Un juez del estado estadounidense de Georgia ha bloqueado una ley impulsada por seguidores de Donald Trump que habría obligado a recontar a mano de los votos en las elecciones del próximo 5 de noviembre, en lugar de a máquina, como suele hacerse. La norma ya había sido implementada por la junta electoral del estado, sin embargo y pese a que el propio juez ha admitido que podría ser útil, la ha dejado caer porque no debe cambiarse la legislación tan cerca de las elecciones.

"Claramente la junta electoral cree que el recuento a mano es una medida inteligente, y puede ser que lleve razón", ha escrito el juez Robert McBurney, "pero el momento de su aprobación hace que implementarla ahora esté mal. Es demasiado y demasiado tarde". Los ciudadanos de Georgia, uno de los estados clave, empezaron a votar de manera anticipada este lunes, y la medida se aprobó hace un mes por una junta electoral de mayoría conservadora y afín al expresidente.

La decisión es relevante porque Georgia es el estado donde Donald Trump está acusado de intentar revertir el resultado de las elecciones en 2020. El caso, en el que hay 19 personas acusadas -cuatro se han declarado culpables- y que todavía no se ha resuelto, deberá determinar si realmente el expresidente impulsó a sabiendas la teoría de que las elecciones habían sido amañadas en Georgia, con el objetivo de resultar victorioso y volver a la Casa Blanca como presidente.

Ya antes de la elecciones Trump publicó varios tuits señalando que el fraude era inevitable y semanas después de los comicios presuntamente movió hilos para que la Cámara de Representantes del estado mantuviese una sesión especial con el objetivo de valorar irregularidades en el proceso electoral. También se le acusa de presionar al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para que cambiase el resultado de las elecciones, insistiéndole en que los republicanos ganaron en el estado.

Acusan a los republicanos de sembrar la desconfianza

En ese contexto, cabría pensar que la iniciativa del recuento de votos ha sido promovida por los opositores de Trump, en lugar de por sus seguidores, quienes realmente la han impulsado. "Es mejor hacer esto al principio que hacerlo al final, cuando ya no hay vuelta atrás si se ha contado mal", argumentó Janice Johnston, entre los tres miembros de la junta que votaron a favor (son cinco en total). Con todo, tanto los expertos ya advirtieron de que este y otros cambios en la ley electoral del estado se estaban llevando a cabo demasiado tarde.

El propio fiscal general del estado escribió que el cambio iba contra la ley. Los críticos con la medida acusan a la junta de intentar sembrar el caos y la desconfianza alrededor del proceso electoral, en un momento en el que el propio Trump ha rechazado decir que aceptará el resultado de las elecciones de este 2024 y se ha quejado de injerencia demócrata en la elecciones, insistiendo en que solo perderá si el otro lado hace trampas. Pero además argumentan que es imprudente cambiar las normas tan cerca de la elecciones por riesgo de crear confusión, generar errores o no poder entrenar bien gente. Contar votos a mano lleva demasiado tiempo, cuesta dinero y los errores son inevitables, alegaban.

Según los republicanos, en 2020 Joe Biden robó las elecciones del estado, donde ganó por 12.000 votos de un total de 5 millones de electores. En esta ocasión, el resultado también podría estar muy ajustado.

A día de hoy, en Georgia los votos se cuentan a máquina. La norma que llegó a ser aprobada exigía que los votos se recontasen a mano en la noche electoral, algo que según los funcionarios a cargo del proceso es físicamente imposible porque no hay personal necesario para hacerlo, especialmente en los condados más pequeños. Y que incluso aunque se contratase personal específicamente, no estaría entrenado para la tarea, al quedar solo tres semanas para el 5 de noviembre, además de que no hay fondos para sufragar la medida.