Ya hay fecha y lugar oficiales: el 41º Congreso Federal del PSOE se celebrará el 15, 16 y 17 de noviembre en Sevilla. La propuesta la aprobó este lunes la ejecutiva de Pedro Sánchez y será elevada, para su ratificación, por el comité federal del partido, que se reunirá el próximo sábado, 7 de septiembre, para convocar el cónclave. En ese momento se pondrá en marcha toda la maquinaria socialista para su renovación interna y en cascada, de arriba abajo, desde la cúpula federal hasta las direcciones autonómicas, provinciales y locales. Pero el 41º Congreso tendrá una importancia clave en la historia del PSOE por la postura que fije en torno a la financiación autonómica. El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno intentará que su formación asuma el modelo pactado por PSC y ERC, el de la "financiación singular" para Cataluña que considera extensible al resto de territorios. Frente a las críticas, Ferraz emplaza a los barones a debatir sobre este asunto tanto en el comité del sábado como en el congreso de noviembre.

Este lunes, los socialistas retomaron su actividad tras la pausa estival. Sánchez dirigió la reunión de su ejecutiva federal, y en ella se aprobó la fecha del 41º Congreso que el sábado validará el comité. Fecha que comunicó a los medios en rueda de prensa en Ferraz la portavoz de la cúpula, Esther Peña. La dirigente resaltó que se tratará de un cónclave ordinario —que supone la aprobación de una resolución política, la renovación de los órganos y la activación del proceso congresual en las federaciones—, porque se celebra pasados los tres años del anterior, el número 40, el que tuvo lugar en Valencia entre el 15 y el 17 de octubre de 2021. Los estatutos del PSOE fijan que el congreso ha de celebrarse entre el tercer y el cuarto año posterior al último cónclave. Pero si se habla de adelanto es porque los congresos suelen estar separados por cuatro años, aunque el último, el 40, se tuvo que retrasar unos meses por la pandemia del covid, recordó.

Peña confirmó también lo absolutamente esperable: Sánchez optará a la reelección como secretario general del PSOE. "Todos los miembros de la ejecutiva le dimos nuestro apoyo y le hemos hecho saber la necesidad de que siga al frente del partido en el nuevo ciclo congresual", detalló.

El comité del sábado fijará el calendario congresual. También se aprobará el reglamento del cónclave y el número de delegados

No genera ninguna duda interna que Sánchez volverá a encabezar el partido. La incertidumbre sí planea más en los territorios. El comité federal fijará el calendario congresual, la fecha tope en la que deben concluirse los cónclaves autonómicos, aunque en principio las federaciones disponen de un margen de tres meses. También aprobará el reglamento del cónclave y el número de delegados (entre 500 y 2.000).

La financiación autonómica ocupará un debate central en la cita de Sevilla. Y la dirección lo asume, consciente de que el pacto PSC-ERC ha generado resquemor en amplias capas del partido, un malestar que trasciende a las direcciones siempre críticas con Ferraz, Castilla-La Mancha y Aragón, dirigidas por Emiliano García-Page y Javier Lambán. "Sin duda", dijo Peña, la dirección quiere que sea en el 41º Congreso, en donde se hablará de "vivienda, de mejora de los servicios públicos" o de los "desafíos" para la democracia, el que también discuta del modelo de financiación autonómica. La portavoz recordó que, una vez abierto el proceso, todos los militantes socialistas podrán pronunciarse a través de enmiendas a la ponencia marco que la cúpula plantee. "Vamos a hablar de financiación, de los estatutos de autonomía, porque ciertas cosas han tocado techo. Hay que definir nuevas competencias autonómicas", describió.

La dirección federal asegura que no quiere rehuir el debate de la financiación autonómica y recuerda que los militantes podrán enmendar la ponencia marco

Pero antes del congreso habrá una oportunidad para que los barones socialistas manifiesten sus discrepancias. Será en el comité federal de este sábado. Peña animó a los críticos a exponer sus reticencias a la cara a Sánchez, porque tanto la reunión del día 7 como el congreso de noviembre son el "lugar más idóneo" para que "todos los miembros del partido" hablen de financiación autonómica.

Bilateralidad, solidaridad

Incluso de manera indirecta la portavoz pidió coraje a los barones. Durante la rueda de prensa, reclamó a todos los presidentes autonómicos, "muchos del PP", para que tengan las "agallas" de plantear su propuesta en materia de financiación que "defienda el interés de sus vecinos, el interés de sus territorios y que defienda los servicios públicos". El PP amasa un enorme poder territorial: dirige 11 de las 17 CCAA, pero otras cuatro están lideradas por los socialistas. Descontadas Cataluña (Salvador Illa) y Navarra (María Chivite) —la comunidad foral disfruta de un concierto económico, como Euskadi—, quedan Castilla-La Mancha y Asturias, cuyos presidentes, Emiliano García-Page y Adrián Barbón, sí se han manifestado contrarios al cupo catalán. También lo ha hecho, y de manera contundente, el nuevo líder de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, quien este mismo lunes celebró el adelanto del congreso federal y consideró "imprescindible" que en él se debata sobre el modelo de financiación para que de la cita salga "un sentimiento común" de todo el partido, informa EFE.

Peña esquiva la expresión 'concierto'. Subraya que se trata de una "financiación singular", que ya existe, recalca, para Teruel, Soria o Cuenca, "y nadie puso el grito en el cielo"

"Ahí quizá entremos en un debate que seguro que será mucho más interesante donde algunos vean que lo que interesa es beneficiar al 6% de las mayores fortunas como sucede en Madrid o mejorar los servicios de transporte interurbano en provincias rurales como Castilla y León", defendió Peña. La portavoz insistió en que lo que busca el acuerdo PSC-ERC es una reforma del sistema desde la "bilateralidad", pero que es extensible a otras CCAA, y que reconoce la "solidaridad" entre territorios. Es decir, que Cataluña "ha abierto la brecha" y ahora los demás gobiernos autonómicos tienen la "oportunidad" de conseguir una mejor financiación para sus territorios para "procurar mejores servicios públicos".

Peña no habló en ningún momento de concierto económico. Se remitió en todo momento a la expresión "financiación singular", la que recoge el acuerdo PSC-ERC. Y también intentó rebajar el alcance de lo pactado: ya existe un trato singular ahora mismo: "Yo quiero recordar que la primera fiscalidad diferencial y singular que hay en este país la tienen Teruel, Soria y Cuenca [por el riesgo de despoblación] y nadie puso el grito en el cielo". La portavoz mostró la satisfacción del PSOE de que el debate en Cataluña gire ahora en torno a la financiación, y no en torno a la independencia: "Estamos muy contentos porque los independentistas hayan cambiado en hablar de independencia en todos los sentidos para hablar de solidaridad interterritorial". "En este país —siguió— hay un cupo y un concierto: el que el PP tiene con los millonarios" en lugares como la Comunidad de Madrid.

Se espera que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, explique algunos detalles el miércoles en el Senado, a petición del PP, pero en todo caso este no es el final del camino, sino el principio, recordó, y queda "mucho por hacer". Peña respondió a ERC, que insiste en que Cataluña dispondrá de la "llave de la caja", que "no es tan importante quién recauda, quién gestiona", sino recibir unos servicios públicos "de calidad". La dirigente pidió ceñirse a la letra del texto sellado con los independentistas y dejar de "elucubrar", porque el objetivo no es "acabar con la solidaridad interterritorial", sino "dotar a las instituciones catalanas de los recursos necesarios para hacer frente a las necesidades". "Estoy convencida de que este párrafo [del acuerdo del PSC con ERC] lo firman todos los presidentes autonómicos", culminó.

Fuentes de la cúpula socialista rubricaron que el comité federal es el espacio para comentar las "disensiones" que ha generado el acuerdo con los republicanos. Pero Ferraz espera una reunión tranquila del máximo órgano, este próximo sábado, porque algunos barones se "han replegado ya" en sus críticas al concierto económico.