El consumo de marihuana y, por tanto, la plantación de la planta por parte de los narcotraficantes sigue creciendo en España. La proliferación de los estupefacientes en España sigue siendo una de las grandes preocupaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado y tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional ponen gran parte de sus efectivos contra el tráfico de drogas.

El narcotráfico, a su vez, daña gravemente las arcas del Estado y también provoca que grandes compañías españolas sufran de lo lindo las prácticas fraudulentas de los delincuentes que se dedican a vender marihuana en España. Según la clasificación del gasto en consumo final de los hogares por finalidad que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística) dentro de las Cuentas anuales no financieras de los sectores institucionales, el volumen de negocio de los traficantes se disparó en 2022 (últimos datos actualizados) hasta los 8.222 millones de euros.

Las cifras no han dejado de crecer año a año Por ejemplo, según datos del propio INE, hace 25 años, el gasto en droga era de unos 4.500 millones de euros. Llama la atención como desde la llegada del coronavirus disparó el gasto de los ciudadanos españoles en droga. En concreto, en apenas dos años se pasó de mover unos 6.000 millones hasta la cifra anteriormente citada.

La marihuana es una de las drogas más consumidas en España. De acuerdo al informe de la consultora Cannamonitor, se ha convertido en el principal mercadillo de Europa. El documento indica que nuestro país mueve unos 2.200 millones de euros en el mercado negro, una cantidad que supone el 20% de todas las ventas ilegales de esta sustancia de los países miembro de la UE.

“Hay una economía de exportación al mercado ilícito europeo y una gran producción en España que debería hacernos plantear qué hacemos con el cannabis”, resalta el informe recabado por la dicha consultora.

Endesa, contra los enganches

Como se mencionaba anteriormente, grandes compañías españolas se ven damnificadas por los enganches ilegales. La planta de marihuana requiere de mucha luz y de refrigerio para que pueda dar el polen que finalmente se convierte en la droga que llega hasta nuestras calles.

Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan 24 horas al día mediante enganches ilegales que causan estragos en la red eléctrica. La sobrecarga de potencia activa las protecciones de los centros de transformación y provoca interrupciones de suministro que afectan a los vecinos de la zona.

Endesa, en este sentido, desconectó de la red eléctrica 1.260 enganches para alimentar plantaciones ilegales de marihuana en el primer semestre del año, siete al día. La cifra supone un incremento del 14% respecto al mismo periodo del año anterior y pone de manifiesto la magnitud de un problema creciente que amenaza la seguridad física de los vecinos y la calidad de suministro en zonas con alta concentración de fraudes.

La energía consumida por las plantaciones detectadas entre enero y junio de este año ascendió a 141 millones de KWh, el equivalente al consumo de cerca de 40.300 hogares y representó el 35% de toda la energía defraudada contabilizada por Endesa. No obstante, se calcula que el total de las plantaciones de cannabis existentes en España consumen unos 2,2 TWh de electricidad, equivalente a la demanda de Sevilla​ en un año.

Más detenidos

El aumento del consumo de marihuana y de las plantaciones ilegales, también se han traducido en el aumento de los detenidos por parte de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. En concreto, los procedimientos por tráfico de drogas en 2022 aumentaron un 4% respecto al mismo período del año anterior (últimos datos actualizados). Estos datos, de la Fiscalía General del Estado, recoge las actuaciones, según el delito desglosado por las otras fiscalías provinciales.

Por comunidades autónomas, el mayor número de investigaciones y detenciones por tráfico de drogas tuvo lugar en Andalucía, con 6.250; seguida de Cataluña, con 3.672; y de Madrid, con 3.596.