Hay una compleja relación entre el ser humano y el planeta que le sirve de hogar. La naturaleza que todo lo da aporta vida a aquel que todo lo quita. Un topillo asoma la cabeza dejando tras de sí el barro que hace de pared para su hogar. Y, tras los cuatro tabiques sobre los que descansa el pequeño animal ciego, una gigantesca perforadora penetra en la tierra para explotar todo el carbón, el petróleo y el gas natural que le sea posible.
A partir de huesos y desechos plásticos procedentes de basureros, el artista Álvaro Soler-Arpa (Gerona, 1974) monta, como si de un gigantesco puzle en 3D se tratase, un bestiario de animales fantásticos que podrían pulular por la Tierra del futuro. El Círculo de Bellas Artes de Madrid hará de zoológico para estas fieras con las que el artista explora la relación entre naturaleza y contaminación, en una exposición que lleva por nombre Especies mensajeras.
Para Soler-Arpa –que entre sus anteriores trabajos cuenta dibujar storyboards para directores como Woody Allen, J.A. Bayona o Alejandro González Iñarritu– "esta exposición significa la culminación de un trabajo que empecé hará 10 o 12 años". Desde 2005, su quehacer está centrado en las artes visuales, creando esculturas e instalaciones con las que poder combinar su obra escultórica con sus conocimientos de anatomía y dibujo.
La exposición estará presente en el Círculo desde el 9 de octubre de 2024 hasta el 26 de enero de 2025, en colaboración con Plastic Pollution Coalition (PPC), Greenpeace, y Fundación Bonart Cultural.
El bestiario del futuro
Las bestias de Álvaro Soler-Arpa se alejan del famoso pececito naranja de tres ojos con el que Los Simpson denunciaban la contaminación nuclear, pero la protesta es la misma: la irresponsabilidad del caprichoso hombre moderno perjudica al resto de especies en peligro de la actualidad.
Combinando huesos de avestruces, cerdos, vacas y demás animales, el artista imagina, entre otras esculturas, una especie de búfalo con dos cabezas que trota ágilmente sobre tres patas y en cuyo interior sólo hay plástico: latas de Fanta, bolsas de Doritos y botellas enredadas sobre su tráquea. "Desde el principio tuve la idea de crear piezas que fueran gráciles en su movimiento, aunque fueran hechas con huesos y residuos plásticos", comenta Soler-Arpa.
Fueron estos animales imaginarios pero, a su vez, contemporáneos, los que captaron la atención de Dianna Cohen, CEO de Plastic Pollution Coalition, quien considera este arte "importante, porque poca gente sabe de todo el plástico que está dentro de nuestros cuerpos, ni que el 99% del plástico está hecho a partir de petróleo. Hay científicos que dicen que hay plástico en nuestros cerebros, en nuestros corazones, en las placentas de las embarazadas… en todo nuestro cuerpo. Somos gente de plástico. Es el ciclo de la vida, pero también es el ciclo de la muerte".
Esperanza entre el plástico
Especies Mensajeras nace de reconocer colectivamente nuestra relación con el medio natural. Por ello, son cuatro las series del artista que estarán ubicadas en tres espacios diferentes de la misma sala: Evolución tóxica, que habla del impacto que tienen los residuos como consecuencia de nuestros hábitos de vida en la naturaleza; Trofeos de caza recuperados, que muestra cómo el diseño se ha convertido en el motor de nuestro espíritu consumista; Esculturas del fin del mundo, donde especies hirientes nos gritan desde aquel lugar al que no queremos ir; y Diseño-metástasis, en el que la pintura y la escultura nos hablan de la exposición en sí misma.
Entre toda esta marabunta aparentemente pesimista hay un puntito de esperanza: el mundo y la naturaleza están sufriendo pero, al mismo tiempo, tienen ganas de seguir adelante. “Queremos generar un espacio de reflexión sobre un mundo que cada vez parece estar más alejado de la naturaleza, y que nos recuerde que podemos volver a generar esa relación desde otro sitio, desde el respeto y desde la humildad. Es una exposición crítica, pero también es un homenaje a la naturaleza. A ese futuro que esperamos poder caminar juntos”, defiende Marián Boadas, comisaria de la exposición.
Rueda consumista
En su obra, especialmente en la colección Trofeos de caza recuperados, Soler-Arpa hace una profunda crítica al consumismo imperante de la sociedad actual, del que el diseño, antes honorable, se ha puesto a su servicio. Alejado de su noble función primaria, el diseño se ha vuelto generador de objetos innecesarios de consumo, sin tener en cuenta todo lo que implica y las consecuencias que tiene en la naturaleza.
"El diseño crea el reclamo consumista, ese deseo hacia lo material: hacia esas nuevas bambas de Nike, hacia ese nuevo iPhone, hacia esa nueva colonia... Cosas totalmente innecesarias que nos hacen entrar en una rueda consumista totalmente absurda y que nos lleva, al final, a una infelicidad plena. Es la pérdida de la espiritualidad hacia el crecimiento del materialismo", denuncia el artista.
Pudiendo haber pintado sobre lienzo, Soler-Arpas arriesga con un soporte alejado del tradicional: las cabezas de antílopes que decoran las paredes de aquel que los ha cazado. Sobre ellas dibuja logos: Nike, Durex, Apple... Y, también sobre ellas, clava tijeras y jeringas. Crea dolor y, a partir del mismo, crea la denuncia.
El arte de Soler-Arpa ha ido evolucionando conforme iba siendo consciente de la situación ecológica actual. "Empezó siendo arte de reciclaje, pasó a ser un arte ecológico y, con la entrada de Greenpeace, la Fundación y PPC, se ha convertido en un arte ecologista. Nunca pensé que sería un mensaje tan arraigado al activismo, pero lo ha acabado siendo, y creo que es algo positivo", sostiene.
La emergencia de la que no hay sentido de emergencia
Especies mensajeras forma parte del programa Otoño climático. Emergencia climática del Círculo. Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, la entidad acogerá talleres, exposiciones, diálogos y mesas redondas en los que la naturaleza, y el cómo nos relacionamos con ella, será la principal protagonista.
HiperoObjetos, Especies mensajeras y La mayor emergencia: por primera vez, la institución contará con tres exposiciones diferentes con las que abordar un mismo tema, la emergencia climática. "Hace tiempo que la ciencia nos ha dado los datos de la increíble emergencia ante la que se encuentra nuestro planeta en términos ecológicos, y este conocimiento hay que defenderlo", justifica Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
La relación entre los animales y los agentes patógenos que los ponen en peligro ha hecho que un artista se vuelque en su denuncia. "He aprendido que la gente espera que los gobiernos promuevan los cambios, pero realmente la única manera de que haya un cambio es que nosotros, en nuestro día a día, intentemos cambiar nuestras rutinas", explica Álvaro Soler-Arpa. "Es imposible dejar el plástico y aquellos elementos que signifiquen toxicidad. Es imposible dejar de comprar de manera impulsiva de un día para otro. Pero es importante ser consciente de nuestro consumo y de los cambios que podemos incorporar en nuestro día a día, poco a poco. Siempre pensé que lo que hace uno no llega muy lejos, pero he aprendido que, si tú haces un cambio, la gente que te rodea toma conciencia y se plantea su consumo".
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