Los trabajadores del puerto de Tánger Med han rechazado ayudar en la carga de material militar rumbo a Israel de los buques de la compañía danesa Maersk desviados a las instalaciones marroquíes tras prohibírseles la entrada en Algeciras. Así ha informado este lunes la sucursal marroquí del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).

"El Movimiento de Boicot (BDS) saluda a los valientes trabajadores portuarios marroquíes que se negaron a facilitar las transferencias ilegales de Maersk para los suministros militares estadounidenses utilizados en la guerra de genocidio contra 2,3 millones de palestinos en la Franja de Gaza ocupada y sitiada", ha detallado la organización en un comunicado. Fuentes del grupo han confirmado los hechos en conversación con El Independiente.

Llevan equipos militares enviados por EEUU

Según la información proporcionada por BDS, un grupo de empleados del puerto rehusaron participar en la carga de los barcos Maersk Denver y Nysted Maersk que hicieron escala la semana pasada en Tánger tras vetarles la entrada en Algeciras el Gobierno español. La compañía danesa reconoció a este diario que el material enviado forma parte del "programa de cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos e Israel", un acuerdo multimillonario que exhibe el apoyo incondicional de Washington al Gobierno hebreo.

La celebrada acción de los empleados del puerto tangerino es un desafío abierto al régimen de Mohamed VI, que en 2020 reconoció a Israel y que desde entonces ha establecido vastas relaciones comerciales a pesar del rechazo popular que genera. Ni siquiera la guerra en Gaza, con más de 43.000 muertos, ha cuestionado esos lazos. "El movimiento de boicot en Marruecos considera que lo que hicieron los trabajadores del puerto Med-Tánger afirma la adhesión del pueblo marroquí a los valores humanitarios y la justicia de la causa palestina y su negativa a participar en la 'madre de los crímenes', el genocidio".

La organización llama al resto de trabajadores portuarios marroquíes a que "sigan sus pasos y que prevalezca su humanidad ante la opresión del pueblo palestino" y se conviertan en "una barrera para hacer que nuestro país se incline a cometer el crimen de genocidio, por su negativa a recibir o prestar servicio a cualquiera de estos barcos".

La polémica, con origen en España, ha terminado salpicando a Marruecos y desvelando por enésima vez las estrechas relaciones que mantiene el régimen alauí con Israel, que han resistido más de un año de guerra en la Franja de Gaza. El puerto de Tánger ha servido de escala para uno de los barcos de la naviera danesa Maersk que activistas propalestinos habían señalado previamente como uno de los buques con cargamento de armas estadounidenses enviado a Israel.

Relanzamiento relaciones entre Marruecos e Israel

En septiembre Rabat reabrió la oficina de enlace con Israel cerrada tras el inicio de la guerra. En julio Tel Aviv nombró a Hassan Kaabia, portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel para los medios de comunicación árabes, como jefe adjunto de la oficina de enlace en Rabat. La oficina israelí en Marruecos sigue dirigida por David Govrin, un funcionario que fue suspendido temporalmente en 2022 por acusaciones de conducta sexual inapropiada y corrupción.

Tras el estallido de la contienda, los empleados de la delegación abandonaron el país por razones de seguridad. La recuperación pública de lazos se produce incluso a pesar de las declaraciones recientes de Netanyahu, que hasta en dos ocasiones ha ocasionado malestar en los despachos marroquíes. En mayo apareció en una entrevista con una canal de televisión francés exhibiendo un mapa del norte de África y el mundo árabe en el que Marruecos aparecía sin incluirse en sus fronteras el Sáhara Occidental a pesar de que el Gobierno israelí reconoció el año pasado la marroquinidad de la ex colonia española en contrapartida por la normalización de lazos con Rabat.

En septiembre el premier israelí exhibió un mapa de Marruecos que incluía los territorios ocupados del Sáhara pero lo hizo manteniendo una denominación que indigna a las autoridades marroquíes: Sáhara Occidental. El régimen marroquí sólo se refiere al Sáhara Occidental como "Sáhara marroquí", "provincias saharauis" o "provincias del sur" y evita en todo momento la denominación del Sáhara Occidental empleada por la República Árabe Saharaui Democrática del Frente Polisario y los organismos internacionales como la ONU, que no reconocen la soberanía marroquí y lo consideran un territorio no autónomo, el último de África pendiente de descolonización.