."Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo", ha dicho el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un mensaje grabado tras reunirse en la sede militar de Tel Aviv con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Herzl Halevi. Poco antes las fuentes libanesas daban cuenta del peor balance por unos bombardeos desde el 7 de octubre de 2023: al menos 182 personas han muerto y otras 727 han resultado heridas. Un balance que a primera hora de la tarde el Ministerio de Salud Pública del Líbano ampliaba hasta las 274 víctimas mortales y los 1.040 heridos.

Las autopistas del sur del Líbano se llenaron de coches mientras los civiles huían hacia el norte, en dirección a Beirut. Los ataques, que elevaron torres de humo y fuego por las colinas del sur del Líbano y el valle de la Bekaa, se produjeron tras las advertencias de Estados Unidos a Israel de que no tomara medidas que pudieran desembocar en una guerra total con el grupo militante libanés.

El 7 de octubre de 2023 Hamás ejecutó el peor atentado en décadas contra Israel: miles de terroristas se infiltraron en el territorio vecino desde Gaza y mataron por doquier a más de un millar de civiles indefensos. También se llevaron unos 200 secuestrados. Hizbulá secundó a Hamás y desde entonces ataca el norte de Israel.

El líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, dijo el jueves en su alocución tras la oleada de atentados contra sus milicianos, que no dejarán de atacar a Israel mientras siga en curso la guerra en Gaza. Israel ejecutó dos oleadas de atentados el martes y el miércoles pasados cuando estallaron primero los buscas y luego los walkie talkies de milicianos y gente relacionada con la milicia.

"Quiero aclarar la política de Israel: no esperamos una amenaza, la anticipamos. En todas partes, en cada escenario, en cualquier momento. Eliminamos a los altos funcionarios, eliminamos a los terroristas, eliminamos los misiles", ha indicado el jefe del Gobierno israelí, según informa la agencia Efe.

Este lunes, Israel anunció haber eliminado 300 objetivos del grupo chií y pidió a los ciudadanos tanto del Valle de la Bekaa (este) como de áreas del sur, feudos de Hizbulá, que abandonaran sus viviendas si se encontraban cerca de edificios utilizados por los chiíes para almacenar armamento.

Si bien la cifra total de desplazados aún se desconoce, el Gobierno libanés ha activado un plan nacional de emergencia para asistir al "número considerable" de personas que se están desplazando. Además, las autoridades también están coordinando la apertura de escuelas y otros centros para alojarlos en el Monte Líbano y en las ciudades sureñas de Sidón y Tiro.

EEUU no quiere una escalada

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha dicho a los ciudadanos que se preparen para una respuesta más intensa. "Estamos profundizando nuestros ataques en Líbano, la secuencia de operaciones continúa (...) Nos esperan días en los que el público tendrá que mostrar compostura, disciplina". Tampoco se descarta la invasión terrestre: "Haremos todo lo necesario" para impedir que Hizbulá ataque el norte de Israel, han dicho las autoridades militares israelíes.

La escalada ha avivado los temores de que una guerra terrestre en toda regla podría ser inminente. Estados Unidos advirtió el domingo a Israel de que no intensificara los combates en el norte. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby, ha sido claro: "No creemos que sea lo mejor para los israelíes". Pero Netanyahu y sus generales ya no hace caso de Washington.