A sus 38 años, el patrimonio de Rafa Nadal va más de sus 92 títulos como tenista profesional. Solo por sus premios deportivos, el tenista se habría embolsado a lo largo de su carrera 120,7 millones de euros según la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Nadal es, ante todo, historia del deporte español, pero lleva diseñando su futuro para cuando llegue el momento de la retirada casi tanto tiempo como jugando. Una vez más, Rafa está preparado.

Su última aventura empresarial es Palya Invest, la empresa conjunta de Nadal junto al empresario hotelero Abel Matutes Prats, con la que prevén invertir más de 200 millones de euros, incluido el valor del suelo ya adquirido y las obras de construcción, en levantar más de un centenar de villas y apartamentos en la Costa del Sol. Se tratará de branded residences, un tipo de vivienda que viene avalada por el sello de lujo y calidad de firmas como Armani o Four Seasons.

El proyecto dispone de terreno para unas 50 villas en primera línea de playa en Estepona y para otras 40 en la zona de Nagüeles, en Marbella. Matutes espera que las obras comiencen a final de año, para tener los alojamientos preparados en 2027, y 2028 respectivamente. Las viviendas de Palya se comercializarán a través de Sierra Blanca, una promotora malagueña con experiencia en las ya mencionadas branded residences.

Las inversiones de Nadal

A través de varias sociedades, Nadal prepara un futuro después del deporte basado en una lucrativa y diversificada cartera de inversiones. Aspemir es el holding a través del cual canaliza la mayoría de ellas. Esta sociedad de cartera duplicó sus beneficios en 2021, alcanzando los 20,75 millones de euros ese mismo año. Del total de la facturación, 12,6 millones de euros proceden de inversiones en el extranjero mientras que el resto, 6,08 millones de euros, corresponden a España. Pero esta no es su única carta en el asunto económico.

La propia Palya Invest formada con Matutes es heredera de Mabel Capital, una empresa que ambos compartían con Manuel Campos pero que, tras romper la alianza por divergencias estratégicas, pasó a manos de la dupla balear. Estos se quedaron también con la productora Komodo, dueña del festival Mad Cool y promotora de telerealities como Soy Georgina y Tamara Falcó: La Marquesa, ambas en Netflix.

En su entramado empresarial, Nadal ha jugado al Monopoly y cuenta ya con varias propiedades en la industria hotelera. Su primer movimiento fue en 2013, cuando se asoció con la familia del exfutbolista Julen Lopetegui en la remodelación de dos hoteles de lujo en México, en la isla de Cozumel. También cuenta con aliados en su Mallorca natal, invirtiendo en la cadena hotelera Palladium y asociándose con Meliá para el lanzamiento de alojamientos vacacionales de la marca en la isla balear.

La marca Nadal

Pero es que Rafa Nadal es, en sí mismo, una marca propia. Su imagen se presenta como logotipo cada vez que hace un acto público. Forbes estima su caché en un millón de euros por aparición. Su nombre es sinónimo de calidad premium en todo lo que acompaña.

El tenista cuenta con una academia de tenis para jóvenes de entre 10 y 18 años. La Rafa Nadal Academy by Movistar en Manacor está liderada por su tío, Toni Nadal, y combina la enseñanza deportiva con una formación integral, ya que también funciona como centro educativo.

Junto a su mujer, Mery Perelló, el mallorquín ha lanzado su propia fragancia, comercializada por la firma francesa Henry Jacques Parfums. Acuerdos de publicidad, una fundación con nombre propio, varios complejos hoteleros... Nadal ha conseguido salvaguardar sus ganancias y rentabilizar sus inversiones. No se trata de la leyenda del tenis Rafa Nadal, sino de Rafa Nadal con nombre propio. Muchos que como él han hecho fortuna con el deporte quedan cegados por el dinero rápido y son víctimas de la codicia de su entorno. Este no ha sido, por suerte, el caso de Nadal, inteligente y con los pies en la tierra dentro y fuera de la pista.