En ocasiones, cuando hacemos una compra importante, o cuando se dan situaciones excepcionales que nos impedirán comprar todos los días, optar por congelar alimentos es un gran recurso.

Esto, sobre todo, se da para mantener los productos más perecederos en buen estado, lo que es una inmejorable fórmula que nos garantiza comer bien todos los días.

Bien es cierto que, aunque no tiene mucha ciencia, algunos consejos nos pueden ayudar a que el proceso de congelar y descongelar los alimentos lo hagas de la mejor manera. Así que, a la pregunta, ¿cómo podemos hacerlo de una manera óptima y sin que estos terminan dañándose?

Congelar correctamente los alimentos es fundamental para mantener su calidad

Son una gran opción que favorecen la comida saludable: si lo que se congela es saludable, lo sigue siendo cuando se descongela. Pero para hacer buen uso de estos alimentos, es preciso conocer la manera de congelar y descongelar correctamente cada producto.

La norma general para congelar alimentos frescos es hacerlo lo antes posible, respetando al máximo la cadena de frío. Los congeladores domésticos medios suelen alcanzar una temperatura de -18ºC, suficiente para bloquear la proliferación de microorganismos.

Si se quiere congelar pescado fresco, lo ideal sería limpiarlotrocearlo en caso de que no vaya a cocinarse entero, y secarlo bien antes de envasarlo. Para evitar que las grasas del pescado se oxiden, es preferible utilizar bolsas de congelado con cierre hermético o tuppers con el mismo sistema.

En el caso de la carne, es preferible eliminar las partes que no se vayan a consumir como grasa, huesos, despojos, etc. y envolverlos también en bolsas herméticas o en film transparente, evitando que quede aire en el interior.

Además, se debe escribir la fecha en los envases, ya que a pesar de que la congelación mantiene las propiedades y la seguridad de los alimentos durante más tiempo, cada alimento tiene su fecha de conservación máxima. En el caso de la carne y el pescado, los tiempos de conservación máxima son los siguientes, según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA):

  • Carne de cerdo: 4-6 meses
  • Carne picada: 3-4 meses
  • Carne de pavo/pollo: 9 meses
  • Carne de vacuno: 6-12 meses
  • Pescados grasos (azules): 2-3 meses
  • Pescados clancos: 6-8 meses.

En el caso de los platos cocinados, se deben dejar enfriar siempre antes de congelar, evitando que el calor descongele otros productos ya congelados.

Muchos congelados no necesitan descongelarse antes de cocinarlos

Y para el proceso de descongelación es igualmente importante. Ahora bien; hay que tener en cuenta que muchos alimentos congelados no necesitan descongelarse antes de cocinarlos. En estos casos, lo indicado es seguir las instrucciones de preparación que deben constar en el etiquetado.

Cuando se requiere una descongelación previa, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomienda dos métodos:

  • Colocar el producto en el estante inferior del frigorífico durante 24 horas. Si vamos a descongelar más de un alimento a la vez, es importante que no entren en contacto para evitar el intercambio de líquidos y, por tanto, el riesgo de contaminación cruzada.
  • Utilizar el microondas en el modo defrost o descongelar. En este caso, hay que vigilar que no se produzca una descongelación irregular. Dependiendo del tamaño del alimento, es fácil que, por ejemplo, la parte central se mantenga congelada mientras que los extremos empiezan a cocerse.

Descongelar en agua fría

Se trata de un sistema más rápido que el frigorífico, pero requiere más atención para que se lleve a cabo de forma segura. Los alimentos que se han llevado a congelar deben sumergirse en el agua fría envueltos de forma hermética para evitar la absorción de líquido (esto reduciría su calidad) y el peligro de contaminación por microorganismos. El agua ha de renovarse cada media hora, aproximadamente, y, tras la descongelación, debemos cocinar el alimento de forma inmediata.

Lo que NO hay que hacer

Los alimentos nunca deben descongelarse a temperatura ambiente, por ejemplo, en el fregadero o sobre el mármol de la cocina, pues por encima de los 4ºC las bacterias aceleran su desarrollo. Ese mismo motivo desaconseja la descongelación con agua caliente.

Los alimentos descongelados nunca deben volver a congelarse, por la pérdida de propiedades organolépticas y por el riesgo que suponen los microorganismos que habrán tenido la oportunidad de desarrollarse una vez descongelados. Solo pueden volver a congelarse si han sido cocinados.