Mario Vargas Llosa ha vuelto a Barcelona para compartir con el candidato a la alcaldía Manuel Valls la presentación del libro que se ha convertido en una nueva denuncia del nacionalismo catalán y sus amenazas. Un acto en el Auditorio en el que Valls sí ha contado, esta vez, con una nutrida representación de C's, encabezada por su líder en el Ayuntamiento, Carina Mejías, y el portavoz parlamentario, Carlos Carrizosa. Pero también con el regidor Daniel Módol, regidor independiente del Grupo Socialista, o el eurodiputado del PP Santiago Fisas.
Junto a ellos Valls ha contado con la presencia en primera fila del presidente de Planeta, Josep Crehueras -editora del libro del candidato-, el directivo del Barça Jordi Mestre, el arquitecto Oscar Tusquets, el empresario Borja García-Nieto o el historiador Joaquim Coll. Una platea mucho más lucida que la de su primer acto de presentación, hace un mes, en el CCCB, en la que han destacado los representantes del sector de la hostelería, especialmente castigado por la gestión de Ada Colau.
Ante este público, Valls y Vargas Llosa se han explayado señalando los riesgos de que Barcelona caiga en manos del "populismo" de Ada Colau o el independentismo que de momento lidera Ernest Maragall.
"El independentismo ha conseguido apagar esa luz que hacía de Barcelona un polo atractivo, polo que yo sentí de joven" se ha lamentado el Nobel de Literatura, que ha defendido la candidatura de Valls como "la propuesta que devolverá a Barcelona esa magistratura, autoridad intelectual, literaria, teatral…".
El nacionalismo vuelve provinciana la cultura, es un tóxico mortal para la cultura" advierte Vargas Llosa
Vargas Llosa se ha mostrado convencido de que "es posible" recuperar esa Barcelona "cosmopolita y abierta al mundo" y ha señalado que "para eso es indispensable derrotar al nacionalismo" al que ha definido como "es el gran enemigo de la cultura". "Junto a la religión es el responsable de grandes matanzas de la historia" ha añadido, "pero sobre todo para la cultura es un tóxico mortal".
El nacionalismo, ha concluido Vargas Llosa, "vuelve provinciana a la cultura, hace que los autores se miren al ombligo". El escritor ha lamentado así la transformación de la capital catalana, tras recordar la Barcelona capital de la modernidad que conoció en los años 60's. "La España que olía a sacristía y cuartel no era la España que se respiraba en Barcelona" ha recordado, "Barcelona era otra España, una España sin fronteras, donde se vivía ya la Europa de París, de la cultura, de la modernidad".
"No podemos dejar a Barcelona en las manos del populismo ni en las manos del separatismo" ha respondido el candidato, "sería un desastre no solo económico, sería volver a una forma de radicalismo, de visión pequeña, estrecha que no tiene nada que ver con la Barcelona del 92, con Maragall y el maragallismo".
Valls defiende a las élites
Valls ha agradecido el "lujo" de empezar la campaña con un Premio Nobel y con un libro "que es decir: primero necesitamos a élites en Barcelona". El candidato ha respondido así a quienes le descalifican como "el candidato de las élites" especialmente Ada Colau y su entorno. "Pues sí" ha respondido, "pero de todas las élites, las culturales, económicas, de los jóvenes, los emprendedores, los que imaginan el futuro y crean start-ups, una ciudad como Barcelona necesita esto".
Ambos se han referido además al papel de la Ciudad Condal como capital de la edición en español y Valls ha advertido que "la fuerza de Barcelona es esa triple identidad catalana, española y europea. Si quitas una de las tres se derrumba la identidad barcelonesa".
El ex primer ministro francés ha defendido además el catalanismo de los orígenes, el que en el siglo XIX nació como "movimiento político para modernizar Cataluña pero sobre todo España" y ha insistido, siguiendo la estela de Vargas Llosa, en que "si el nacionalismo gana todo se vuelve más pequeño y se van construyendo trincheras".
Tarradellas como referente
En este contexto, Valls ha reivindicado, con el aplauso de Vargas Llosa, la figura de Josep Tarradellas y sobre todo su denuncia del nacionalismo pujolista. "Fue un hombre de estado" ha defendido Valls, quien ha recordado irónicamente que "no había vuelto desde el 39 a Barceona y nadie le dijo que no conocía Cataluña".
Vargas Llosa ha leído la carta de Tarradellas a La Vanguardia que el candidato ha recuperado en su libro para denunciar el victimismo que se empezó a asentar en los primeros gobiernos de Jordi Pujol
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