La intención del Ministerio del Interior de no contratar con empresas de Israel deja a España en una situación delicada en materia de seguridad. El país hebreo es una de las principales potencias mundiales en la exportación de armamento, pero también de tecnología que sirve a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de todo el mundo. También a las españolas.

El martes, el departamento de Fernando Grande-Marlaska comunicaba que rescindía un contrato para adquirir munición para la Guardia Civil. Casi 15 millones de balas, por 6,6 millones de euros, que había ganado IMI Systems, una empresa de origen israelí. Desde el inicio de la guerra con Hamás, el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez ha querido ser la punta de lanza internacional en el rechazo a las políticas bélicas del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

La semana del 21 de octubre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, mandaba una carta a sus socios de Gobierno de Sumar afirmando que en lo que a ella le compete, España no ha comprado armamento a Israel desde el 7 de octubre de 2023, cuando se produjo la matanza a manos del grupo terrorista palestino. El problema es que un día antes, Interior había adjudicado el contrato a IMI, lo que dejaba al Gobierno en una situación delicada por las posiciones políticas tomadas en público.

El sábado 26 de este mes, El Independiente publicaba los detalles del contrato. El pasado lunes distintos medios se hicieron eco de la noticia, lo que llevó a Marlaska a rescindir el contrato. Fuentes de Interior avanzaban, además, que en el futuro se excluirán a empresas de origen hebreo en próximos contratos. Fuentes del Ministerio reconocen que todavía no está claro cómo se dará esta instrucción ni cuándo se hará.

Sin alternativa tecnológica

Para la compra de munición y armas Interior tiene alternativas. Puede comprar balas a la empresa Nammo, de origen noruego, con facturación en Palencia, por ejemplo. Pero en materia de tecnología lo tiene más complicado. "Los israelíes son los mejores en eso", señalan fuentes expertas en materia de seguridad.

Fuentes cercanas al Gobierno de Israel en España muestran su "total enfado" con la decisión del Gobierno, y en especial con Defensa e Interior. "No nos ven como un socio serio, la confianza se ha deteriorado mucho", señala un comisario de Policía Nacional. "Cabreo", "desconcierto" o "hartazgo" son palabras que se repiten en las conversaciones mantenidas para esta información.

"La decisión del Gobierno compromete la seguridad a nivel tecnológico. Podemos comprar armas y balas a otros países, pero los programas que tiene Israel no los hace nadie más. Nos podemos quedar atrás en muchos aspectos", reflexiona el mencionado mando de la Policía.

A mediados de este año, la Policía renovó la licencia de un software para rastrear la dark web el lado oscuro de internet donde se mueven terroristas, pedófilos y el crimen organizado. El programa se llama Kela Dark Beast y lo produce la empresa israelí KELA Cyber Threat Intelligence, como avanzó Infobae. Es un ejemplo, de muchos, de la sintonía que hay entre los dos países en materia de seguridad. O había, hasta este pasado martes.

"Van a seguir vendiendo todo lo que tenemos firmado y comprometido hasta el momento. Pero va a ser muy complicado que se retome la confianza. Para ellos España se ha entregado a postulados antisistema y antisemitas", apunta otra fuente.

El contrato cancelado

El contrato cancelado por Interior y que ha terminado por encender los ánimos entre el mundo hebreo en España estaba dividido en tres lotes para la adquisición de 19,8 millones de balas para las pistolas reglamentarias de la Guardia Civil. El primero y el tercer lote, por valor de 6.642.900 euros -impuestos incluidos- fueron adjudicados a IMI Systems. Esta empresa era propiedad del Gobierno israelí hasta que en 2018 fue absorbida por Elbit Systems, empresa del mismo país.

En España su comercializadora es Guardian Homeland Security, la misma empresa que vendió en 2021 6.000 pistolas Ramon al Ministerio del Interior. Estas armas están aminadas a renovar las Baretta de los agentes. Varias asociaciones denunciaron que muchas eran defectuosas y producían lesiones en las prácticas de tiro.

El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska primó el precio sobre otras cuestiones a la hora de comprarlas. Además, como publicó en exclusiva El Independiente, las pistolas Ramon se vendían en el mercado negro de Irak un año antes de la compra de Interior.

El Ministerio no sabe, por ahora, cómo hacer para excluir en el futuro a empresas israelíes. Fuentes conocedoras de cómo funcionan los procesos de contratación ven muy complicado llevarlo a cabo. Primero porque los pasos a seguir y los filtros que tienen que pasar las compañías son muy claros y exhaustivos: se busca el mejor producto al precio más barato.

Pero también porque no está claro que se pueda discriminar a una empresa por su país de origen. Existe el precedente de Rusia y las sanciones y prohibiciones a raíz de la invasión en Ucrania, pero Israel no tiene esas condiciones tras la guerra con Hamás y Hezbolá. "Es un simple empecinamiento ideológico del Gobierno, no va a ser fácil que los excluyan".