Este 8 de agosto, Barcelona ha sido el epicentro de la tensión política catalana cuando unas 3.500 personas se han congregado cerca del Parlament en el paseo Lluís Companys para mostrar su apoyo a Carles Puigdemont. No parecen muchos manifestantes para alguien que ha estado años en el exilio y paralizó Cataluña en 2017 tras la declaración unilateral de independencia. 

Barcelona ha sido escenario de numerosas manifestaciones en los últimos meses con cifras similares. Hace menos de un mes, unas 3.000 personas salieron a las calles de Barcelona para protestar contra el turismo masivo. Este fenómeno, que ha transformado la economía y la fisonomía de la ciudad, ha generado un creciente descontento entre los residentes, que ven cómo su calidad de vida se ve amenazada por la afluencia constante de turistas.

En diciembre de 2018, una manifestación también congregó a alrededor de 3.500 personas, convocados por el partido animalista Pacma, los manifestantes se reunieron frente al Ayuntamiento de Barcelona para protestar contra la muerte de la perra Sota, que fue abatida a tiros por un agente de la Guardia Urbana.

También recientemente, ell 15 de julio de 2024,  unos 3.500 vecinos del Raval protestaron contra la ocupación del Parc de Joan Miró debido a las obras de la línea L8 del metro.