El Gobierno autorizó el pasado 10 de septiembre un contrato de 40 millones de euros para la compra de material para prolongar la vida útil de la flota de aeronaves F/A-18 (C.15) del Ejército del Aire y del Espacio, como la accidentada este viernes en la localidad de Peralejos (Teruel), cuyo piloto ha perdido la vida.

El departamento que dirige Margarita Robles buscaba garantizar el suministro de los distintos componentes de estas aeronaves "cubriendo todos los elementos logísticos necesarios para su sostenimiento y asegurando con ello su operatividad hasta el año 2035".

El suministro se realizará en ejecución del programa de Asistencia a la Seguridad de los Estados Unidos mediante un expediente que forma parte del programa denominado Foreing Military Sales (FMS) y que es la única vía de obtención de este material para los aviones del fabricante McDonnell Douglas.

En julio del año pasado, el Consejo de Ministros también aprobó la compra de componentes, repuestos y accesorios para la flota de aeronaves F-18. Así, dio luz verde a la celebración de la séptima enmienda del contrato entre España y los Estados Unidos para la adquisición de ese material con alta disponibilidad y corto plazo de entrega. Para ello solicitó un incremento por importe de 19 millones de euros en la anualidad 2023.

El contrato enmendado -aseguraba el Gobierno- no permitía "garantizar el sostenimiento continuado que se realiza habitualmente a esta flota, ni tampoco efectuar las compras extraordinarias que se han fijado como imprescindibles para continuar con la operatividad de la misma hasta el año 2035 en que se prevé que sea posible su sustitución por un nuevo modelo".

De momento, el Gobierno ya ha comenzado el proceso para la retirada de los F-18 de la base Gando (Gran Canaria), que serán sustituidos por otros del modelo Eurofighter.

Cuatro muertos y varios accidentes

Los aparatos como el accidentado este viernes en Teruel acumulan una larga lista de siniestros desde su entrada en servicio en 1986. Entre ellos, uno en una exhibición en Zaragoza en 2023 y otro en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en 2017 -cuyo piloto también murió-.

El fallecido este viernes es un piloto del Ala 12 con base en Torrejón de Ardoz (Madrid) y supone la cuarta víctima mortal que se registra en España desde 1988 en siniestros de estos aviones de combate.

Los otros dos accidentes mortales se produjeron en 1991, en el campo de tiro de las Bardenas Reales (Navarra) y en marzo del 2000, cuando dos F-18 chocaron en pleno vuelo y se estrellaron en el término municipal de Ejea de los Caballeros (Zaragoza).

El F-18 es el modelo más longevo del Ejército español. La decisión de adquirirlos llegó tras de un largo proceso de selección que culminó en mayo de 1983 con la compra de 72 ejemplares, 12 del modelo B (biplaza) y 60 del modelo A (monoplaza).

Posteriormente, se adquirieron otros que acabaron destinados en Canarias. Los de las bases de la Península no serán reemplazados hasta la próxima década, según los planes de Defensa. Y posiblemente serán sustituidos por dos modelos distintos.

Los F-18 españoles han participado en misiones internacionales como las operaciónes -Deny Flight-, -Deliberate Force- y -Allied Force-, cuando se encontraba activado el Destacamento Icaro (1994-2002) desplegado en la base de Aviano (Italia), realizando las primeras acciones de combate del Ejército del Aire desde la campaña de Ifni-Sahara en 1958. Ahora, ocho aparatos están destacados en Rumanía como parte de la misión de vigilancia aérea de la OTAN.