Carlos Goyanes, esposo de Cari Lapique y primer marido de Marisol, fallecía este miércoles a los 79 años mientras dormía en su casa de Marbella. La inesperada noticia ha sumido a su familia en un profundo dolor, y se han reunido este jueves en el tanatorio junto con todos sus amigos más cercanos.
Su esposa, Cari Lapique, se encontraba en Sotogrande en el momento del suceso, pero se desplazó inmediatamente a Marbella al recibir la triste noticia. También sus hijas, Carla Goyanes y Caritina, junto con algunos de sus nietos, han estado en el tanatorio en esta jornada tras pasar los primeros momentos juntas el miércoles. También han querido presentar sus respetos María Zurita, Ana Botella, rafa Medina, Olivia de Borbón y Julián Porras o Álvaro Falcó y su mujer, Isabelle Junot.
Pero fue a la llegada de Nuria González, cuando se ha producido un susto a las afueras de tanatorio. La empresaria, que recibió el cariño de Carlos Goyanes y Cari Lapique hace solo unos meses cuando murió Fernando Ferández Tapias, se bajaba del coche con rostros serio. Pero entonces, en el exterior del edificio ha comenzado a salir humo por la explosión de un cuadro eléctrico, tal y como informa Look. Uno de los trabajadores ha salido con un extintor y ha sofocado el origen del humo.
Carlos Goyanes tenía un marcapasos desde hace un año
Según ha revelado Beatriz Cortázar en El Economista, Goyanes fue sometido a una operación hace aproximadamente un año para instalarle un marcapasos. A pesar de este pequeño problema de salud, se encontraba en perfecto estado. El empresario pasaba unas vacaciones en la ciudad malagueña junto a su familia, disfrutando de la compañía de sus nietos, con quienes tenía una relación muy cercana.
Estos días de descanso en Marbella eran habituales para Goyanes y su familia, donde aprovechaban cada momento para poder disfrutar juntos. Su viuda enfrenta ahora uno de los momentos más difíciles de su vida, tras perder al padre de sus hijas de manera tan inesperada.
Las muestras de cariño han sido constantes y las que las coronas de flores de los amigos de la familia un goteo permanente. El miércoles, tras una larga jornada en el tanatorio, Cari Lapique abandonaba la capilla ardiente junto a su hija Carla y su yerno Jorge Benguría.
Poco después era la primogénita del empresario, Caritina, incapaz de contener las lágrimas, quien volvía a casa. Salía arropada por su marido Antonio Matos y una amiga tras velar a su padre antes de volver a despedirse de él este jueves.
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