España es el país de la Unión Europea con mayor proporción de hogares en situación de pobreza energética. La tasa, del 20,8%, iguala a la de Portugal pero duplica a la media del resto de países. Pese a las medidas que se han tomado en los últimos años para rebajar la factura, entre 2022 y 2023, ha aumentado el porcentaje de hogares en esta situación en la UE hasta el 10,3%.

La Comisión Europea, que ha presentado este jueves el informe sobre el estado de la Energía entre los 27 estados miembros, considera que atajar la pobreza energética es uno de sus retos. El texto apunta que "la nueva legislación del mercado energético protegerá mejor los hogares vulnerables y los afectados por la pobreza energética frente a la desconexión".

No obstante, insta a los países a "proteger a los consumidores a través de intervenciones sobre los precios máximos". En España ya se aplicó un tope al precio máximo del gas para producir energía eléctrica y, sin embargo, la situación de los hogares ha empeorado.

La pobreza energética no es el único reto que revela el informe que destaca "la brecha de ambición en los objetivos en materia de energías renovables y eficiencia energética, el diferencial de precios de la energía en comparación con otros competidores mundiales y el riesgo de nuevas dependencias críticas estratégicas".

La Comisión subraya los esfuerzos de los estados miembros para reducir la dependencia de Rusia, tras la invasión de Ucrania. Apunta que en 2023, aumentaron las importaciones desde Noruega y Estados Unidos y se redujeron las rusas del 45% en 2021 al 18% en junio de 2024.

Sin embargo, en los últimos meses sí han aumentado las importaciones, algo que se explica, según la comisaria de Energía, Kadri Simson, porque entre las sanciones a Rusia no está incluido el Gas Natural Licuado. La Comisión ha dejado en manos de los estados miembros restringir esas compras, pero por el momento, ningún país ha decidido hacerlo.

En junio, la UE restringió la exportación del GNL a terceros países. Pero la medida no afecta a la importación de gas para uso en territorio comunitario, sino que busca impedir que las empresas europeas lo reexporten a terceros países, es decir, que realicen transbordos.

El ejecutivo comunitario también ha sacado pecho del incremento del uso de energías renovables para generar electricidad. "La energía eólica superó el gas para convertirse en la segunda fuente de electricidad de la UE por detrás de la energía nuclear y, en el primer semestre de 2024, las energías renovables generaron el 50 % de la electricidad en la UE", explican.