El escenario deseado era el de la estabilidad y el de la continuidad en las políticas económicas y comerciales. Un camino que parecía más sencillo de seguir con una victoria de la demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pero las urnas le han dado a la Unión Europea otro escenario, mucho más incierto e inestable: Donald Trump vuelve al despacho oval.

Las felicitaciones al republicano no se hicieron esperar. Le han congratulado desde sus aliados en la Unión Europea, como el primer ministro húngaro, Víktor Orban, que aseguró que descorcharía una botella de champán si Trump vencía a Harris; pero también los líderes francés y alemán, Emmanuelle Macron y Olaf Scholz. Tampoco el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha perdido la oportunidad de hacerlo a través de su cuenta de Twitter, como sus homólogos comunitarios.

En todos los mensajes destacan las palabras de "vínculo", "trabajo" y alianzas socioeconómicas ante los retos a los que se enfrentan tanto la Unión Europea como Estados Unidos. Si bien el Viejo Continente trata de armar a sus empresas para que puedan competir con las americanas y las chinas, ahora, los líderes de los 27 esperan encontrar en la Casa Blanca a un aliado contra el gigante asiático. Estados Unidos y la Unión Europea, juntos frente a Pekín.

El mensaje más directo ha sido el del nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que menciona explícitamente a China en su felicitación a Trump. "Nos enfrentamos a un número cada vez mayor de desafíos a nivel mundial, desde una Rusia más agresiva hasta el terrorismo, pasando por la competencia estratégica con China, además del creciente alineamiento de China, Rusia, Corea del Norte e Irán. Trabajar juntos a través de la OTAN ayuda a disuadir la agresión, proteger nuestra seguridad colectiva y apoyar nuestras economías", apunta en un comunicado.

Fuentes diplomáticas reconocen, igual que lo apunta Rutte, que, en parte, que muchos países hayan aumentado su gasto en defensa es gracias a la insistencia de Donald Trump durante su anterior presidencia. El alto representante de la UE, Josep Borrell, dijo este martes que “a través de su Política Exterior y de Seguridad Común, la UE no escatimará esfuerzos para mantener unas relaciones dinámicas con EEUU”.

Guerra comercial

Pero la UE no solo espera encontrar en Estados Unidos un aliado en materia de defensa. El ámbito comercial es fundamental si ambos actores quieren mantener su status a nivel mundial y no perder competitividad frente a China. Las mismas fuentes aseguran que los 27 "están preparados" para llegar a acuerdos comerciales y evitar que los aranceles que tanto Estados Unidos como la Unión han impuesto a China tengan consecuencias recíprocas desde Pekín.

Con todo, Trump ya ha prometido durante la campaña electoral que va a tensionar esa relación comercial con Asia. "En la práctica EEUU lleva en guerra comercial con China desde hace más de una década. Trump ha sido claro: quiere pasar de unos aranceles del 15% y el 20% a más del 60%", apunta Juan Luis Manfredi, catedrático en la Universidad de Castilla-La Mancha, que acaba de regresar de Georgetown, donde fue profesor visitante Príncipe de Asturias.

Desde Allianz Global Investors no descartan que ese riesgo sea también para la Unión Europea y que el nuevo presidente de Estados Unidos, que tomará posesión del cargo en enero, aplique también aranceles a productos de la UE y esto a su vez, podría provocar una nueva ola de inflación, según los analistas de Edmond de Rothschild AM.

También se ha pronunciado en esta línea el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis De Guindos, que ha dicho que "si una jurisdicción tan importante como Estados Unidos impone aranceles del 60% a cualquier otra jurisdicción importante -hablemos de China-, puedo asegurarles que los efectos directos e indirectos y las desviaciones del comercio serán enormes", en declaraciones recogidas por Bloomberg.

En este sentido, es reseñable que el presidente francés, Emmanuelle Macron, además de felicitar a Donald Trump, también hiciese público que ha mantenido una conversación con el canciller alemán, Olaf Scholz. Las dos economías más grandes del euro están dispuestas a trabajar "por una Europa más unida, más fuerte y más soberana en este nuevo contexto. Cooperando con los Estados Unidos de América y defendiendo nuestros intereses y valores", escribió Macron.