Pocas cosas hay más tradicionales que comprar imanes durante los viajes para la nevera. Ahora quizás no tanto como antaño, pero sí que este hecho se vuelve muy típico en los hogares cuando salimos de viaje.
Porque los imanes no solo cumplen una función decorativa en la nevera, sino que también se utilizan para colgar cosas tan cotidianas como la lista de la compra, fotografías, recordar alguna vivencia especial de la familia...
Hablamos de que estos imanes están hechos de materiales magnéticos, como acero inoxidable, hierro o aluminio. Por lo que tienen propiedades magnéticas que les permiten adherirse a superficies metálicas, y sobre estos compuestos es que se ha tejido una gran cantidad de mitos sobre su efecto en el electrodoméstico.
Sin embargo, se ha conocido que existen varios motivos por los que no deberías poner imanes en la nevera. Por ejemplo, durante mucho tiempo se ha creído que los imanes pueden generar un campo electromagnético que propicie que la nevera consuma más energía. Y no es del todo así.
No, no se estropean los alimentos ni se consume más energía por pegar imanes a la nevera, es un falso mito
Pues bien, esta última teoría se ha descartado, como ha indicado Endesa en su página web: "La realidad es que los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera", asegura la empresa eléctrica.
Los factores que sí influyen en el aumento del gasto de electricidad de un aparato refrigerador son, sin embargo, su clase energética y el uso que se haga del propio electrodoméstico de forma irresponsable.
En concordancia, y debido a ese falso rumor con respecto a que generan un campo magnético, se ha extendido el mito de que este puede llegar a dañar los alimentos. Y tampoco.
Una creencia que asegura que, si se colocan imanes pegados a la puerta, la calidad de conservación de los alimentos se verá mermada, por lo cual se terminará con la comida en mal estado en un tiempo menor al esperado. Y la realidad, como decimos, es que no.
Sí que pueden obstruir la refrigeración
Tampoco hay ninguna consecuencia en su funcionamiento que afecte negativa o positivamente alguna operación del frigorífico. Lo que sí debemos tener en cuenta es que estos elementos pueden obstruir el cierre de la puerta, algo que sí llegará a ser un problema porque el refrigerador recibirá aire caliente y deberá trabajar más.
Pero hay otros casos donde la respuesta es afirmativa, no hay que poner imanes en la nevera, y esto se ha evidenciado científicamente, pero sólo en determinadas condiciones. Si el frigorífico es nuevo, de los de alta tecnología con pantalla táctil o similar, hay que evitar colocar cualquier tipo de imán.
Colgar demasiados imanes en la nevera puede afectar al ajuste de la puerta
Por otra parte, los imanes pueden dañar la superficie del electrodoméstico. Los imanes pueden rayar o dañar la superficie de la nevera, especialmente si son muy fuertes o se mueven con frecuencia. Esto puede afectar la apariencia de la nevera y dificultar la limpieza.
Además, colgar demasiados imanes en la nevera puede generar una sobrecarga de peso en la puerta del electrodoméstico. Esto puede afectar la capacidad del cierre de la puerta y, en algunos casos, puede incluso hacer que la puerta se desajuste o se abra accidentalmente.
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