El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ha vuelto a cargar este martes contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a quien ha acusado de frustrar el acuerdo que habría allanado el camino a la liberación de los rehenes israelíes que permanecen en manos de Hamás por "intransigencia" y la sensación de "impunidad" que rodea la operación militar israelí en la Franja de Gaza, con una nueva masacre que ha dejado en las últimas horas al menos 40 muertos en una "zona humanitaria" designada previamente por Israel.

"Casi lo logramos, pero no lo logramos (el alto el fuego). ¿Por qué? Muy sencillo, porque quienes libran la guerra no tienen ningún interés en ponerle fin. Están fingiendo, cada vez menos, porque su intransigencia va acompañada de una impunidad total y sus acciones no tienen consecuencias", ha declarado Borrell este martes en una rueda de prensa en El Cairo en la segunda jornada de su visita por Egipto, tras desplazarse la víspera al cruce fronterizo de Rafah, cerrado desde la operación israelí en mayo.

A juicio de Borrell, que en los próximos meses abandonará el cargo que hereda la ya ex primera ministra de Estona Kaja Kallas, "las violaciones flagrantes del derecho internacional siguen siendo ignoradas" por el Estado judío y su "intransigencia" está acompañada "de una impunidad total y sus acciones no tienen consecuencias". "Si se amenaza a instituciones como la Corte Penal Internacional (CPI), si se ignoran totalmente los fallos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), entonces, ¿cuál es la solución y en quién podemos confiar?", se ha interrogado Borrell, que tiene previsto continuar su viaje regional por el Líbano, en plena tensión entre Israel y la milicia chií libanesa Hizbulá.

Capacidad de presión "limitada" sobre Israel

"Podemos ejercer nuestra presión política y diplomática sobre las autoridades israelíes, pero nuestra capacidad es limitada. Hacemos lo que podemos. Estados Unidos también hace lo que puede. Pero algo falla aquí. No entiendo por qué aún no se ha alcanzado el alto el fuego. Alguien lo está posponiendo", deslizó ayer desde Rafah. "Utilizando la capacidad de la Alta Representante, hice una propuesta a los ministros del Consejo de Asuntos Exteriores para imponer sanciones a dos ministros del gobierno israelí por incitación al odio. El Consejo debatió sobre ello y decidió acudir a los órganos técnicos. Todavía no es un 'Sí', todavía no es un 'No'. No sé cuál será el resultado final, todavía no lo sé. Los órganos técnicos del Consejo están trabajando en ello. No sólo están estos dos ministros, sino también algunas agencias, algunas instituciones que consideramos responsables de la expansión ilegal de las colonias en Cisjordania, que también se proponen como sancionadas. Así que, vamos a ver, pero creo que la Unión Europea tiene una lista para estudiarla y considerar estos casos", agregó.

El socialista ha vuelto a subrayar que la UE ha respaldado "incondicionalmente" los esfuerzos de mediación de Egipto, Qatar y Estados Unidos para un alto el fuego en Gaza, que se han llevado a cabo durante meses sin éxito. Borrell ha insistido en que la tregua debe estar ligada a un relanzamiento de la búsqueda de una solución política para la que Bruselas sigue apostando por el modelo de los dos Estados. Según su opinión, "hay que poner en marcha un proceso" para implementar la solución de los dos Estados además de "ver qué tipo de presión ejercer sobre los que no quieren esta solución", ha señalado en alusión al Gobierno israelí del primer ministro, Benjamín Netanyahu.

En El Cairo Borrell se ha reunido con el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, quien le subrayó la responsabilidad que recae sobre la comunidad internacional y la UE de "ejercer una intensa presión para alcanzar un acuerdo que pondría fin a la guerra en curso" en Gaza. No es la primera vez que Borrell carga contra Israel. Sus declaraciones afeando las posiciones de Netanyahu y su Gobierno se han vuelto habituales en los últimos meses. De hecho, una de las incógnitas es el tono que adoptará su sucesora en el cargo en mitad de un conflicto que sigue sin visos de solución.