La fecha ya está. 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2024. Sevilla. Las coordenadas del 41º Congreso Federal del PSOE. Pero esa es solo una de las metas volantes del largo proceso de renovación interna que arrancará el sábado en el partido. Aún queda por definir el calendario completo, tanto de las estaciones que conducirán al cónclave federal como del plazo que Ferraz dará a las federaciones para que celebren sus respectivos congresos. Y esta segunda batalla, la de los territorios, es ahora mismo tan importante como la primera. Porque Pedro Sánchez tiene que decidir si intenta conquistar federaciones claves, lanzando a candidatos alineados con su discurso. En el punto de mira están Castilla-La Mancha y Aragón, lideradas por Emiliano García-Page y Javier Lambán, desde el principio muy distanciadas de Ferraz, pero también están en juego los liderazgos de Andalucía, Madrid o Castilla y León. Y para todas escaramuzas el dominio de los tiempos, lógicamente, es básico. Una convocatoria rápida de los procesos autonómicos haría más complicado el florecimiento de candidatos alternativos a los actuales barones.

El control de Sánchez sobre el PSOE es prácticamente total. Las primarias que ganó a Susana Díaz en 2017, contra pronóstico, le proporcionaron una extraordinaria armadura, pero fue el aterrizaje en la Moncloa en 2018 y las victorias electorales de 2019 —las dos generales, de abril y noviembre y las autonómicas, municipales y europeas de mayo— lo que le blindó por completo. Ese contexto de euforia y paz interna, más una gestión de la pandemia que logró superar sin demasiados problemas, se proyectó en el 40º Congreso Federal, el de unidad de los socialistas, el que se celebró en Valencia el 15, 16 y 17 de octubre de 2021. Hace justo tres años.

El comité federal del sábado deberá fijar el calendario interno, la fecha tope de celebración de los congresos regionales, menos de 90 días, provinciales, insulares, locales y de distrito

El comité federal que convocó formalmente aquel cónclave se celebró el 3 de julio de 2021, y en ese momento se fijó que los congresos autonómicos tenían que finalizar, como máximo, el 19 de diciembre de 2021, "plazo inferior a los 90 días previstos" en los estatutos. También se estipulaba en aquel reglamento que los procesos de renovación provincial, insular, municipal y de distrito debían concluir antes del 30 de abril de 2022.

Esa plantilla es la que debería aprobar este sábado el comité federal del PSOE. El máximo órgano de dirección ha de convocar formalmente el 41º Congreso y lo hará, si no hay más cambios, para el 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre, después de que inicialmente la ejecutiva de este lunes aprobara otra propuesta, la de los días 15, 16 y 17 de noviembre, que tuvo que rectificar pasadas las 20 horas "por cuestiones de logística", al no haber ya disponibles en Sevilla centros con un aforo superior a las 2.000 personas, aunque también es cierto que la fecha inicial podía colisionar con la XXIX Cumbre Iberoamericana, en Ecuador (12 al 15 de noviembre) y con el G-20 de Brasil (18 y 19).

Pero el comité también deberá acordar la jornada tope de finalización de los congresos regionales. La disposición adicional segunda de los estatutos vigentes señala que los comités autonómicos del PSOE convocarán sus respectivos cónclaves, que "habrán de realizarse tras la celebración del congreso federal, en un plazo inferior a 90 días".

Lo previsible es que se repita el esquema de 2021, que las direcciones autonómicas puedan convocar sus congresos en cuanto pase el comité del próximo sábado

Aparatos regionales consultados por este diario señalan que lo normal es que se repita el esquema de 2021. Es decir, que una vez que se dé luz verde este sábado al proceso de renovación interna, las direcciones autonómicas puedan convocar ya sus congresos para cuando deseen, teniendo en cuenta la fecha tope que fije el comité federal. Cabría otra opción, y es que Ferraz impusiera que se convoquen solo una vez celebrado el cónclave federal de finales de noviembre. Esta última posibilidad daría más margen para el montaje de candidatos alternativos. Porque no es igual que un congreso regional se celebre justo después del federal a que tenga lugar hasta tres meses después.

La ventana de oportunidad: un año y medio sin elecciones

Y es que aquí también cuenta la estrategia. Como señalan dirigentes de federaciones más alejadas ahora de Ferraz y que se sienten amenazadas, lo lógico es que en estos casos los barones opten por celebrar sus congresos pegados al federal, para dificultar en lo posible que echen raíces candidaturas auspiciadas por Ferraz. Otras direcciones, sin embargo, no tienen la decisión tomada o guardan silencio. Todavía es pronto para hacer cálculos. Y es que hasta hace una semana en el partido no se pensaba que Sánchez adelantaría un año el congreso con un doble propósito: blindarse internamente frente a las críticas, más ahora que late el malestar por el acuerdo de PSC y ERC, y apuntalar nuevos liderazgos territoriales, por la ventana de oportunidad que está abierta ahora, al no divisarse elecciones pronto. Las primeras, de hecho, serían las autonómicas de Castilla y León y Andalucía, en febrero y en junio de 2026, si no se anticipan.

La candidata más probable de Ferraz que competirá por Aragón sería la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Los números, 'a priori', serían favorables para ella por la debilidad de los lambanistas tras perder el Gobierno regional

Sánchez deberá decidir qué batallas territoriales quiere dar. La más clara y previsible es la de Aragón. Lambán ya adelantó que no se presentaría para un nuevo mandato y, perdido el Gobierno regional con la debacle socialista de mayo de 2023, él y los suyos han quedado más debilitados. La candidata más que probable alentada por Ferraz será la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que de entrada contaría con el apoyo de Huesca, la provincia más alineada con Sánchez. Pero los lambanistas piensan competir para impedir que la ministra se haga con las riendas de la federación aragonesa. Los números, a priori, serían más favorables para el presidente del Gobierno.

Castilla-La Mancha, en cambio, es un terreno mucho más complicado para Sánchez. García-Page sigue siendo presidente autonómico, y con mayoría absoluta —el único en el PSOE, de hecho—, y tiene en principio el control de su federación. No total, advierten sus críticos. La ruptura entre Page y Ferraz es total —"La noticia sería que hiciera una rueda de prensa apoyando al Gobierno de España", dijo Sánchez en su comparecencia de fin de curso en la Moncloa, el pasado julio—, pero la cúpula no ha adelantado si promocionará una candidatura rival. Una alternativa que podría no vencer pero que sí erosionaría al jefe de la Junta.

Javier Lambán, expresidente de Aragón, y Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, el 19 de enero de 2023 en un desayuno informativo en Madrid. | EUROPA PRESS / ALBERTO ORTEGA

El presidente asturiano, Adrián Barbón, siempre se contaba en las filas sanchistas, aunque no por ello dejó de mostrar su discrepancia con la "financiación singular" para Cataluña. Su continuidad, salvo sorpresa, está asegurada. También la de la otra presidenta autonómica socialista, la navarra María Chivite, jefa de la federación desde 2014.

Con Andalucía, la duda es si la cúpula mantiene la confianza en Espadas, totalmente fiel a la línea federal pero cuestionado en su territorio

Madrid y Andalucía llevan siendo fuente de preocupación clara para Sánchez desde hace meses, y lo verbalizó con nitidez tras las europeas, recalcando que la ventaja del PP en ambas comunidades se hacía difícil de compensar, por mucho que el PSC arrasara en Cataluña. El presidente es consciente de que necesita recuperar al menos su granero andaluz para resistir en la Moncloa. La duda es si mantendrá la confianza en Juan Espadas, la opción con la que ganó a Susana Díaz en las primarias autonómicas de 2021, o si lanzará otra apuesta. Espadas está totalmente alineado con Ferraz y no ha manifestado críticas contra la financiación singular de Cataluña, pero sí está cuestionado internamente, y la cúpula federal lo sabe. La opción de que la candidata en las elecciones autonómicas de 2026 fuera la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, es ya inviable, como asumen todos en el partido, dado que ha quedado achicharrada tras el acuerdo de PSC y ERC, ya que ella siempre se opuso a un modelo de concierto para Cataluña y sería presa fácil para el PP de Juanma Moreno.

La continuidad o no de Tudanca

Ferraz mantiene una relación tensa con el líder del PSOE-M, Juan Lobato, y hay dirigentes que dan por seguro que Sánchez propiciará su relevo en una federación que siempre le ha importado, la suya. La alternativa no es, no obstante, clara. Podría serlo el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, que ya compitió contra Lobato en las primarias regionales de 2021, pero también podría impulsarse un candidato de ADN profundamente sanchista, como el ministro Félix Bolaños o un responsable muy próximo a él y que ha ganado en visibilidad por su cargo: Fran Martín, actual delegado del Gobierno. Madrid siempre ha sido una federación muy complicada de gestionar, convulsa internamente y lastrada por sus tres décadas fuera del Ejecutivo regional, y hay miembros, también en la dirección de Sánchez, que entienden que no se pueden quemar líderes cada cuatro años. Lobato se ha mostrado disconforme con algunas decisiones del Ejecutivo.

No está claro aún si se propiciará el relevo de Lobato en Madrid, una federación muy convulsa y lastrada tras tres décadas fuera del poder

Castilla y León está liderada, desde 2014, por Luis Tudanca. Era uno de los barones más cercanos a Sánchez, pero la relación con Ferraz, y especialmente con el secretario de Organización, Santos Cerdán, se ha enfriado. Ganó en los comicios de 2019, pero no pudo gobernar por la alianza de PP y Ciudadanos, y en 2022 salvó los muebles, pero no tuvo opciones de arrebatar la Junta a los populares. Algunos responsables entienden que se impone la renovación después de un ciclo de 10 años, pero los cercanos a Tudanca aseguran que tienen la federación peinada y que los apoyos están afianzados en caso de que él decidiera optar a un nuevo mandato. El líder castellanoleonés ha confrontado en los últimos tiempos más con la cúpula. Por la reforma de la sedición y la malversación y, ahora, por el concierto catalán.

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, el pasado 25 de julio de 2024 en Palma. | EUROPA PRESS / ISAAC BUJ

El resto de batallas territoriales son, en principio, menores. En Extremadura no se prevé relevo por la victoria, el pasado marzo, de Miguel Ángel Gallardo en las primarias regionales, en las que se impuso a la aspirante más próxima a Ferraz, Lara Garlito. La federación tendrá que celebrar ahora su congreso ordinario, aunque no se esperan cambios. Igual que ocurre en el PSPV, que aupó también en marzo a la ministra Diana Morant como su nueva secretaria general. En La Rioja, cederá el testigo con seguridad la expresidenta Concha Andreu. Y en Canarias y Baleares en principio optarán a la reelección el titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y la presidenta del Congreso, Francina Armengol, aunque ninguno ha comunicado oficialmente su decisión.

En Extremadura, Valencia y Galicia ya se celebraron los congresos extraordinarios autonómicos en primavera. Pero tendrán que celebrarse los cónclaves ordinarios

En Cantabria, comunidad que vicepresidía el PSOE hasta hace un año, pretende continuar su actual líder, Pablo Zuloaga. En Euskadi, no hay dudas sobre Eneko Andueza, elegido jefe del PSE en 2021 y reforzado por el ascenso de sus siglas en las autonómicas del pasado marzo. En Galicia, todavía bajo el shock de las regionales de febrero, se hizo con las riendas del partido en abril el último candidato electoral y exlíder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro.

"Alinear" el discurso del partido

Sánchez comunicó este lunes a su ejecutiva que optará a la reelección como secretario general, una noticia que no podía sorprender después de que decidiera volver, "con más fuerza si cabe", tras sus cinco días de reflexión. También manifestó a los suyos, como avanzó El País, que aspira a "alinear" el discurso del partido tras las últimas críticas por el modelo financiero para Cataluña. "Pretende que marquemos posicionamiento político y se pueda discrepar, pero que todos vayamos a una tras el congreso federal", explicaba un integrante de la dirección. Es decir, que busca limar las discrepancias en la medida de lo posible, acallar el malestar interno. Aumentar su control del partido.

La dirección emplaza a los barones a exponer su malestar a Sánchez en el comité o en el congreso federal. El presidente podrá explicarse este miércoles, en el arranque de curso, o el sábado

El presidente prometió que habrá más "pedagogía" acerca de la "financiación singular". Reconoció que hay que explicarlo mejor, una tarea que ni él ni Montero han desplegado en un mes de perfil muy bajo del Gobierno, precisamente para no soliviantar a ERC, socio imprescindible en el Congreso, igual que Junts. Sánchez tendrá la oportunidad de hacerlo, de tranquilizar a su formación, en el comité federal del sábado, pero también en su discurso de arranque del curso político este miércoles en el Instituto Cervantes.

La cúpula, de hecho, anima a los barones críticos a aprovechar la cita de este próximo 7 de septiembre, y el cónclave de finales de noviembre, para lanzar su propuesta de reforma financiera. Que tengan "agallas" para presentarla, les dijo este lunes la portavoz de la ejecutiva, Esther Peña, a todos los presidentes autonómicos, también por tanto a los del PSOE. Las heridas no se han cerrado, aunque en Ferraz creen que algunos barones sí que se han "replegado". El sábado se verá si el ruido interno ha menguado.