“Desafortunadamente se sacó de contexto la letra de una canción con la que buscaba celebrar la unión entre artistas y poner a bailar a mi gente…” se disculpaba Karol G en un comunicado en Instagram después del revuelo causado por su último tema, “+57”. “Ninguna de las cosas dichas en la canción tienen la dirección que se le han dado, ni se dijo desde esa perspectiva, pero escucho, me hago responsable y me doy cuenta de que todavía tengo mucho que aprender. Me siento muy afectada y me disculpo de corazón”, continuaba la colombiana en un texto que firmaba como Carolina.
Con “+57”, cuyo título hace referencia al prefijo telefónico de Colombia, Karol G ha querido reunir a los talentos que lideran el reguetón de su país, Maluma, J Balvin, Feid, Blessd, Ryan Castro, DFZM y ella misma, bajo la producción del habitual de la cantante, Ovy on the Drums. La unión de los ya consagrados con nuevas voces prometía convertir este homenaje al sonido de Medellín en un himno indiscutible, pero hasta ahora solo ha cosechado criticas.
“Una mamacita desde los fourteen…” canta Feid –novio de Karol G– en primera instancia y seguidamente lo repite Maluma en su verso. Y si bien la canción se desploma por completo y no cumple de ninguna de las maneras, esta frase es el detonante mayor de la polémica.
En las letras de este género musical es habitual la apología de la cultura de la calle y la hipersexualización de la mujer, pero en este caso la lírica recae en sexualizar a niñas, algo delicado viniendo de Colombia, un país considerado destino de turismo sexual.
Sorprende que estos detalles hayan pasado inadvertidos a todas las personas implicadas en un lanzamiento de esta categoría. Conociendo la talla de los artistas, se presume que el personal de una gran cantidad de sellos, varios despachos y numerosas corbatas han tenido que oír la canción sin que saltara ninguna alarma, dando luz verde a una letra que una vez más disfraza la hipersexualización de empoderamiento.
Colombia y el reguetón pop
El estreno de “+57” sorprende aún más si se profundiza en la naturaleza del reguetón colombiano. La expansión del género durante los 90 y los 2000 y su aceptación entre los jóvenes colombianos dejó un caldo de cultivo todavía vivo del que forman parte casi todos los nombres que participan en esta canción. Desde el comienzo de la década de 2010, sus músicos supieron depurar el sonido de Puerto Rico para convertir a sus artistas en parte del pop latino. Medellín pasó a ser una de las capitales del reguetón mundial, una escena que supo llevar un sonido callejero a la radiofúrmula y hacer pasar a sus artistas como nuevos artistas mainstream, con melodías más suaves y pegadizas, ritmos y baterías más relajadas y letras románticas. Poco queda de ello en "+57".
De esa misma receta han salido hits que si bien no necesitan romper la bocina de las discotecas ni quemar los bajos, siguen haciendo cantar a la multitud dentro y fuera de estas. "Borro Casette" de Maluma o "Ay Vamos" de J Balvin llevan una década sonando en móviles, radios y clubes. Un testigo que hoy han pasado a los llena-estadios: Karol G, que se consagró en 2023 con su disco Mañana será bonito, consiguió abarrotar el Santiago Bernabéu cuatro días seguidos y que parece nos hará bailar a su compás los veranos que ella vea conveniente; o su pareja Feid, que ha surtido al género de todos los palos que ha querido saltando rápidamente de un segundo plano a un protagonismo total llenando este pasado verano el Civitas Metropolitano.
Tales fueron los atractivos del reguetón colombiano a mediados de la década pasada que provocaron la emigración de muchos cantantes boricuas a los estudios de la ciudad de Medellín. El Cangri Nicky Jam, que 15 años antes cantaba aquello de que quería “la combi completa”, se adaptó a los estándares colombianos en hits que conquistaron la radiofórmula como “Travesuras” “Hasta el Amanecer” o “El perdón”, junto a Enrique Iglesias. Fenix, el disco que contiene estas letras que muchos podemos cantar sin necesidad de hacer excesiva memoria, le valió un renacer musical a quien ya fue en su momento pionero en las tarimas de DJ Negro y Playero junto a Daddy Yankee. Su acogida en Colombia se dio como la del propio género en su momento, y la portada de su disco un retrato mural que se puede visitar en Medellín.
De 'fourteen' a 'eighteen'
Conocer los antecedentes del reguetón colombiano, su condición pop y el estatus de estrellas de sus intérpretes y creadores no hace más que agravar la situación creada con "+57". Rolling Stones la ha calificado de desastre. “Cantar sobre niñas que 'están buenas' no está bien y en lugar de romper con la normalización, este sencillo perpetúa la sexualización de menores”, apuntaba la publicación norteamericana. Esta y otras reacciones han obligado a Karol G a dar explicaciones ante sus 70 millones de seguidores en Instagram.
Otros, como Blessd, no se han hecho tan responsables. “Sabe que caravana si no le gusta el TEMA paila no lo escuche, yo me siento bien con él así, yo no vivo pendiente del qué dirán”. O Ryan Castro: “Desde que yo esté bien que ruede el mundo a mi alrededor listo, nada asara parcero, critiquen lo que quieran que eso a mí no me importa”.
Mientras los interesados huyen hacia adelante o se depuran responsabilidades, una opción es modificar la linea que ha desatado la polémica, algo que ya se ha hecho en otras ocasiones. Un ejemplo reciente de revisionismo histórico es el “wake up in the morning, f*** P Diddy”, la canción corregida por Kesha tras las graves acusaciones que han acabado con la estrella del rap en la cárcel. En el caso de "+57", un simple cambio de “fourteen" a "eighteen” puede que salve algún fruto de ese malogrado cesto concebido para ser un éxito sin precedentes.
La responsabilidad del ídolo
Este tipo de juntes siempre han funcionado en un estilo musical que ha entendido desde un principio su condición de industria. Antes de la bichota y de “+57” cabe hablar de la caballota Ivy Queen y su coro de discípulos en “Quitate tu pa ponerme yo”. O de Daddy Yankee una década después con “Llegamos a la Disco”. La unión hace la fuerza entre los reguetoneros y en numerosas ocasiones se acumulan los remixes, segundas y terceras partes. La desgana y el descuido han hecho que "+57" no se vaya a recordar a pesar de sus integrantes y las buenas intenciones. A quienes han sido encumbrados, a los que llevan años en nuestros cascos, pasando de YouTube a llenar Bernabéus, Choliseos y arenas, cabe exigírseles una serie de responsabilidades.
La propia Rolling Stone comentaba asimismo de “Ameri”, el último y tan anticipado álbum de Duki, pionero del trap argentino y uno de los artistas más escuchado del país: “Si es el mismo héroe el que sigue contando su propia historia, la aventura ya no suena como hazaña”. Dos reseñas que dan a entender la necesidad de reinvención de muchos de los ídolos urbanos que hemos venerado la ultima década; que el techo ya ha llegado y que no hay más estadios por llenar sino nuevos ídolos y fórmulas que los completen.
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