Valencia se ha convertido en un popurrí de camiones, coches, excavadoras, palas mecánicas... de todos los colores y tamaños, y procedentes de cuerpos de las distintas administraciones españolas que han querido arrimar el hombro en esta catástrofe natural. La cantidad de ayuda ha desbordado cualquier coordinación y esto está provocando caos dentro de una situación ya muy complicada de por sí. Voluntarios que no saben qué hacer, bomberos que no conocen bien a las órdenes de quién están y vecinos que se autogestionan para poder sobrevivir. Ni el Gobierno central ni el Ejecutivo valenciano de Carlos Mazón están demostrando capacidad de comunicación para transmitir las cifras reales de esta gran emergencia. Los primeros datos certeros se conocieron este martes por la noche: 89 desaparecidos y 133 identificaciones de víctimas mortales.

El centro de la Comunidad autónoma se ha dividido en un mapa compartimentado en seis secciones distintas, de acuerdo a un documento que manejan los bomberos valencianos y al que ha tenido acceso este medio. El Puesto de Mando Avanzado (PMA) principal se encuentra en una gasolinera Texaco en la salida de Paiporta, considerado el epicentro de la catástrofe por la afectación que tuvo la DANA. Desde allí se coordinan unidades centrales como la UME, militares, los distintos grupos de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, Cruz Roja o Protección Civil.

Pero, además, van llegando distintos cuerpos autonómicos de todas partes de España y, a pesar de haber preguntado de forma insistente a muchos de ellos nadie sabe dar un dato de cuántos efectivos hay trabajando o dónde se está concentrando ese número. "En la zona de los chalés de ahí detrás hay gente mayor, ¿Cómo le podemos hacer llegar comida?", pregunta un policía municipal de Madrid a un voluntario del Ayuntamiento que se encuentra en una carpa de La Torre, en lo que supone una asistencia improvisada.

En este punto de La Torre, en la sección II, se ha colocado el Centro de Recepción de Medios (CRM) de la zona. Cada una de las áreas afectadas tiene al menos un CRM adonde se envían los efectivos que va llegando (cargamentos, camiones) desde el Mando central. Y una vez llega a un CRM concreto, éste lo envía al Puesto de Mando de la zona que trata de coordinar en pequeño, dentro de las calles de los municipios. "Una cosa es el Puesto de Mando, que es donde se dirigen las operaciones y otra cosa es el lugar donde se reciben las ayudas. El CRM está bajo el control del PMA", explica a El Independiente una fuente de bomberos de Valencia, que ha sido de las únicas voces capaces de explicar estos días cómo se están coordinando las labores.

El mecanismo dista mucho de estar engrasado, así que cada espacio parece tener una cierta autogestión. "A nosotros nos está coordinando, o descoordinando, como lo quieras ver, un Puesto de Mando en el Ikea de Alfafar", cuenta otro bombero de Guadalajara. De esa provincia han venido hasta 12 con dos camiones grandes. En los municipios más pegados a la ciudad, como son precisamente Alfafar o Benetúser, las labores de limpieza profunda llevan ya días por lo que empieza a notarse cierta mejoría. Los camiones retiran escombros y los tractores arrastran coches totalmente destrozados de la avenida de los Reyes Católicos en la que las luces de navidad que ya estaban preparadas y las montañas de lodo dejan una imagen totalmente apocalíptica.

"Mira, ellos vienen de Galicia. En vez de quedarse en su casa han decidido venir aquí", le dice un padre a su hijo al pasar delante de otro camión de la Xunta. Gallegos, almerienses, canarios... Choca ver tantos cuerpos autonómicos concentrados en un mismo territorio.

Desde el Puestos de Mando de La Torre se coordina, por ejemplo, la Policía Municipal de Madrid y la local de Valencia. Desde la capital española han llegado aproximadamente 200 agentes con coches, además de los camiones del servicio de limpieza y las ambulancias del Samur. "Estamos colaborando al objeto sobre todo de recuperar la movilidad, con servicios asistenciales a personas, manteniendo la convivencia", cuenta Francisco Caletrio Villa, comisario principal y jefe del dispositivo de mando de Madrid en conversación con este medio. Los agentes madrileños se han dividido en 10 equipos: "Justamente en este momento acabamos de coordinarnos con el jefe de policía de Valencia. Aquí tenemos el Puesto de Mando toda la mañana desde la siete y media, más o menos".

En la plaza donde se ubica este punto de coordinación se han improvisado almacenes de comida y un punto de limpieza donde se preparan todo tipo de productos desinfectantes. Las ONG preparan el almuerzo (este martes bocadillo de salchichas y panceta), mientras que el interior de la parroquia Nuestra Señora de Gracia se ha convertido en una suerte de supermercado donde la gente hace cola para coger alimentos que llevarse a casa. Todo son donaciones.

La avalancha de donativos ha sido tan bestia que algunos consistorios han tenido que paralizar a los vecinos. "El Ayuntamiento de Benicàssim sigue en coordinación con distintas autoridades y organizaciones que están prestando atención a la población afectada por la DANA. En este momento, estas instituciones nos han trasladado la necesidad de pausar temporalmente el envío de material y productos", se lee en un cartel que se ha colgado en ese lugar.

"Me das un poco de papel para apuntar los datos de una paciente que me acaba de llamar", le dice un miembro de la Cruz Roja a otro voluntario en una de estas carpas. La colaboración entre todos los que han llegado a Valencia es continua en estos pequeños detalles. Fuentes de la Cruz Roja datan en 1.600 personas el personal que han aportado en total desde que empezara la emergencia nacional para labores de limpieza, traslado de familiares, detección de necesidad, primeras curas… A su vez, voluntarios de Save The Children también se concentran en la misma plaza.

"Ahora mismo somos unas 70 personas trabajando. Ayudamos a los niños y niñas de dos maneras: con ayudas económicas y con suministros de primera necesidad con familias con las que ya trabajamos en el día a día y por otra parte atendiendo psicológicamente a niños y niñas después de este drama que han vivido porque la salud mental hay que cuidarlas y ellos son especialmente vulnerables", refleja Miguel Borque, portavoz de Save the Children.

Los coches

En las calles anegadas de lodo, los coches totalmente destrozados siguen siendo uno de los principales problemas. Fuentes de los bomberos de Valencia calculan que puede haber hasta 140.000 vehículos totalmente destruidos. En algunos de ellos se ha pintado un círculo rojo y eso, aunque muchos no lo saben, es una suerte. Quiere decir que por ahí ha pasado ya la Policía, lo ha analizado y no había víctimas dentro. Algunos vecinos fijan en los cristales carteles con su teléfono de móvil y peticiones para que no se los lleven al desguace: "Este coche funciona".

El caos en la ayuda se demuestra también en el bloqueo de la circulación de la ciudad. Durante las mañanas se taponan durante horas las principales arterias de entrada a las zonas afectadas. A pesar de que los voluntarios son bien respetuosos y llegan a pie, la ayuda es tanta, en camiones, en los convoys... que hay momentos en los que para recorrer apenas cuatro kilómetros, los valencianos pueden pasar hora y media en el coche.

"Hay mucha ayuda, pero bajo mi punto de vista es ineficaz", dice un militar voluntario que lleva días en la zona cero. Él ha estado este martes en Paiporta preguntando qué había que hacer sin mucho éxito. No tenía un punto al que ir para que lo integraran en alguno de los trabajos, así que ha terminado en la casa de una vecina sacándole el agua del garaje. "En un momento han llegado otras 15 personas y les hemos dicho que se fueran a otro lado. Es que al final nos molestamos", cuenta.

La ciudad es un sinfín de sirenas y sonidos de emergencia. Sobrevuelan helicópteros cada dos por tres y hay una parte de guardias civiles o policías destinados al tráfico. No existe un portavoz oficial que esté dando datos sobre qué zonas están más afectadas y el recuento de desaparecidos oficiales ha tardado en conocerse más de una semana después de que la DANA cayera. Un bombero va calle por calle marcando una "x" en las calles donde no puede pasar para que acuda maquinaria pesada a retirar las montañas de barro y un "ok" en aquellas en las que ya es posible el tránsito.

En el bajo de una casa de Benetúser se puede leer un cartel: "No necesitamos comida, necesitamos mano de obra". Y no para de llegar. Este martes se han incorporado en apoyo a los especialistas del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil equipos de la Unidad Central Operativa NRBQ y de la Unidad de Reconocimiento de Subsuelo para la detección de gases nocivos para la salud en ambientes confinados, como garajes, túneles y sótanos, así como la descontaminación del personal de los equipos de GEAS, tras realizar reconocimientos en zonas inundadas.