Desde esta semana el precio de aceite de oliva virgen extra ha vuelto a subir, y parece algo habitual desde el mes de julio. Los afectados por esta subida son principalmente los consumidores, pero los productores también lamentan los nuevos precios. Uno de los principales motivos de esta subida sigue siendo la sequía. Las lluvias imprevisibles e irregulares no han ayudado a una producción elevada, por lo que su precio aumenta.

 Evolución inesperada en el aceite de oliva

Aunque las previsiones decían que le precio del aceite de oliva estría entre los 4 y 5 euros a final de año, lo cierto es que los factores mencionados, sumado a la eliminación del IVA en ciertos alimentos, han dado un vuelco a las previsiones. El precio del aceite está semana ronda los 7 euros el litro, muy por encima de los esperado. Cabe destacar que no solo el precio del aceite ha subido, llenar la cesta del supermercado también es más caro.

Si bien es cierto que los consumidores pueden seguir encontrando ofertas en los diferentes supermercados, el precio de origen no hace más que subir durante las últimas fechas. En una semana el precio se ha incrementado en 4 céntimos. Sin embargo, otros aceites como el oliva virgen o lampante han disminuido ligeramente el precio.

Impacto directo de la sequía en el precio del aceite

La sequía es uno de los factores clave detrás de esta subida. Las condiciones meteorológicas han reducido la producción de aceitunas, lo que ha afectado a la calidad y cantidad de los cultivos. También es importante destacar que han aumentado los costes de producción por la subida del precio de la energía y los fertilizantes.

Perspectiva del precio del aceite de oliva

Aunque los expertos dicen que los precios van estabilizarse de aquí a que concluya el año, las previsiones ya han demostrado que no siempre se cumplen. La sequía, los costes energéticos, y la producción siguen estando condicionados, algo que va a repercutir de manera directa en el precio final del producto.

Por suerte para los consumidores, muchos supermercados, conscientes de la disminución del consumo de uno de los productos más apreciados de nuestra gastronomía, han lanzado distintas campañas promocionales con el objetivo de que las personas pueden llevarse el aceite a sus hogares. Pese a que sigue siendo un producto imprescindible en la cocina española, muchas personas se han visto obligadas a buscar remplazo al aceite de oliva virgen extra, ya que no están dispuestos a asumir el elevado precio que no acaba de estabilizarse.

El mercado del aceite de oliva continúa sufriendo  una volatilidad, reflejo de las complejidades actuales de la economía global y las condiciones climáticas que enfrentan los productores.

A pesar de que los precios en origen han mostrado ligeros descensos en algunas variedades, el consumidor final sigue pagando precios elevados por este producto esencial en la dieta mediterránea. La clave para los próximos meses será monitorear de cerca la evolución de la oferta y la demanda, mientras los productores y distribuidores intentan adaptarse a un panorama económico incierto.