Existe una realidad que se esconde tras el mundo del gimnasio, el fenómeno de las redes sociales y los influencers. Una realidad que muchos niegan y que cada vez se normaliza más. Se trata de los anabolizantes.
Esas son sustancias en su mayoría ilegales y capaces de transformar el cuerpo humano, llevando el estado físico a límites que, de manera natural, son inalcanzables. Se toman en ciclos de 8 a 12 semanas (a veces incluso más), con inyecciones intramusculares o pastillas y tienen nombres que la gente no suele conocer, como por ejemplo: Trembolona, Nandrolona, Sustanon 100, Sustanon 250 o Testoviron, entre otros.
Los anabolizantes potencian y aceleran el desarrollo de los músculos
Durante décadas, el consumo de los esteroides anabolizantes ha estado ligado al mundo del culturismo. Esta sustancia, un análogo sintético de la testosterona, potencia y acelera el desarrollo de los músculos. En los últimos años, su consumo y el de sustancias similares, ha aumentado entre los jóvenes.
Según la Sección de Consumo, en España, el 3,3% de los jóvenes de entre 14 y 18 años consumen anabolizantes y a partir de los 18 el porcentaje asciende al 7,9. Las edades medias de consumo están entre los 20 y los 22, pero en algunos casos llegan a los 16, cuando todavía no ha terminado la etapa de desarrollo del cuerpo.
Estos datos no parecen preocupantes, pero los expertos aseguran que esto sigue sin ser normal, no puede ser que haya gente tan joven recurriendo a estas sustancias. Además desde el inicio de la pandemia, en nuestro país este consumo de anabolizantes, estereoides tipo SARM, u hormonas del crecimiento, han aumentado considerablemente, superando el 20%, según la misma fuente.
El consumo de anabolizantes esteroides tipo SARM han aumentado más del 20%
Aunque esta cuestión es un problema conocido desde hace años, actualmente se está asistiendo a un nuevo incremento del uso de este tipo de sustancias, como destaca la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Unos esteroides anabolizantes androgénicos, más conocidos como anabolizantes, entendidos en el contexto del deporte y la apariencia física, que empezaron a usarse a mediados de los años 50'. Así, el culto al cuerpo y el auge de las redes sociales son los dos puntos que, según los médicos de familia, justifican este nuevo pico.
"El bombardeo, sobre todo desde las redes sociales hacia personas jóvenes que son fácilmente modificables, manipulables y que dan mucha importancia a su imagen corporal por 'el qué dirán' son las que más se están viendo atraídas por estas sustancias".
La mayoría de los que usan anabolizantes están entre los 18 y 40 años
La mayoría de las personas que usan anabolizantes suelen estar entre los 18 y los 40 años. Especificando un poco más, suele ser un varón joven entre los 25 y los 30 años y con un trabajo a media jornada, ya que debe tener tiempo para cuidarse y hacer su entrenamiento diario. Además del perfil, el consumo de anabolizantes es muy variado ya que este se clasifica en función de tres características: la vía de administración, la duración del efecto y el objetivo a conseguir.
El poderoso efecto que tiene la testosterona sobre el incremento de la masa muscular es lo que motiva a la mayoría de hombres o mujeres a usarlo, ya sea en su propio beneficio estético o para competiciones deportivas de envergadura.
Si vemos a una persona que no usa esteroides, en comparación con otra que sí los usa con fines de desarrollo muscular, la diferencia es abismal. Se les ve más rocosos, más duros, más grandes y con un porcentaje de grasa menor. Esto es debido a la gran diferencia entre la producción de testosterona que el cuerpo genera de forma natural, y la que nos proporcionan los esteroides, que es muchísimo mayor en dosis elevadas, que es como se suele tomar por usuarios o atletas.
Los esteroides se venden con la promesa de ofrecer resultados asombrosos, pero solo causan daños
Así, los esteroides se venden con la promesa de ofrecer unos resultados espectaculares, pero hay muy pocas pruebas de que tengan este tipo de efectos. Además, en el efecto contrario, pueden causar daños, con la posibilidad de que algunos de sus efectos perjudiciales no aparezcan hasta varios años después de tomarlos.
Por ejemplo, el desarrollo de acné, que afecta hasta al 50% de los usuarios, es el efecto secundario más frecuente de los esteroides-androgénicos. Los esteroides androgénicos producen hipertrofia y aumento de secreción de las glándulas sebáceas, facilitando el crecimiento de la bacteria causante final del acné.
Las lesiones varían desde la aparición o exacerbación de dermatitis seborreica (causante de piel rojiza, irritada, escamosa y casposa), hasta su desarrollo en tipos más graves de acné susceptibles de producir lesiones permanentes en la piel. En consecuencia, consumir esteroides de forma indebida durante un periodo prolongado de tiempo está relacionado con muchos problemas de salud.
- Acné
- Retraso en el crecimiento de adolescentes
- Presión arterial alta
- Cambios en el colesterol
- Problemas del corazón, incluyendo ataque cardíaco
- Enfermedades del hígado, incluyendo cáncer
- Daño renal
- Comportamiento agresivo.
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