciones con las empresas y el paquete de medidas correctoras propuesto no abordaba los problemas de competencia detectados".

Vestager afirmó también que desde 2021, cuando las dos aerolíneas intentaron fusionarse por primera vez, la situación ha cambiado para Air Europa, que está hoy “en una posición más fuerte” que hace tres años. Esto también suponía que Iberia tenía que hacer más concesiones para contar con el visto bueno de Bruselas y que llegar a un acuerdo que garantizase la libre competencia era aún más difícil que la vez anterior.

Tras esta decisión, IAG pagará a Globalia 50 millones de euros en concepto de compensación como consecuencia de la ruptura del acuerdo de compra. El grupo no tiene intención de desprenderse, eso sí, su participación minoritaria del 20% en Air Europa que compró en 2022. "Nuestro 20% siempre ha sido una inversión financiera porque Air Europa siempre ha sido un competidor y así lo va a seguir siendo", añadió el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, respecto a su posición sobre la compañía de la familia Hidalgo.