No cabe duda de que las andanzas de Aena en los mercados bursátiles se cuentan por éxitos. Más de tres años y medio después de su estreno en el parqué, sus acciones acumulan una revalorización superior al 140%, a la que habría que sumar los jugosos dividendos abonados por el grupo en este periodo. Aupada por el espectacular rendimiento de la industria turística en España, el gestor de aeropuertos ha llegado a erigirse en uno de los valores predilectos de los inversores.
Pero su suerte parece haber cambiado en los últimos tiempos. La compañía ahora presidida por Maurici Lucena sufrió este miércoles un tropiezo del 4,74%, su mayor caída en una sesión desde noviembre de 2016. Lejos de servir como estímulo, la presentación del nuevo plan estratégico de la compañía ha desencadenado una ola de ventas sobre la compañía que la ha convertido en uno de los peores valores de la sesión, en una jornada de pérdidas generalizadas.
Ni la promesa de un dividendo abundante durante los próximos años ni las perspectivas de negocio que abre la explotación de sus recursos inmobiliarios ni la intención de diversificar su negoció con su expansión a otros territorios han sido anuncios capaces de conquistar a los inversores.
Los expertos coinciden en que el plan presentado por la compañía, controlada en un 51% por el Estado a través de Enaire, apenas ha presentado novedades y se ha ajustado, básicamente, a lo planteado por el anterior equipo gestor, antes de que el cambio de Gobierno provocara un relevo en su cúpula.
Las peores previsiones en tráfico de pasajeros y márgenes han puesto en alerta a los inversores
Sin embargo, alguna de las previsiones lanzadas por Aena han producido cierto desencanto entre los inversores. "Todos esperaban una moderación en el tráfico, aunque quizás no tan fuerte", señala Elena Fernández-Trapiella, en referencia a la actual previsión del grupo aeroportuario de que el flujo de pasajeros apenas crecerá un 2% en 2019, frente al 5,5% previsto para el presente ejercicio y el 8,2% registrado el año anterior.
Este contexto provocará un recorte en el crecimiento de los beneficios que, además, coincide con una merma de los márgenes de rentabilidad, a causa del crecimiento de los costes operativos. "Se esperaba una subida de los costes operativos, por la renovación de contratos y concesiones, pero creo que no estaba prevista una erosión tan significativa de los márgenes", comenta la analista de Bankinter.
El tropiezo registrado este miércoles por Aena representa, no obstante, una continuación en la mala racha registrada por el grupo en los últimos tiempos y que la ha llevado a perder un 22% de su valor en tan solo cinco meses, liquidando así todas las ganancias bursátiles registradas desde febrero de 2017. En este periodo de recortes ha visto diluirse su valoración en unos 6.000 millones de euros.
Los analistas llevaban tiempo advirtiendo de que el grupo aeroportuario había alcanzado unos niveles bursátiles que reflejaban ya casi al completo las buenas nuevas que podían esperarse y obviaban cualquier riesgo. Esas amenazas han empezado a aparecer en el horizonte con el repunte algunos destinos turísticos -países árabes- que en los últimos años habían sufrido por la amenaza del terrorismo y que ahora empiezan a recuperar un turismo que, por lo tanto, abandona el mercado español.
A eso, Aena suma otros riesgos, tal y como observan los analistas de Banco Sabadell, como pueden ser los derivados del Brexit y su impacto sobre la capacidad adquisitiva de los turistas británicos, fuente principal de visitantes a España o los riesgo de desinversiones por parte de su accionista TCI, que ha ido reduciendo su participación en los últimos meses, hasta situarla en el 8,3%.
Los expertos ven pocos factores que puedan revertir la suerte de la compañía a corto plazo
Con estas cuestiones sobre la mesa, algunas firmas han visto con inquietud el impacto que el cambio de Gobierno en España podría tener sobre la gestión del grupo. Así, por ejemplo, en Banco Santander advertían el pasado agosto de que la nueva dirección, encabezada por Maurici Lucena, podría verse obligada a realizar "una gestión de la compañía menos favorable al mercado". Los inversores llevan tiempo demandando al grupo una asignación de sus recursos más eficientes, pero las restricciones que le impone su condición de empresa pública suponen un lastre a la hora de abordar nuevas inversiones y proyectos.
En este contexto, no parece fácil para Aena recobrar el favor de los mercados. Con escasas posibilidades de que las cifras de tráfico de pasajeros deparen sorpresas positivas en los próximos meses y con un plan inmobiliario cuya ejecución se plantea a más de veinte años, la posibilidad de una adquisición atractiva en el extranjero aparece como la opción más factible. El grupo español está actualmente a la expectativa ante los concursos de sendos aeropuertos en Bulgaria y Brasil. En cualquier caso, como advierte Fernández-Trapiella, "las oportunidades en este sector son limitadas y es necesario que cualquier compra se haga a un precio interesante".
Así, al grupo aeroportuario podría quedarle, de momento, poco más que esperar a que, una vez asumidas las decepciones, los inversores vuelvan a fijar su mirada en el atractivo dividendo de Aena y consideren que el castigo recibido ya ha sido suficiente.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El CNI dice que el espía acusado de traición dio un "rollo de papel"
- 2 Muface: las novedades del contrato que ultima el Gobierno
- 3 Sánchez, ridículo imborrable
- 4 Comprobar Lotería de Navidad 2024 - El Independiente
- 5 El secretario de Estado de Comunicación deja el cargo
- 6 Los claroscuros de la duquesa roja: lesbiana y cercana a ETA
- 7 La España nuclear enfila el apagón: 60 pueblos sin reactor ni futuro
- 8 David Broncano, multado por llamar "vendehumos" a los coach
- 9 Podemos allana el camino para el regreso de Irene Montero