Emilia Pardo Bazán resultó incómoda en más de una ocasión en su época. Mujer novelista, periodista, ensayista, crítica literaria y crítica social, fue precursora de las ideas feministas y las reivindicaciones de los derechos de la mujer. Escribe con desgarro y fue la introductora del naturalismo en España. La Tribuna (1883) es considerada la primera novela social y naturalista donde se da voz a la mujer trabajadora a través de un grupo de mujeres que tienen que hacer frente al poder de la patronal lideradas por Amparo, a la que denominan La Tribuna, precisamente por la fuerza de su oratoria y la terquedad en sus ideas para mejorar el trato a las mujeres.

Así, llega al Teatro Fernán Gómez este texto versionado y dirigido por Cándido Pazó, que con un elenco íntegramente gallego nos personaliza a la propia Emilia Pardo Bazán y a sus personajes en una remembranza de su propia novela, interpelando al público y a las propias actrices para rescatar aquella historia de lucha social, de amores no correspondidos o, más bien, engañados, pero también de necesidades económicas y salariales, de solidaridad y acciones comunes en pro de los derechos de las mujeres en general y de las trabajadoras cigarreras en concreto.   

Emoción creciente

Cigarreras, por tanto, ha de llamarse este montaje donde a la autora la representa Susana Dans y a Amparo (La Tribuna) Tamara Canosa, aunque compartirá personaje en algunas ocasiones con María Roja. Sin adornos superfluos, cinco actrices más darán vida al resto de compañeras, tercas, comedidas, inquietas, resignadas, en representación de otras 4.000 que trabajan en la fábrica de tabaco.

Al principio me parecía la obra un poco en claroscuro, hasta que se va despertando latente el fuego, la pasión, el ritmo, el hecho teatral en sí mismo, para introducirnos en el momento histórico y de ficción, desenterrando emociones, saliendo de las ruinas de sí mismas, ilustrando cómo, en época de la Primera República había que bregar contra el que dirán, las supersticiones religiosas, la diferencia de clases, la honra, el no dejarse avasallar ni por patronos ni por señoritos de alta alcurnia, ni por maridos ni por la milicia. 

Una adaptación precisa

Cándido Pazó ha realizado un excelente trabajo de puesta en escena del texto novelado y, posiblemente, haya tenido que prescindir de muchos pasajes, pero en ningún momento queda la sensación de haberse realizado en minúsculas, ni con clavos ni remiendos, sino que, con el recurso de la propia autora en escena, le da la voz necesaria ajustando las bisagras para que no chirríe dentro de la frescura de los personajes. 

Insisto en que va ascendiendo en emoción dando luz a una época que, en muchas ocasiones, pasamos por alto por desconocimiento o porque acontecimientos posteriores han podido ensombrecer esta historia de mujeres que solamente pretende que se les dé lo que les corresponde.  

Aun hoy, ahora, hay que seguir solicitando que se escuche al mundo femenino, que todavía hay pobres ignorantes que se consideran con mayores derechos por el hecho fortuito de haber nacido con bigote, que la sombra de aquellos días sigue siendo alargada. Pero, el grito de una mujer nunca es estridente. 

Cartel de la obra Cigarreras, adaptación de Cándido Pazó de la novela La Tribuna de Emilia Pardo Bazán

'CIGARRERAS'

Versión de Cándido Pazó a partir de la novela 'La Tribuna', de Emilia Pardo Bazán

Intérpretes: Susana Dans, Tamara Canosa / María Roja, Isabel Naveira, Ledicia Sola, Mercedes Castro / Casilda G. Alfaro, Covadonga Berdiñas, Ana Santos y Mercedes Castro

Música: Manuel Riveiro

Escenografía: Dani Trillo

Iluminación: Alfonso Castro

Vestuario: Martina Cambeiro

Dirección: Cándido Pazó

En el Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el 26 de octubre