Los reproches cruzados entre diputados, senadores y ministros por la gestión de la DANA se quedaban aparcados cuando el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, ha emocionado al hemiciclo del Senado al llamar a la unidad con la voz quebrada y una bandera valenciana manchada con barro de Paiporta en las manos que ha culminado con un insólito abrazo al parlamentario popular Gerardo Camps.
"Espero que se sumen al grito de Valencia y le demos lo que nos pide, algo tan sencillo como cambiar la confrontación por la unión. Señorías, hagan lo que hagan, lo que sí que sé es que yo me vuelvo otra vez a Valencia para reconstruir 'la millor terreta del mon'", ha afirmado el senador socialista en un breve discurso desde la tribuna de oradores.
Sus compañeros de partido se han puesto en pie para aplaudirle y desde las filas del PP, Gerardo Camps, que debía subir a la tribuna para iniciar la réplica, se ha acercado a su escaño para abrazarle.
Ha sido un destello de unidad en una jornada parlamentaria marcada por las críticas y las recriminaciones mutuas entre los grupos parlamentarios, enzarzados en la búsqueda de culpables políticos tras la tragedia.
Sagredo ha tomado la palabra para responder a Camps, que ha defendido en el pleno una moción para exigir al Gobierno una revisión de los protocolos de emergencia, la aprobación de un "Plan Valencia" para la reconstrucción y que se destinen a las zonas afectadas todos los recursos necesarios, sin vincular las ayudas a la aprobación de los presupuestos del Estado para 2025.
Hacerlo sería una "extorsión" a los grupos parlamentarios utilizando a los valencianos como escudo, ha advertido el senador del PP, quien, en un discurso sin grandes reproches, ha considerado que las medidas anunciadas hasta ahora por el Gobierno son "adecuadas", aunque "insuficientes".
Sagredo ha subido a la tribuna con la bandera valenciana manchada por el lodo y no ha podido evitar que la voz se le rompiera en varias ocasiones durante su discurso, cargado de las "lágrimas y el desconsuelo de los que lo han perdido todo" y lleno de la rabia "de los que no entienden por qué no funcionan las cosas".
Para revertir el paisaje "distópico" que ha dejado la dana, para devolver la dignidad a la clase política y recuperar la confianza de la sociedad, ha pedido unidad.
"En estos momentos, al 'poble valencià', a España, solo le vale la unidad. No le valen promesas y buenas intenciones; ya no les sirven. Están hartos de reproches; no los quieren. Solo les valen hechos y soluciones. Somos el órgano constitucional que representa al pueblo español, por favor, no lo olvidemos nunca", ha pedido a todos los senadores.
El alcalde se ha emocionado al recordar cómo la señora Amparo le ofreció su casa cuando ayudaban a quitar barro en Aladaia: "A quienes han perdido todo (...) les tenemos que dar una lección de unidad, de sensatez".
Unidad que, ha continuado, han mostrado los socialistas valencianos al apoyar los presupuestos de la Generalitat y la Diputación valenciana "sin reproches".
La moción de los populares ha salido adelante con el apoyo de los senadores de PP, Vox y UPN y no ha habido ningún voto en contra. Los socialistas han optado por abstenerse.
Te puede interesar
1 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
- 1 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 2 Anticorrupción apoya la puesta en libertad de Aldama, que podría salir hoy de prisión
- 3 Putin dice haber usado un nuevo misil hipersónico contra Ucrania
- 4 José Luis Rodríguez Zapatero no existe, no es y no aparece
- 5 La narcolancha que mató a dos británicos en Murcia venía del taller y pertenece a marroquíes
- 6 La manta de la que puede tirar Aldama
- 7 Vídeo | Aldama: "Yo no participo en el acto del PSOE, me hacen ir porque el presidente quiere conocerme y hablar conmigo"
- 8 Arrancar miles de viñedos: la salvación que piden los viticultores
- 9 Sánchez llama "personaje" a Aldama y dice que su testimonio "es categóricamente falso": "Su estrategia de defensa es la mentira"
hace 1 semana
La excepcion que confirma la regla de una España cainita partida envdos que agrava sus problemas a garrotazos.