El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, desveló un poco a cuentagotas los contactos que ha mantenido con las autoridades y opositores venezolanos tras las presidenciales del pasado 28 de julio y la sospecha fundada de fraude electoral, aunque en ningún momento quiso aludir a este asunto más allá de la petición de las actas de votación. Lo hizo ayer durante una comparecencia ante la comisión de Exteriores del Senado a petición de los populares. Narró que justo este lunes había hablado con su homólogo Iván Gil, además de con María Corina Machado y Edmundo González, con los que, sugirió, mantiene una línea de comunicación constante y fluida. Pero dijo más, porque en respuesta a la portavoz del Grupo Popular en el Senado, Alicia García, le invitó a que hablara "con su líder", esto es, Alberto Núñez Feijóo.

"Creo que usted no debe hablar con su líder, con el señor Feijóo. No voy a desvelar contactos con él, pero le aconsejaría que hablara, que él sí sabe lo que estamos haciendo", espetó a García nada más arrancar su turno de réplica y ante las críticas que poco antes había vertido la popular sobre la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez y su negativa a dar a González como ganador de esa contienda. Y ante los gestos de ésta, dando a entender que sí habla con su jefe de filas, el ministro de Exteriores dijo no comprender entonces "por qué ha mantenido esa actitud, por qué traía escrito ese papel si el señor Feijoo sí ha hablado con usted de lo que ha hablado conmigo".

Un intercambio de mensajes en un espacio de tiempo de apenas tres días

¿Han existido esos contactos sobre la situación venezolana? Albares da a entender que ha mantenido oportunamente informado al líder del primer partido de la oposición. Sin embargo, la versión que ofrecen en el PP está mucho más matizada, según ha podido recabar El Independiente. Fuentes del Senado explican que lo que hubo fue un "intercambio de mensajes vía X" nada más celebradas las elecciones, en todo caso, "antes de la operación de desprendimiento de retina" a la que se sometió Feijóo. Y teniendo en cuenta que esta intervención tuvo lugar el 31 de julio y las presidenciales venezolanas fueron el 28 del mismo mes, apenas pudieron intercambiar impresiones tres días. Luego, esos contactos se cortocircuitaron.

Otras fuentes de Génova además agregan que fue el líder del PP "el que entabló el contacto con el Gobierno", pero que "nunca le volvió a dar feedback de nada", lo que se contradice con la versión anterior salvo por el hecho de que debió ser un contacto tan efímero que los populares insisten en que el Gobierno no les está informando de su estrategia tras las elecciones en el país chavista.

Feijóo aludió este lunes al tema venezolano. En una entrevista en la Cope y tras dar por válida la derrota de Nicolás Maduro, apeló a la necesidad de iniciar un periodo de transición y parar el ciclo de represión del régimen con más de 2.000 detenidos y decenas de fallecidos en las protestas sociales. "Maduro no resiste la realidad de los votos", dijo, para criticar a continuación al Gobierno de Sánchez al acusarle de seguir las instrucciones "del señor Zapatero, que es amigo e intermediario del régimen de Maduro".

El PP pide que España lidere un plan de reconocimiento del triunfo de González

A su juicio, España "está muda. Debería liderar un plan de reconocimiento de los resultados democráticos en Venezuela en el ámbito de la Unión Europea", unas críticas que se comparecen poco con ese "él sí sabe lo que estamos haciendo" que le soltó Albares a la portavoz popular.

Por su parte, el ministro no quiso revelar si en estos quince días ha hablado con Zapatero, quien, en calidad de observador internacional, no ha dicho ni una palabra de la limpieza del proceso electoral venezolano mientras se acumulan las críticas de los presidentes de Chile, Colombia o Brasil, todos ellos de izquierdas. Sí quiso salir en su defensa acusando a los populares de no superar "que les ganara las elecciones hace 20 años y nos sacara de una guerra ilegal", en alusión a Irak y la famosa foto de las Azores.

Recordó además que fue Zapatero quien, en presencia del Rey y durante la celebración de la cumbre iberoamericana de 2007 celebrada en Santiago de Chile, "se enfrentó al presidente Chávez -antecesor de Maduro- para defender al presidente Aznar. ¿Cuándo alguien del PP ha defendido a un presidente español?". Hugo Chávez llamó "fascista" a Aznar tras acusarle de intentar alentar un golpe de estado en Venezuela, acusaciones ante las que Zapatero pidió "respeto".

Según Albares el ex presidente "hace una labor que el Gobierno valora y aprecia y también la oposición (venezolana), me consta, porque ha participado en muchos diálogos y en la liberación de presos políticos y ustedes lo saben", dando a entender que, a pesar de su silencio, puede estar jugando en estos momentos un papel conciliador con el régimen chavista para buscar una salida a la actual situación.