Entre el optimismo y el pesimismo escoge el camino intermedio. “Estoy justo en el medio. No quiero ser pesimista porque nos conduciría a rendirnos a una realidad que es sombría. No podemos ser extremadamente optimistas porque nos haría ser ciegos”, replica en conversación con El Independiente desde Ramala. Sabri Saidam es una figura destacada de la Autoridad Palestina, a la que hoy muchos miran desde Occidente con recelo y con la exigencia de una reforma incierta.

Saidam (Damasco, 1972) es vicesecretario general del Comité Central de Fatah. Asesor de Mahmud Abás, ha sido ministro de Educación, Comunicaciones y Tecnologías de la Información de la Autoridad Palestina. Hijo de Mamduh Saidam, uno de los fundadores de Fatah, Saidam reivindica la causa palestina y su resolución tras un siglo de continuas dispuestas en mitad de un Oriente Medio abonado al caos y con el horizonte cada vez más real de una guerra abierta entre Israel e Irán.

Pregunta.- Nos encontramos ante un escenario de guerra cada vez más abierta entre Israel e Irán. ¿Cómo se ve desde Palestina?
R.- Como palestino, es una acumulación de décadas de impotencia y falta de voluntad de la comunidad internacional para poner fin al conflicto árabe-israelí. Es el subproducto de un escenario que se arrastra desde hace décadas. La falta de implementación de las resoluciones de la ONU y de aplicación del derecho internacional ha conducido al embrollo en el que nos encontramos. Además, es Netanyahu quien ahora está escalando en todas direcciones con la esperanza de llegar al escenario que ansía, que es Israel desempeñando el papel de víctima para maximizar sus ganancias territoriales y remodelar Oriente Medio. Netanyahu parece sentir que ha asumido un papel de cambiar Oriente Medio. ¿Quién le ha dado el poder? ¿Quién le ha dado permiso? ¿Quién le ha respaldado o designado para cambiar las fronteras de Oriente Próximo? Ha tomado esa decisión porque simplemente es arrogante. Cree que puede confiscar los derechos de la gente, cambiando su identidad, exterminando su presencia, incluso cambiando el estilo de la configuración geográfica y demográfica de Oriente Próximo. Esto no va a funcionar.

El apetito geográfico de Netanyahu es insaciable. Quiere remodelar Oriente Medio pero no lo logrará

P.- ¿Hacia dónde se dirige la región?
R.- El futuro de la región depende de lo que Netanyahu quiera ver y del papel de los interlocutores y otros socios internacionales que tienen que intervenir ahora y detener esta locura. El apetito geográfico de Netanyahu es insaciable. Se ha manifestado con toda claridad ante la Asamblea General de la ONU. Por segunda vez, está demostrando que desea ver un nuevo Oriente Medio. Su mapa no incluía en absoluto ninguna presencia para los palestinos. Todo comenzó con el deseo de exterminar la presencia palestina en el territorio que se extiende desde el río hasta el mar, lo que significa que su nuevo Oriente Medio se basa en la deportación y expulsión de los palestinos, un objetivo que alimenta la situación actual. Todo depende ahora de la comunidad internacional para aportar cierto sentido común. De lo contrario, la situación se agravará y se producirá un nuevo acontecimiento.

P.- Insiste en la comunidad internacional. ¿Confía usted en Estados Unidos? Su apoyo ha sido incondicional hasta ahora...
R.- Si me pregunta por la comunidad internacional en general, confío en ella. Si me pregunta por Estados Unidos en concreto, diría que no. La situación en Estados Unidos es bastante compleja. Biden no ha tenido el control durante el último año. Ha estado aquejado de mala salud, y eso dio margen a algunos elementos sionistas de su dirección y administración para hacer lo que desearan. Tendremos que esperar hasta noviembre, hasta que un nuevo presidente llegue a la Casa Blanca, para saber hacia dónde se dirige Estados Unidos. Pero EE.UU. no puede ser inmune también a la presión internacional. En los último meses se han producido adhesiones a la creación de un Estado palestino. España es un ejemplo. Pero nos gustaría que Gran Bretaña, por ejemplo, cambiara de posición. Nos gustaría ver a Alemania deshacerse del sentimiento de culpa histórica que le impide avanzar hacia un cambio de posición. Necesitamos ver a otros pesos pesados que pueden influir en Estados Unidos reconocer que el statu quo es insostenible y que la aplicación de sus resoluciones es la mejor manera de avanzar en el establecimiento de los dos Estados.

P.- ¿El choque entre Irán e Israel condena al olvido a la causa palestina?
R.- La situación en Oriente Medio no tiene precedentes. El caos es total. Por eso es clave la presión internacional sobre Netanyahu y el cambio de EE.UU.

P.- ¿Se ha producido algún acontecimiento que considere positivo para los palestinos en las últimas semanas?
R.- Permítame hablarle del factor moral que existe en la vida palestina. En 76 años de conflicto árabe-israelí, los palestinos siempre han vivido de la esperanza. Todos estamos en el negocio de la esperanza, y nunca nos damos por vencidos, nunca nos rendimos, y nunca permitimos que la apatía prevalezca en nuestros corazones. Por el contrario, siempre creemos que la situación mejorará. Siempre decimos que vivimos en la era del dolor y el sufrimiento. Pero el dolor y el sufrimiento también pueden brindar al mundo la oportunidad de convencerse de que el statu quo es insostenible y de que poner fin al conflicto es la mejor fórmula viable y deseable. Hemos visto la esperanza muy recientemente, representada por la posición de España como líder junto a Noruega, Irlanda, Eslovenia o Armenia. Hemos visto un nuevo camino por el que Palestina ha retomado su asiento en la Asamblea General de la ONU, similar al de los asientos de los estados permanentes; o la decisión aprobada por la Asamblea General de la ONU que insta a Israel a poner fin a su ocupación en un plazo de 12 meses. Todas estas acciones son indicativas de que hay esperanza y de que el apoyo popular en el mundo está aumentando. Además, el número de Estados que han votado a favor de Palestina, en términos de población, constituyen el 95% de la población mundial. Es ese 5% encabezado por Gran Bretaña y Estados Unidos los que se abstienen y a los que nos gustaría ver cambiar su posición para poner fin a este desastre. No veo un momento mucho peor del que estamos viviendo ahora. Es hora de que mejore, de que se introduzca un alto el fuego, de que un cese de hostilidades cambie básicamente la situación en la que nos encontramos para que se apliquen sus resoluciones, para que se reconozcan los derechos de los palestinos. De lo contrario, si Netanyahu quiere salirse con la suya, si sus lunáticos en el gobierno se salen con la suya, la situación empeorará mucho más.


Las acciones de Netanyahu están alimentando el odio

P.- Israel tiene superioridad militar. ¿Vencerá?
R.- La historia nos demuestra que nunca se puede aplastar el deseo de un pueblo. Obviamente, está haciendo una exhibición de sus músculos. Siente que tiene el liderazgo tecnológico. Siente que es una superpotencia. Hace lo que quiere porque, de lo contrario, no habría matado a 42.000 personas, exterminado y destruido una zona similar al área de Singapur. Netanyahu siente que tiene la ventaja militar y puede hacer lo que quiera con el apoyo estadounidense. Efectivamente, es así, pero no se puede permitir que eso siga siendo así. Hay que comprender que la lucha del pueblo de Palestina, al igual que otros pueblos, va a prevalecer al final. No tenemos ninguna duda de que, como palestinos, alcanzaremos nuestro objetivo, ya sea hoy o mañana, gracias al apoyo de la comunidad internacional.

P.- Frente a esa superioridad israelí, ¿qué les queda a los palestinos?
R.- Tenemos un poder mayor que Israel, que es nuestro anhelo por nuestra tierra, nuestra identidad que hemos conservado a lo largo de años de cambios históricos. Oriente Medio ha sufrido una serie de éxodos, una serie de naciones conquistadoras que han ocupado nuestro territorio. Pero nunca nos hemos ido. Seguimos aquí, y creemos en nosotros mismos y en el deseo del pueblo palestino de prevalecer. El poder militar lo hemos visto en abundancia en Oriente Medio y este poder militar no ha sido capaz de sofocar la voluntad de los pueblos. Ese es el curso de la historia, y ese es el curso de acción de los asuntos en todo el mundo. Como palestinos seguiremos existiendo.

Israel es un país tiene que reconocer el derecho internacional para ser aceptado

P.- Para usted, ¿Qué es Israel?
R.- Israel es un país tiene que reconocer el derecho internacional para ser aceptado. Tiene que estar a la altura de su firma en el momento de su establecimiento cuando se comprometió a aplicar dos resoluciones importantes, la 181, que es la decisión de dividir Palestina y el establecimiento de dos estados, y la 194, que es el retorno de los refugiados. Si se aplican plenamente, entonces Israel tiene la aceptación. Israel tiene que darse cuenta de que el poder nunca permitirá que Israel sea aceptado por el deseo de los pueblos del mundo, no sólo de los palestinos.

P.- Pero los líderes israelíes han desterrado de su vocabulario el acuerdo político. Y está la realidad de los asentamientos en Cisjordania. ¿Es factible el Estado palestino?

R.- Un Estado palestino es realista si la comunidad internacional desea verlo como una solución viable. Está reinando la asunción de que el poder militar puede cambiar las cosas y forzar realidades. queremos que el mundo corrija un error histórico cometido contra los palestinos. En las últimas cinco rondas electorales en Israel nunca se ha utilizado el término paz. Netanyahu ha estructurado la mentalidad israelí para que se centre en eliminar a los palestinos, que somos los enemigos, que no somos dignos de vivir, que somos hijos de un Dios inferior. Matar a mujeres y niños en Gaza es una manifestación de esta actitud y de este espíritu de exclusión. Pero lo que necesitamos ver ahora es un cambio total de rumbo. Un año bombardeando Gaza, que es más pequeña que Madrid. La gente ha sobrevivido a bombardeos de un nivel cinco veces superior al de Hirosgima y Nagasaki y a la destrucción total de la infraestructura. Si Gaza no fue una lección, si el Líbano tampoco lo es, ¿cuál es la lección para Netanyahu? Estoy esperando el día en el que haya un punto de inflexión en la mentalidad de los israelíes y se den cuenta de que los ha llevado a ninguna parte.

P.- Fuentes israelíes insisten en que el futuro de la Franja de Gaza es similar al de Cisjordania, con vía libre para que el ejército israelí pueda entrar y salir del territorio....
R.- ¿Durante cuánto tiempo existirá esa mentalidad? Israel, mientras hablamos, ha cerrado todos los puntos de control que conducen a Ramala, que está sitiada. ¿Durante cuánto tiempo será esta la mentalidad sobre la que Israel construya su filosofía de la existencia? En Israel parece existir la sensación de que el peligro crea un cierto punto de homogeneidad dentro de la sociedad israelí. Ese peligro debe existir para que Israel se mantenga unido, ya que los israelíes proceden de diferentes entornos, de diferentes ambientes, por lo que su estructura no es homogénea. Una vez que vivan en paz, empezarán a surgir sus problemas sociales. Lo hemos visto cuando los judíos etíopes han estallado contra el Estado. ¿Cuándo despertará el mundo y sentirá que la situación, por así decirlo, no ha merecido la pena? Volvemos a repetir el mismo error que nos ha llevado al problema que vivimos. No se puede resolver un problema con las mismas herramientas que lo han causado. Esta mentalidad de yo os gobierno y vosotros me obedecéis y me recibís con rosas mientras yo os ocupo y mato a vuestros hijos no va a funcionar. El futuro de Gaza está claro. Nosotros, la Autoridad Palestina, seguimos trabajando en Gaza. Somos los que tenemos las llaves. Somos los que sabemos cómo funcionan los diferentes sectores, y somos los que tenemos que asumir la responsabilidad de la reconstrucción de Gaza. A lo largo de la historia, Israel ha entrado en varias guerras. Nunca ha asumido su responsabilidad y nunca ha pagado por la destrucción que hizo. La comunidad internacional no puede asumir otro Afganistán.

A lo largo de la historia, Israel ha entrado en varias guerras. Nunca ha asumido su responsabilidad y nunca ha pagado por la destrucción que hizo

P.- ¿Es la radicalización la alternativa a mantener el status quo?
R.- Por supuesto. Si Israel considera alguna vez que los problemas en su patio trasero no son problemas en casa, se equivoca. Israel construye muros para segregar a los palestinos de los israelíes y pensar que los problemas de los palestinos no les incumben. No es así. El fuego acabará llegando hasta ellos. Deben despertar y revisar esta narrativa sionista, el concepto de ocupación y  las cosas para que vivan en paz con la aplicación de la justicia. Sin justicia, no hay paz, sin justicia, no hay seguridad, y sin justicia, el odio y la incitación no disminuirán. Seguirán existiendo, y lo que Netanyahu está haciendo es alimentar este odio y permitir que una situación se encamine en la dirección equivocada.

P- ¿Tiene Mahmud Abás un plan?
R.- Durante los últimos 12 meses se ha intentado presentar cínicamente a la Autoridad Palestina como si no tuviera un plan. Hemos tenido un plan escrito. Hemos entregado el plan desde el primer día y hemos dicho claramente que seguimos creyendo que la solución de dos Estados es el camino a seguir, que tenemos un plan para el día después y tenemos un plan para la reconciliación palestina en el interior, y tenemos un plan para representar a Palestina ante las naciones para que se resuelvan todos los problemas. No somos santos. No somos ángeles. Sé que tenemos nuestros propios errores, que tenemos nuestros propios retos de los que preocuparnos, pero en ningún caso somos incompetentes ni estamos en bancarrota política.

P.- ¿Es posible cooperar con Hamás?
R.- Hamás tiene que revisar su doctrina. Hamás tiene que reciclar su trabajo. Hamás tendría que mirar básicamente las realidades tal y como son, hacer una revisión de su trabajo y su función, y reconsiderar los métodos. De momento, en muchos países se han aprobado leyes que prohíben la labor de Hamás. Hamás tiene que ser sensible a esto. Pero como palestino, yo diría que es importante lograr el consenso dentro de las filas políticas y ganar el consenso para que seamos capaces de funcionar, representar y hacernos eco de la voz de los palestinos, y seamos capaces de acordar una agenda política. Si Hamás no se pone de acuerdo sobre una agenda política, es difícil lograr el consenso. Si no logramos el consenso, Israel siempre nos echará en cara que estamos divididos, que no hablamos con una sola voz, como ha hecho a lo largo de las dos últimas décadas.

P.- ¿Fue el 7 de octubre un error estratégico?
R.- El error fue la falta de seriedad por parte del mundo. Siempre se ha pospuesto la resolución del conflicto árabe-israelí, y el 7 de octubre fue un subproducto de una situación que es extremadamente volátil. Por lo que a nosotros respecta, no nos gusta que maten a nadie. No apoyamos de ninguna manera el uso de las armas para resolver este conflicto. Creemos que tenemos una fórmula viable que cuenta con el respaldo de casi el 99% de la comunidad internacional para lograr una resolución basada en resoluciones y derecho internacional.

Siempre se ha pospuesto la resolución del conflicto árabe-israelí, y el 7 de octubre fue un subproducto de una situación que es extremadamente volátil

P.- ¿Ha jugado Israel a la división entre los palestinos?
R.- Netanyahu ha confesado el hecho de que ha permitido la entrada de dinero en Gaza para Hamás. Ha dicho que lo ha hecho porque quiere capitalizar e invertir en la división palestina. A Israel le gustaría vernos divididos. Cree que esa división puede ayudar a la seguridad de Israel y puede mantener el hecho de que los palestinos no puedan hablar con una sola voz. Israel está invirtiendo en nuestra división y beneficiándose de ella.

P.- La diplomacia europea insiste en la necesidad de que la Autoridad Palestina se reforme...
R.- Es curioso de que cada vez que nos topamos con un obstáculo en la Historia, suena el mismo disco rayado de que el líder es corrupto y que la Autoridad Palestina necesita reformarse. Mientras que en Israel hay unos 10 ministros que tienen antecedentes penales y nadie le pide a Israel que se reforme. Siempre son los palestinos, los desvalidos, a los que se les dice que tienen que hacer cosas, que tienen que presentar sus credenciales, que tienen que obtener una aprobación para el oxígeno que respiran antes de que nadie reconozca sus derechos. Hemos cambiado de gobierno hace muy poco. Tenemos un primer ministro muy destacado y muy respetado. Ha puesto en marcha un plan de reforma y lo está aplicando. Arabia Saudí ha declarado que reanudará la financiación de las infraestructuras palestinas.

P.- ¿Le preocupa la popularidad de Hamás en Cisjordania?
R.- Como miembro de Fatah, sé que este no es nuestro mejor momento. Hay obstáculos que tenemos que superar. Siempre me preocupa porque quiero que Al Fatah lidere la escena, pero reconozco que Hamás está ganando muchos apoyos, no sólo en Palestina, sino más allá. En Gaza, la situación es diferente para Hamás.

Israel invierte y se beneficia de la división entre los palestinos

P.- ¿Reconoce que se cometieron errores en la década de 1990, en la conferencia de Madrid y los Acuerdos de Oslo?
R.- La conferencia de Madrid fue el faro para el cambio del curso del conflicto allá por los años 90. España ha sido una locomotora. Tendremos que revisar colectivamente, como movimiento político y movimientos palestinos, los últimos 30 años desde los Acuerdos de Oslo. Confiamos en Estados Unidos en un momento en el que nunca estuvo dispuesto a ser un intermediario honesto. Había decidido ponerse del lado de Israel.

P.- ¿Se siente abandonado por algunos países árabes?
R.- Siento que hemos sido desafiados por ciertos países árabes que se han visto amenazados por Trump durante su presidencia. Ahora hay un despertar general en el mundo de que el statu quo es insostenible y la solución de los dos Estados es la fórmula viable. Netanyahu siempre quiso invertir en el hecho de que los palestinos se sintieran desmoralizados y abandonados para que renunciaran a su proyecto de retomar el control de Palestina y establecer su Estado.

P.- ¿Hay aún lugar para la solución de los dos Estados?
R.- Geográficamente, es difícil. Es todo un reto. Todo depende de la buena voluntad de Israel. Israel tiene que adoptar la política de vivir y deja vivir. No puede decir: “Seguimos trabajando para convertir esta tierra en una tierra de queso suizo en la que Israel se queda con el queso y nosotros con los agujeros”. Yo diría que los cimientos están temblando en Israel y esperemos que esto no tarde mucho en cambiar.