Algo claro que hemos visto en los últimos años en el sector de la automoción, pese a las muchas promesas al respecto, es que los coches eléctricos siguen siendo caros, muy caros.
Ya no solo comparados con lo que tuvimos antaño, sino en lo que directamente relacionamos con los coches de combustión, los de gasolina, diésel, y bastante por encima de los híbridos.
Así, la conclusión en este 2024 es que los vehículos eléctricos son más caros que los tradicionales con motor de combustión. Lo que mira el público interesado en un modelo a batería es el precio, además de la autonomía.
Y, ante ello, se han visto distintas alternativas; tanto las que pueden ser procedentes de China, como las que tienen que ver con otras tecnologías, como las de gas (GLP y GNC) e hidrógeno.
Los coches de hidrógeno son la alternativa a los eléctricos por su energía limpia
De hecho, son muchos los que piensan que el hidrógeno es la energía limpia del futuro. Por eso, y en vías de seguir favoreciendo a los vehículos que pueden ser más contaminantes, el coche de hidrógeno se muestra en clara sintonía para ocupar un lugar importante en el mercado de aquí a unos años, pero no antes del fin de esta década.
Es así que tras el crecimiento de las ventas de coches híbridos y eléctricos, parece que le va llegando el turno a la otra forma de propulsión sostenible, la de los vehículos con motores alimentados por pila de combustible o pila de hidrógeno.
Pero también es verdad que los hay que no quieren dejar los suyos de combustión, de ahí que los precios tampoco sean asequibles, ni mucho menos.
Pero los coches de hidrógeno siguen siendo muy escasos en España
A su vez, a estas alturas de 2024, los coches de hidrógeno son escasos en España. La oferta es muy reducida, ya que solo hay dos modelos de pila de combustible en el mercado español, el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo, aunque se espera que vayan llegando paulatinamente coches y marcas como BMW o Peugeot, que ya funcionan en mercados como el estadounidense o el asiático, donde sí se ven este tipo de vehículos.
Como dificultad añadida, y como otra diferencia frente a los coches eléctricos, es que repostar hidrógeno no es nada económico. Al elevado precio del coche (por encima de los 60.000 euros el más barato), hay que sumar que el precio por kilo de hidrógeno está en los 10 euros.
Su tecnología es más eficiente y, como los coches eléctricos, sin generar emisiones contaminantes
Según los cálculos de la OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios, un coche de hidrógeno consume entre 0,8 kilos y 1 kilo de hidrógeno cada 100 kilómetros, y su depósito tiene una autonomía de unos 700 kilómetros, cifras parecidas a los de combustión interna, siendo capaces de repostar en menos de 4 minutos.
Estos son vehículos que, al igual que sucede en los coches eléctricos, usan electricidad para alimentar un motor eléctrico. En este caso, esa electricidad se produce por medio de una celda de combustible alimentada por hidrógeno, en vez de usar la energía que procede de una batería.
Además, posee una característica que lo hace ser único y garantiza su sostenibilidad a largo plazo: el hidrógeno es un recurso inagotable. Se encuentra en casi cualquier lugar de la naturaleza y su producción se puede llevar a cabo con energías renovables.
Eso sí; los que funcionan con hidrógeno son mucho más eficientes (60 %) que los convencionales de combustión interna (20-30%) y no generan emisiones, pues sólo emiten vapor de agua y aire caliente. Al emitir solo vapor de agua, los coches de hidrógeno contribuyen a la purificación del aire en las áreas donde circulan, mejorando la calidad del entorno y proporcionando beneficios adicionales para la salud y el medio ambiente.
¿Son seguros los coches de hidrógeno?
Sí, los coches de hidrógeno son muy seguros. Los tanques de hidrógeno están diseñados para resistir fuertes impactos y cumplen con estrictas normas de seguridad.
Además, el hidrógeno es más liviano que el aire, lo que minimiza el riesgo de acumulación.
Los precios del coche de hidrógeno superan los 60.000 euros, aunque se acogen al plan de ayudas Moves
Uno de los principales problemas es que esta tecnología todavía es cara. El precio de estos vehículos es alto y está al alcance de pocos bolsillos, oscilando entre los 65.000 y los 76.000 euros. No obstante, se pueden acoger al plan de ayudas Moves y cuentan con la etiqueta Cero de la DGT.
En definitiva, el coche eléctrico y el de hidrógeno son dos tecnologías diferentes, que podrán coexistir en el futuro junto con otras fuentes de energía. Si bien la eléctrica va por delante, la de hidrógeno se sitúa como opción preferente para el transporte pesado, aún sus precios elevados. Pero sí que podría ser una opción de futuro para los coches particulares, dado el interés que está suscitando en toda la industria el desarrollo de esta tecnología.
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