Hace un año, a las 12 de la mañana hora española comenzaba en Sídney el partido que marcaría un antes y un después en la historia del deporte español: la selección femenina se alzó, por primera vez, con la Copa del Mundo de fútbol. Lo hizo con un gol de Olga Carmona que les llevó a ganar frente a Inglaterra. Un hito que, sin embargo, quedó empañado con el polémico beso que el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas a las españolas.
El momento, en el que muchos no repararon en directo, se convirtió en el principal tema de conversación en España durante semanas. De ahí a un debate social que traspasó fronteras y que terminó en una serie de procesos mediáticos, deportivos y judiciales que continúan a día de hoy.
Si el Mundial supuso un punto de inflexión para la selección femenina de fútbol, el beso a Jenni Hermoso lo fue para Luis Rubiales, que tras intentar torpemente quitarle hierro a la polémica se resistió a abandonar la Federación y acabó dimitiendo a la fuerza. ¿Qué ha sido de él desde entonces?
Un ático de lujo vendido y una entrevista con Alvise
Al beso no consentido a la jugadora le siguieron un vídeo en el que Rubiales pedía perdón por lo sucedido, afirmando que "seguramente me he equivocado", y la famosa asamblea extraordinaria del 25 de agosto –"¡No voy a dimitir!"– en la que relató su versión de la conversación previa al beso donde presuntamente preguntó a la jugadora: "¿un piquito?", y en la que reiteró que no iba a dimitir. Finalmente, tras muchos comunicados, declaraciones y acusaciones, la RFEF anunció el 10 de septiembre la dimisión oficial de Luis Rubiales como presidente.
Pero las consecuencias del beso no se redujeron al ámbito laboral. Rubiales fue imputado por agresión sexual y coacciones, y la Audiencia Nacional le impuso una orden de alejamiento de 200 metros de Jenni Hermoso. Tras su declaración en la Audiencia Nacional en septiembre de 2023, donde negó que el beso no fuera consentido, poco más se supo del caso hasta junio de este año, cuando se confirmó que el juicio contra el expresidente por el beso a Hermoso comenzaría el 3 de febrero de 2025, donde la Fiscalía pedirá para él dos años y medio de cárcel.
Desde su dimisión, el granadino se ha ido apartando poco a poco del mismo foco mediático que le achicharró el verano pasado, aunque eso no significa que lo haya conseguido. O al menos, no del todo. Primero se habló de su ático de lujo situado en la madrileña calle Ferraz, vivienda que puso en venta por 2,5 millones de euros después de no poder seguir cubriendo los gastos de su hipoteca. Unas cuotas que, hasta entonces, había estado pagando con la ayuda de la RFEF.
Después, el nombre de Rubiales siguió sonando en diversas entrevistas a finales de año. Entre ellas, la que concedió al actual eurodiputado Alvise Pérez para su canal de YouTube, donde afirmó que "se habló mucho de lo mío y muy poquito de otras cosas mucho más importantes", sugiriendo que su caso no había sido más que una cortina de humo.
El 'Caso Brody'
Pero la vida de Rubiales ha ido seguido después del beso, sobre todo en lo que a acusaciones jurídicas se refiere. Durante 2024 el expresidente se mantuvo alejado de España y del ojo público y pasó una larga temporada en República Dominicana. Mientras permanecía en el Caribe, la Unidad Central Operativa (UCO) llevó a cabo un registro en las oficinas de la RFEF, en su casa de Motril, y días más tarde en el lugar en el que se hospedaba en el país latinoamericano. Todo con motivo de las supuestas irregularidades en contratos relacionados con la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí.
Cuando Rubiales volvió a España, la Guardia Civil lo detuvo en el mismo aeropuerto, donde lo interrogaron sobre el llamado 'Caso Brody', en el que es acusado por corrupción en los negocios, blanqueo, administración desleal y pertenencia a organización criminal. Tras acogerse a su derecho de no declarar, fue puesto en libertad, hasta su citación como imputado el 29 de abril de este año. Allí negó cualquier tipo de irregularidad entre la Federación, los árabes y Kosmos (la empresa de Gerard Piqué que hizo de intermediario) y afirmó que gracias a ese contrato "se salvó el fútbol".
El fútbol después de Rubiales
¿Y qué supuso para la selección femenina de fútbol la salida de Rubiales? En primer lugar, el cambio del seleccionador nacional, que pasó de Jorge Vilda a Montse Tomé. Con ella, se convirtieron en las ganadoras de la primera Women's Nations League después de ganar a Francia en la final, con un 2-0 en el marcador.
Una alegría que hizo que la selección femenina partiese como la favorita a conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de París 2024. Sin embargo, el combinado no pudo subirse al podio después de quedar 0-1 frente a Alemania en la pelea por el bronce. Ahora, los ojos están puestos en su cuarta Eurocopa, que se celebrará en Suiza el próximo verano de 2025.
Hoy se cumple un año del beso de Rubiales pero, sobre todo, 366 días desde que la selección femenina de fútbol hiciera historia.
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