El jefe de la diplomacia de EEUU lleva una semana de infarto. De Kiev a Varsovia y de la capital polaca a Washington en apenas 48 horas. Antony Blinken informa este viernes al presidente Joe Biden, que recibe al premier Keir Starmer, sobre sus conversaciones con las autoridades ucranianas, británicas y polacas. La cuestión de fondo es la luz verde para el uso de misiles de largo alcance contra objetivos en Rusia. Ucrania logrará este visto bueno, pero estará probablemente condicionado: será la Inteligencia de EEUU la que guiará los ataques contra lanzamisiles o bases desde las que salen aviones rusos que atacan objetivos civiles o infraestructuras en Ucrania.

El líder ruso, Vladimir Putin, experto en bravatas, ya ha dicho este jueves que si Ucrania usa misiles de largo alcance para atacar territorio ruso cambiaría la naturaleza del conflicto y equivaldría a "una declaración de guerra" de la OTAN, según informa The Moscow Times.

Sin embargo, Putin considera que Rusia está en su derecho de usar misiles balísticos proporcionados por Irán. Como defiende la invasión de Ucrania como una "operación militar especial" mientras que el avance de tropas ucranianas en Kursk le parece una agresión en toda regla, aunque la minimice por el impacto que tiene en su población. Por primera vez han visto claramente que el Kremlin no puede controlar las fronteras de la Federación Rusa y no les garantiza su seguridad.

La Administración Biden trata de afianzar contrarreloj la ayuda que precisa a Ucrania para dejar el terreno preparado en caso de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca. La consigna es la prudencia de ahí que se descarte que en Washington se anuncie a bombo y platillo la decisión, que sí que se comunicara a Zelenski, que viaja hacia la capital estadounidense.

En Varsovia, Blinken se reunió con el presidente Andrzej Duda, el primer ministro, Donald Tusk, y con el jefe de la diplomacia, Radoslaw Sikorski. En la rueda de prensa en el Ministerio de Exteriores, Blinken dijo: "Desde el principio, hemos estado satisfaciendo las necesidades de Ucrania para que disponga de los medios necesarios para repeler la agresión rusa. Hemos ido adaptando nuestra estrategia a lo que hace Rusia, a la situación en la línea del frente. Y así seguirá siendo ahora". Es ahora cuando llegan esos misiles balísticos de Irán que a ojos occidentales suponen una escalada.

A ello se suma que Rusia ataca continuamente objetivos civiles y destruye las infraestructuras energéticas, con lo que deja sin electricidad ni agua ciudades enteras. Como apuntó el jefe de la diplomacia polaca, eso son crímenes de guerra. "Y tienen derecho a defenderse cuando se cometen crímenes de guerra".

Los ucranianos tienen derecho a defenderse cuando se cometen crímenes de guerra"

RADOSLAW SIKORSKI, MINISTRO POLACO DE EXTERIORES

250 bases al alcance de Ucrania

Los ucranianos ya están usando los sistemas de artillería Himars (Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad), que tienen un alcance de 70 kilómetros, para atacar territorio ruso. Ucrania habría utilizado tanques británicos Challenger 2 en territorio ruso, según Sky News y BBC. También se cree que en la incursión de Kursk se han utilizado armas suministradas por Alemania.

Pero con los ATACMS estadounidenses, los Stormy Shadow británicos y los Scalp franceses quedarían al alcance de los efectivos ucranianos unas 250 bases militares rusas, como las de Voronezh, Smolensk o Rostov del Don. Esto obligaría a un cambio operativo sustancial a Rusia, que conllevaría un enorme coste.

Por lo que se ha podido interpretar entre líneas a Blinken es posible que a Kiev se le proporcione un visto bueno condicionado a los objetivos. Podrán atacar aquellas bases o lanzamisiles desde donde se atacan infraestructuras o ciudades y la Inteligencia de EEUU dará las coordenadas de esos enclaves.

Qué significa la victoria

En Varsovia a Blinken le han preguntado si sigue confiando en la victoria de Ucrania y ha sido contundente: no tiene duda y ha enumerado los logros alcanzados. Consiguieron al principio evitar que Rusia instalara un gobierno títere y borrara del mapa la Ucrania independiente, y siguieron luchando por Kiev, Járkov, incluso han derrotado a la flota rusa en el Mar Negro, sin tener flota, con drones marinos. Y ahora sorprendieron a Rusia con el avance en Kursk.

Es cierto que llevan días retrocediendo, y que en el Donbás están sufriendo graves pérdidas. Por eso no se descarta que el órdago con los misiles de largo alcance tenga como objetivo lanzar un aviso al Kremlin de que debería aprovechar para ofrecer una salida que permita que Ucrania sea una nación soberana. De ahí que Blinken no haya aludido a los límites geográficos de esa Ucrania victoriosa.

Esta visión contrasta con la de quienes creen que cualquier salida que no sea el fin de la capacidad militar de Rusia no sería más que una parada momentánea de las hostilidades. El problema en el horizonte es que a Donald Trump cuando le preguntaron en el debate si quería que ganara la guerra Ucrania se limitó a decir que quería que la guerra terminara.