Esto de vivir tiene sorpresas en forma de dados cargados. En el mundillo del rock se denomina "hacerse un Pete Best" a lo mismo que le ocurrió a Dave Mustaine de Metallica, a Syd Barrett de Pink Floyd, o a Brian Jones de Rolling Stones: que justo cuando te echan, el grupo se convierte en éxito mundial.

Tal día como hoy en 1962, a Pete Best le hicieron un Pete Best.

Pete ¿qué?

Salvo por el cine, no nos es posible imaginar un mundo sin Beatles, la banda que, en palabras de John Lennon, llegó a ser “más famosa que Jesucristo”. Sin embargo, está claro que pocos saben quién es este señor. El único ser vivo que fue expulsado del grupo. El batería en el original del clásico “Love Me Do”.

El despido

La noche del 15 de agosto de 1962, The Beatles acababan de concluir uno de sus conciertos en The Cavern Club, cuando, mientras recogían sus cosas, Pete Best, el encargado de la batería, preguntó a Lennon si salían juntos. John, consciente de la noticia que esperaba a Pete en apenas unas horas, declinó la propuesta, sabedor de que ese "no" sellaba mucho más que un trayecto de vuelta. No, no volverían a ir juntos a ninguna parte.

Al llegar a su casa, Pete encontró una nota en la que su madre, Mona Best, le decía que tenía que ir a ver a Brian Epstein, el mánager del grupo. No era extraño que quisiera charlar con él, porque a menudo cuadraban agendas para actuaciones. Al día siguiente, el bueno de Best se dirigió a la oficina de Epstein sin sospechar que ese sería un día que recordaría para siempre. Tras dos minutos de conversación banal, que ya despertó las sospechas del instrumentista, su mánager le dejó claro que el grupo no quería seguir con él a la batería. La banda de la que había formado parte desde sus días locos en Hamburgo, los chicos con los que había compartido más que música, ya eran parte del pasado.

Best preguntó al empresario si había ya sustituto y lo sabía, y la respuesta fue sí. Se trataba de Ringo Starr, al que Best conocía porque estaba en otra banda. “En aquella época había muchos grupos de Liverpool tocando en Hamburgo, porque era más barato contratarles que a los de Londres”, me cuenta Jordi Melgosa, gran conocedor del universo Beatles y director del fanzine El Submarí Groc. El motivo de que Pete tocase con Beatles fue muy sencillo: necesitaban un batería para poder actuar en Hamburgo. Ni más ni menos. 

Batería a destajo

Curiosamente, Best es el batería que más ha tocado con Beatles sobre un escenario, gracias a aquellas largas jornadas de ocho horas en Hamburgo, con apenas unos breves descansos de quince minutos para avituallarse. Estas actuaciones, que comenzaban a las 7 de la tarde y se extendían hasta bien entrada la madrugada, convirtieron a aquellos chicos en los músicos pop más experimentados sobre un escenario de su época. 

En entrevistas posteriores, Pete Best ha afirmado haberlo encajado con serenidad, con frases del estilo: "Si es lo que tiene que ser, será". Pero no parece normal que un músico que rozaba la veintena pudiera reaccionar con la calma y la resignación de un sabio a ser expulsado de su banda. De hecho, según Melgosa, acordó con Epstein actuar con The Beatles esa misma noche y hasta que pudiera incorporarse Ringo, pero no se presentó.

El motivo de su expulsión parece claro: para ir a tocar a Hamburgo a destajo cada noche, bien, pero cuando las cosas empezaban a despegar, ese batería ya se quedaba corto. Según Luis Merino, autor del libro Cuando la música era redonda (Sílex), Ringo ya había suplido a Best en alguna ocasión y estaba más en la onda del resto de la banda. Su carisma, su humor flemático y su profesionalidad superaba a la de Pete. Por lo visto George Martin, el director artístico de EMI, su sello discográfico, fue quien puso a la banda en la tesitura de que si querían grabar con ellos, el batería tenía que ser más profesional. Esa ya fue la puntilla para el muchacho, que no acababa de encajar.

Un modesto legado

Aunque fue expulsado del grupo, Peter dejó su modesta huella, no demasiado virtuosa, en algunas grabaciones tempranas. Entre ellas, el único tema instrumental de la banda, "Cry for a Shadow". 

También participó el percusionista en un peculiar "Bésame mucho" que seguro no se parece en nada a lo que te cantaría tu abuela. 

Hay que buscar en las recopilaciones para encontrar esas pequeñas joyas, esas rarezas que cuentan con Pete Best en la batería, aunque no aparezca en ninguna de las fotografías. En Anthology 1, por ejemplo, su rostro fue deliberadamente arrancado de una de las fotos incluidas en el libreto, un gesto que algunos consideran cruel y otros ven con un toque de humor irónico. Para incluir esas grabaciones, la autorización de Pete Best se gestionó a través de abogados. Los Beatles nunca se pusieron en contacto directamente con él, a pesar de que coincidieron en algunos conciertos a lo largo de los años. Pete, que en entrevistas posteriores ha lamentado no haber vuelto a saber nada directamente de ellos, firmó los papeles motivado por un cheque sustancioso.

Y así, el pobre Pete no solo quedó fuera de la banda, sino también arrancado de su historia.

La madre de Pete

Su despido pilló a Best desprevenido. No se imaginaba que el grupo prescindiría de él, ya que su relación con los Beatles se había afianzado durante sus días en Hamburgo. Aunque no formó parte de The Quarrymen, la formación primitiva de The Beatles, su conexión con la banda se consolidó cuando su madre, Mona Best, abrió el sótano de su casa en Liverpool para que los muchachos tuvieran un lugar donde ensayar. Este espacio luego se convirtió en el Casbah Coffee Club, un lugar clave en los primeros días de la banda y que más tarde se transformaría en un sitio de peregrinación para los beatlemaníacos.

Podemos imaginar a John Lennon pintando las estrellas del techo que todavía permanecen, y a Paul McCartney manchado de pintura de colores por dibujar unas rayas que ahora son veneradas como reliquias. Sí, aquellas estrellas son testigos de los sueños de los que luego serían también estrellas en el mundo.

Mona Best hizo posible el milagro simplemente por apoyar a su hijo. Tampoco opuso resistencia a que el chico, al que por lo visto necesitaban, viajase a Hamburgo para conseguir unos chelines, y de paso formar parte de la prehistoria de la auténtica revolución musical del mundo conocido.

¿Qué fue de Pete Best?

Pete Best ahora se gana la vida colaborando en la conservación y explotación del Casbah Coffee Club, dando conferencias y como invitado a eventos para fans de The Beatles. Desde este año, la casa familiar se ha reconvertido en un Airbnb con varias habitaciones que los fans de la banda pueden alquilar para vivir una experiencia completa en su visita a Liverpool.

Sin duda, el percusionista ha encontrado su nicho entre los fanáticos de la banda, y ya con eso le da para vivir. De vez en cuando le invitan a participar en alguno de los numerosísimos conciertos que incluyen parte del repertorio de los cuatro de Liverpool, y se defiende bien todavía con sus baquetas.

Aunque en las entrevistas siempre afirma que mirar hacia atrás no tiene sentido, que gracias a no estar en The Beatles ahora es un feliz padre de familia y un largo etcétera de argumentos salidos seguramente de cientos de horas de terapia, lo cierto es que le costó 18 años volver a un escenario tras aquel episodio. Lo hizo con su propia banda, The Pete Best Band. Buscó un vocalista parecido a Paul y un sonido que muchos reconocerán.

Su historia nos da una pequeña lección vital: si bien es cierto que la fortuna visita de manera caprichosa a quienes están en el lugar oportuno en el momento correcto, al final la verdad acaba imponiéndose: Pete Best, a pesar de su apellido, no era el mejor.