A medida que se van endureciendo las normativas medioambientales, los automóviles con etiqueta B y C que se encuentran en España se enfrentan a nuevas limitaciones que afectarán a su circulación por las zonas más importantes de la urbe. Las etiquetas, por las que se clasifica el nivel de emisiones de los automóviles, afectan específicamente a los coches de gasolina o de gasóleo anteriores a 2015, y la fecha va rápidamente aproximándose, por lo que miles de conductores deberán comenzar a buscar alternativas para amoldarse a la nueva normativa.

Nuevas regulaciones para coches con etiqueta B y C

Con el fin de combatir la contaminación existente en las grandes ciudades, la normativa legal española ha ido instaurando limitaciones a la circulación en función de las etiquetas ambientales de los coches. Los vehículos etiquetados como B y C (vehículos de gasolina matriculados entre 2001 y 2006 y diésel matriculados como mucho hasta 2015) tendrán restringido su acceso a ciertos espacios urbanos con alta polución. Estas medidas no sólo se aplican a la circulación del tráfico de las ciudades de Madrid y Barcelona, sino que otras ciudades con más de 50.000 habitantes tendrán que asumir el mismo tipo de limitaciones.

Fecha oficial de las prohibiciones

El calendario de las prohibiciones ha empezado a mostrar algunas características este año, cuando Madrid procedió a cerrar al acceso de sus calles a aquellos vehículos sin etiqueta, excluyendo así a los que estén empadronados en la capital. En el año 2025, Madrid facilitará el bloqueo de acceso a cualquier vehículo sin etiqueta, sin tener en cuenta que el propietario resida o no en el centro de la capital.

Este proceso se endurecerá hasta llegar al año 2028, en el cual se contempla que a las etiquetas B y C también se les impida el acceso a varias ciudades. Por su parte, la Unión Europea ha marcado ya una fecha: a partir de 2035, no se podrá vender ningún vehículo con motor de combustión, y para el 2050 no se podrá utilizar ninguno en el conjunto del continente como se habla.

Razones para endurecer las prohibiciones

La razón de ser más allá de estas restricciones tiene su origen en la necesidad de conseguir disminuir las emisiones de los contaminantes que se producen en las ciudades, los cuales repercuten en el estado del medioambiente y en la salud pública. Todos los vehículos que se clasifican con la etiqueta B y C aparecen como una fuente considerable de emisiones contaminantes dado el contexto antiguo de sus motores de combustión. Este endurecimiento también está cimentado en el hecho de tener que cumplir con los objetivos de reducción de carbono y calidad del aire que establece la UE, en un contexto más sostenible y menos contaminado.

Alternativas para los propietarios de coches con estas etiquetas

Para aquellos que circulan con coches de etiqueta B y C, resulta conveniente valorar las distintas alternativas que les harán posible adaptarse a las normativas vigentes sin problemas.

Una de las alternativas que tienen a su disposición los propietarios es restringir al máximo el uso de estos vehículos por la ciudad y aprovechan las horas de menor tráfico o las zonas donde la normativa no tenga efecto. Además, conviene estar al corriente de las zonas específicas y las normas aplicadas, ya que en alguna ciudad concreta podrían producirse restricciones parciales en específico en ciertos distritos.

Opciones de incentivos fiscales

El gobierno español y ciertas comunidades autónomas han establecido incentivos fiscales para las personas que se planteen la posibilidad de la compra de vehículos eléctricos o híbridos, entre ellos reducciones en los impuestos de matriculación y de circulación. Y también hay ayudas para achatarrar coches viejos, algo que representa una oportunidad para quienes quieren cambiar de vehículos y reducir su huella de carbono.