Certidumbres no hay ninguna. No puede haberlas. La constatación de que Íñigo Errejón mantuvo durante años una doble vida, una cara a la galería perfectamente alineada con el discurso de todos los partidos que cofundó y en los que militó y otra negra y llena de podredumbre, ahora descubierta por las graves acusaciones de violencia machista, ha impactado profundamente en toda la izquierda. En la formación de la que fue hasta el jueves portavoz parlamentario, Sumar, en la que montó en 2019 tras romper con Podemos, Más Madrid. Pero también en el Gobierno, porque una de sus banderas más indiscutibles ha sido y es el feminismo. Los socialistas son conscientes de que el golpe es duro, durísimo, porque las revelaciones sobre la conducta de Errejón, uno de los dirigentes más relevantes de la órbita progresista de la última década, son "devastadoras", como lo definía quien fue su pareja durante varios años, Rita Maestre, en una carta pública desgarradora. Pero se aplican en la contención de daños, insistiendo en que se ha actuado con total contundencia, empujándole a su dimisión, y dando por seguro que las heridas podrán ser reparables en lo que queda de legislatura.

Hay un flanco, sin embargo, que no está totalmente despejado. Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. Ella no ha hablado aún desde el estallido del escándalo porque le pilló de viaje oficial en Colombia —el jueves simplemente dijo que a las víctimas que han formulado denuncias hay que "apoyarlas" y "acompañarlas en lo que sea menester"— y no adelantó su regreso. Este lunes, ella preside la reunión del grupo de Sumar en el Congreso y comparecerá después. Díaz fue la encargada de hablar con Errejón para pedirle que dejara sus cargos y ha estado al corriente de todos los movimientos de los últimos días desde Colombia, como precisó el sábado el portavoz del partido, el ministro Ernest Urtasun. Pero la gran pregunta que pesa sobre ella, sobre Sumar, es si tuvo la sospecha del comportamiento presuntamente delictivo del ya exdiputado y no actuó para atajarlo. Díaz lo promocionó como portavoz en la Cámara baja cuando ya había dudas sobre él por el desorden de su vida privada.

Hay que ver cómo evoluciona" el caso, responden desde el equipo de Sánchez respecto al potencial desgaste de un escándalo que llena la actualidad desde el pasado jueves

El Ejecutivo intenta esquivar el tsunami Errejón como puede, que sucede —o más bien se solapa— al huracán Ábalos, cuando el exministro de Transportes y mano derecha de Pedro Sánchez está ya muy cerca de su imputación por el Tribunal Supremo. El presidente no deja de encadenar semanas negras, de pesadilla, que para algunos dirigentes socialistas no son más que la pesada señal de un "fin de ciclo". Y, de nuevo, el alcance de la convulsión por el escándalo del exportavoz de Sumar es insondable. "Hay que esperar a ver cómo evoluciona", responden fuentes muy próximas al jefe del Ejecutivo por el potencial desgaste de un caso que ha permeado como pocos en la opinión pública y que devora titulares y minutos de tertulias en teles y radios desde el pasado jueves, cuando Errejón comunicó su dimisión a través de una demencial carta autojustificativa y alambicada en la que no explicaba las razones de su marcha —las graves acusaciones de violencia sexual— ni pedía perdón.

Que la causa, que ya está judicializada tras la denuncia de una de sus víctimas, la actriz y presentadora Elisa Mouliaá, escale y acorrale al Ejecutivo, "dependerá de si toca o no a Yolanda", conceden estas mismas fuentes del máximo nivel a este diario. "Creemos que ella no sabía nada de esto —añaden por su parte desde Ferraz—. Evidentemente, Yolanda nombra portavoz a Íñigo, y eso es un palo, pero si no sabía nada, los méritos políticos no estaban en discusión. Solo lo sabe ella si tenía información. Si ella dice que no, evidentemente confiamos en su palabra". "Es pronto para sacar conclusiones", indica un ministro de mucho relieve a la pregunta de si el escándalo puede acabar afectando a la titular de Trabajo.

Yolanda nombra portavoz a Íñigo, y eso es un palo, pero si no sabía nada, los méritos políticos no estaban en discusión. Solo lo sabe ella si tenía información. Si ella dice que no, evidentemente confiamos en su palabra", indican en Ferraz

La suerte del Gobierno en este caso está ligada, por tanto, a cómo logre sortearlo la vicepresidenta segunda. Su partido, por boca de Urtasun, recalcó el sábado, en una rueda de prensa en Madrid en la que ni él ni las otras cuatro dirigentes que le acompañaban —Lys Duval, Amanda Andrades, Lara Hernández y Paloma Moreno— ocultaron el abatimiento y la desolación que recorrían sus filas, que no tuvieron conocimiento previo de la información de esta semana pasada. Una y otra vez, el ministro repitió que es evidente que los protocolos y mecanismos "fallaron" al no detectar ni prevenir las conductas machistas de Errejón. Él habría sido cesado "mucho antes" de haber sabido cuál era su comportamiento, mantuvo.

La respuesta de Más Madrid y Sumar

Urtasun no quiso ahondar en la actuación de Más Madrid, en su respuesta a un caso que trascendió en X (antes Twitter) en junio de 2023, después del festival Tremendas Femfest en Castellón: una mujer acusó a Errejón de tocamientos. Aquellos mensajes en redes sociales apuntaban que la que había sido su jefa de Gabinete, Loreto Arenillas, había mediado para evitar el "escarnio público". Más Madrid reconoció en un comunicado el viernes que se puso en contacto con Arenillas y le pidió que "pusiera a disposición de las víctimas los mecanismos de denuncia" con los que cuenta el partido, "sin recibir respuesta por parte de ellas", por lo que dio por "cerrado el caso". Una actitud que reconoce ahora como "completamente insuficiente". La formación cesó a Arenillas de todos sus cargos y ella dejó su acta como diputada en la Asamblea de Madrid, acusando a Más Madrid de hacer de ella un "chivo expiatorio". Apuntaba a Manuela Bergerot, entonces secretaria de Organización del partido y hoy portavoz en la Cámara regional. Este lunes por la mañana, la propia Bergerot, junto a la ministra de Sanidad, Mónica García, y la portavoz en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, comparecen en rueda de prensa. Las tres son coportavoces de Más Madrid y, en cierta medida, marcarán el rumbo de las primeras palabras que pronunciará Díaz en España tras la eclosión del caso.

El tema es grave, pero si queda en algo personal, no irá a más. Por ahora, está en ese terreno. Y, si afecta, es a Sumar", señalan en el Ejecutivo. Sánchez reconoce el momento "desagradable" y "doloroso" provocado por el exportavoz de Sumar

"El tema es grave, pero si queda en algo personal, no irá a más. Por ahora, está en ese terreno. Y, si afecta, es a Sumar —apuntan desde la Moncloa—. Lo que pensamos todos es que Yolanda no podría seguir si se probara que conocía el comportamiento de Errejón". Pero el Gobierno no está en esa pantalla.

Es más, el mensaje que ha lanzado Sánchez desde el primer minuto es que hay que proteger a Díaz y a Sumar. Salvaguardar al socio de coalición. El presidente cerró filas con la vicepresidenta y su partido en su mensaje desde su cuenta de X el mismo jueves por la noche, y lo reiteró este domingo durante una charla informal con los periodistas que le acompañan en su viaje de tres días a la India. Elogió la actuación "rápida" y "contundente" de Sumar con Errejón. Admitió el golpe, que se trata de un momento "doloroso" y "desagradable" para un Gobierno feminista como el suyo, pero insistió en que la clave está en cómo se responde. Un argumento que él y su partido han utilizado para defenderse de las acusaciones de la derecha por el caso Ábalos.

Sánchez contó a los informadores que se enteró de la dimisión de Errejón por los medios, no por Díaz, y que le sorprendió en ese momento porque no conocía los motivos. Señaló que la vicepresidenta nunca le había comentado nada de los comportamientos del ya exdiputado. ¿Se equivocó al nombrarlo portavoz?, le preguntaron. A su juicio, Díaz actuó cuando conoció la situación, informa EFE. Ante las cámaras, y en la misma línea, se pronunció la titular de Igualdad, Ana Redondo: Sumar "está haciendo los deberes" tras conocerse las denuncias contra Errejón pero debe "llegar al fondo del asunto" y depurar responsabilidades, como está haciendo ya. La ministra comparó la respuesta de sus socios con la que dio el PP cuando estalló el caso Nevenka hace más de 20 años: los populares protegieron a su alcalde en Ponferrada, Ismael Álvarez, pese a las denuncias de acoso sexual de su entonces concejala Nevenka Fernández. "Lo importante es transparencia, transparencia y transparencia sobre este asunto", insistió Redondo.

El presidente duda de cómo se reorganizará el espacio a la izquierda del PSOE de cara a las siguientes generales, pero vuelve a insistir en que la legislatura se prolongará hasta 2027, como estaba previsto

En los contactos del presidente con los medios, se repite la pregunta sobre la debilidad parlamentaria del Ejecutivo y ahora, la evidencia de la fragilidad de Sumar. Sánchez insistió este domingo en que hasta ahora el Gobierno ha logrado vadear todos los obstáculos, y esta vez lo hará también. De nuevo, garantizó que llevará la legislatura a término, hasta 2027, algo que, recordó, ya admite el PP admite puertas adentro aunque públicamente sobreactúe. Por eso, como quedan más de dos años y medio hasta las siguientes elecciones, es muy difícil saber cómo llegarán a esa cita todos los partidos, indicó.

"Un golpe superable, todo pasa"

Reconoció Sánchez ante los periodistas que a estas alturas es imposible conocer cómo se reconfigurará el espacio a la izquierda del PSOE de cara a las siguientes generales, un espectro que, como reseñó, ha sido ocupado sucesivamente por Izquierda Unida, Podemos y Sumar. La decisión sobre cómo se reordenará ese espacio es de los partidos que lo conforman, apostilló, y ahí el PSOE no tiene nada que decir. Los socialistas siempre han contado con un competidor a su izquierda y lo que tanto el presidente como su partido han recalcado en estos tiempos de crisis profunda de Sumar es que necesitan una izquierda fuerte y competitiva. La supervivencia del Gobierno progresista se explica precisamente por eso, por la fortaleza de Unidas Podemos primero y la resistencia de Sumar después. Pero ahora la formación fundada por Díaz está en pleno reseteo, hundida en las encuestas y con Podemos enfrente, pugnando por el mismo electorado.

El Gobierno seguirá como siempre. En dos días fulminamos a Íñigo. Necesitamos tiempo, pero vamos a salir de esta", confían fuentes próximas a Díaz

En el círculo de Sánchez se reproduce ese mismo argumento de que aún queda legislatura por delante, y tiempo por tanto para que la izquierda se reconstruya y se sobrepasen todos los baches de este arranque del otoño absolutamente infernal para el Ejecutivo. "Es un golpe, pero superable. Todo pasa", tranquiliza un veterano dirigente de primera línea que tiene contacto directo con el jefe del Ejecutivo. "El Gobierno seguirá como siempre —coinciden por su parte fuentes muy próximas a Díaz—. En dos días fulminamos a Íñigo, sin expediente, sin derecho a defensa ni nada. La reputación es de él. No del Gobierno. Jamás se hizo esto. Pero vamos a avanzar, como siempre. Necesitamos un poco de tiempo, pero el presidente y Yolanda están fuertes y serenos. Vamos a salir de esta, vamos a salir del psicodrama. Nos duele lo de Íñigo, pero peor son las víctimas, así que fortaleza, templanza y punto".

"Es un momento complicado para nuestros socios pero, como todo, pasará en la vida. Les corresponde a ellos buscar la salida. Nosotros no vamos a interferir. Es verdad que es una herida de combate para la izquierda, pero no mortal —reflexiona en la misma línea un miembro del Consejo de Ministros, del ala socialista—. Casos así demuestran, contra lo que piensan algunos politólogos, que la política es más que un juego de rol. Para ser político hacen falta principios y mucha capacidad de resistencia". Este miembro del Ejecutivo, "del ala antropológicamente optimista", como él mismo se define, no niega la cadena de golpes continuos que recibe el Gobierno, pero advierte de que "para este oficio hace falta capacidad de encaje y no perder la cabeza, en el sentido literal de la expresión".

Según resume un ministro, "es verdad que esta es una herida de combate para la izquierda, pero no moral. Para este oficio hace falta capacidad de encaje y no perder la cabeza, en sentido literal"

Resistencia, en definitiva, el término que mejor define también a Sánchez, acechado por múltiples frentes ahora mismo. Otros miembros del Gabinete añaden esta otra receta: la "credibilidad", que "se gana día a día", y la "coherencia", como valor "más importante". Y es en lo que a su juicio tiene que empeñarse el Ejecutivo. En el Consejo de Ministros se sientan no obstante algunos integrantes más críticos que admiten su enorme "cabreo" y que dudan de que Díaz no supiera nada. "No luce nada de lo que hacemos y me da rabia que esta gentuza, Ábalos, Errejón, lo ensucie todo. Yo tengo mal cuerpo. No nos pueden pasar más cosas y más feas. Es que esto de Íñigo es tan bajo. Todo el mundo tenía que saber. Ellos hacían mucha vida social... ¿y no lo sabían? Y venga a dar lecciones", apunta un miembro del Consejo de Ministros.

La caída de Errejón puede "ayudar a recomponer" la izquierda del PSOE

Desde la dirección del partido, la lectura sintoniza lógicamente con la de la Moncloa. No ha gustado, eso sí, que la vicepresidenta no haya regresado antes a España. Pero prescriben tranquilidad. "Siempre tenemos la sensación de que no superaremos la última tormenta, de que esta es la última que queda. Pero la legislatura perdurará. Desde que Pedro ganó la moción de censura, no hacemos más que enlazar tsunamis: la pandemia, la guerra de Ucrania, el volcán de La Palma, la guerra de Gaza... Lo que hay que hacer es afrontar las cosas de manera firme, como se ha hecho y esperar a ver cómo evoluciona todo", sentencia uno de los miembros del núcleo duro de la dirección federal. Este dirigente cree que incluso la caída de Errejón puede "ayudar a recomponer el espacio" de la izquierda del PSOE, ya que desaparece el mayor antagonista de Pablo Iglesias, todavía fuerza viva en Podemos.

Redondo adelanta que en el 41º Congreso del PSOE se actualizará el protocolo antiacoso del partido para "reforzar el feminismo y la igualdad"

Redondo, también responsable de Igualdad de la ejecutiva federal, adelantó este domingo que el 41º Congreso del PSOE, que se celebrará en un mes en Sevilla, actualizará el protocolo antiacoso del partido, para "reforzar el feminismo y la igualdad". También Sumar culminará la puesta en marcha de los protocolos de prevención y abordaje frente al acoso y agresiones sexuales y comportamientos machistas, lgtbifóbicos, racistas o discriminatorios, protocolos que, como asumió Andrades, estaban comprometidos desde la primavera pero no se desplegaron por las sucesivas campañas electorales y los problemas orgánicos del partido.

El Gobierno y sus dos socios, PSOE y Sumar, intentan así escapar del enorme shock provocado por la salida de Errejón, un absoluto "manipulador", según le describía este domingo con dolor su expareja Rita Maestre, el hombre de "apariencia normal, un buen novio" que era "a la vez un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel". El mazazo inesperado toca una de las fibras más sensibles de la coalición, una de las banderas más claras de la izquierda, uno de los motores del Gobierno. El feminismo. Todos intentan actuar. Rápido. Achicar el agua ya, lo antes posible, pero al escándalo le quedan, probablemente, muchos días y semanas de recorrido.