José Luis Escrivá ya tiene sucesor al frente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública: será Óscar López, el director de Gabinete de Pedro Sánchez desde julio de 2021. Un nombramiento de carácter totalmente político, que refuerza el peso del Gabinete, dado que López es un veterano fontanero del PSOE, que llegó a desempeñar el cargo de secretario de Organización con Alfredo Pérez Rubalcaba como jefe de Ferraz y que es muy respetado internamente. A su vez, quien dirigirá el Gabinete del presidente será el historiador Diego Rubio, uno de los asesores que ha ido ganando relieve en la Moncloa desde su llegada al complejo en 2020.

El anuncio del nombramiento de Óscar López Águeda (Madrid, 1973), adelantado por El País, llega antes incluso de la confirmación, por parte del ministro de Economía, de que Escrivá se convertirá en el nuevo gobernador del Banco de España, un ascenso duramente criticado por el PP porque salta del Consejo de Ministros a una institución que tendrá que evaluar sus políticas desplegadas durante sus años en el Ejecutivo. Lo previsible es que el relevo sea rápido: Escrivá será cesado en las próximas horas como ministro para hacerse con las riendas del supervisor bancario y López asumirá de inmediato Transformación Digital, un departamento que Sánchez creó el pasado noviembre, desgajándolo de Economía, y al que añadió a finales de año, tras la salida de Nadia Calviño del Gabinete, las competencias de Función Pública, que estaban en manos de Hacienda. El presidente dio forma al nuevo ministerio porque quería mantener a Escrivá en su equipo a la espera de que se agotase el mandato de Pablo Hernández de Cos al frente del Banco de España, y eso ocurrió el pasado junio.

Sánchez y López trabajaron juntos en Ferraz a las órdenes de Pepe Blanco en Organización. Su relación se agrietó entre 2016 y 2017, pero luego el presidente lo devolvió a su círculo íntimo

Con López, Sánchez da una nueva impronta a la cartera. De un técnico, economista, sin carné, a un político de pura cepa, socialista hasta el tuétano y de la máxima confianza del líder socialista. Desde siempre, desde que ambos empezaron a trabajar juntos en Ferraz a las órdenes de Pepe Blanco, secretario de Organización y luego vicesecretario general de José Luis Rodríguez Zapatero. Sánchez premia así con un ministerio a uno de sus principales colaboradores en la Moncloa.

La relación entre ambos flojeó con el proceso de primarias de 2017, cuando López apostó por el exlehendakari Patxi López como líder del partido. Pero tras el aterrizaje en la Moncloa de Sánchez en 2018, vía moción de censura, fue destinado a Paradores como presidente. Y de allí, en 2021, lo reclutó para su Gabinete, como sustituto de Iván Redondo.

Cuando fue aupado a la jefatura de Gabinete en 2021, se interpretó como la voluntad del presidente de engrasar la relación de Gobierno y partido tras las tiranteces de la 'era Redondo'

En aquel momento, en el PSOE se percibió el fichaje de López como la manera que eligió Sánchez para engrasar la relación de Gobierno y partido, maltrecha en los años de Redondo, como la vía para fortalecer políticamente su Gabinete con un pata negra socialista. Porque López, tras estar del lado de Blanco, fue promocionado por Zapatero en 2008 como secretario general del partido en Castilla y León, y como candidato a la Junta en 2011. Rubalcaba lo designó en 2012 como su número tres, como su secretario de Organización, con Elena Valenciano como vicesecretaria general. Sánchez ganó sus primeras primarias en 2014, y situó a su amigo López en el Senado, también como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. En 2016 la relación entre ambos se comenzó a agrietar, y fue entonces, tras la decapitación de Sánchez por los barones, cuando López se alineó con el exlehendakari de cara a las primarias de mayo de 2017.

El puesto de director de Gabinete es central en la estructura de la Moncloa. Es la persona más cercana al presidente, en quien descansa el dibujo de la estrategia del Gobierno, quien amasa mucho poder entre bambalinas. Ahora López vuelve a la esfera pública, delante de las cámaras, y no detrás. A dotar de armazón político Transformación Digital y reforzar el peso del Gobierno.

Rubio es historiador y ocupó primero el cargo, en 2020, de director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia. Hace un año se encargaba de los asuntos europeos de Sánchez

Sánchez, por su parte, asciende como nuevo director de Gabinete al joven Diego Rubio Rodríguez (Cáceres, 1986), secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica desde el pasado noviembre. Es decir, que el presidente promociona a quien era su sherpa en cuestiones de política europea. Rubio no es licenciado en Ciencias Políticas, como López, sino en Historia por la Universitat Autònoma de Barcelona. Premio Nacional de Excelencia, completó su formación con un máster en la École Normale Supérieure de Lettres et Sciences Humaines y un doctorado en la Universidad de Oxford.

Diego Rubio, nuevo director de Gabinete del presidente, Pedro Sánchez. | MONCLOA

Rubio ha ido creciendo desde que llegó a la Moncloa en 2020, de la mano de Iván Redondo. Entonces fue nombrado director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, un despacho de nueva creación encargado de pensar la España de las próximas décadas. La confianza del presidente en él se fue aquilatando, y de hecho, tras la salida de Redondo, Rubio se quedó en la Moncloa, subiendo peldaños, como el de miembro del comité organizador de la presidencia española de la UE. El último escalón hasta ahora, el de sherpa del líder socialista en las cumbres europeas. Ahora, asumirá el mando de todo el Gabinete, un puesto de altísima responsabilidad al servicio del presidente y al que llega con menos de 40 años.