La reinauguración de la catedral de Notre-Dame ha permitido a Macron, el nuevo Rey Sol, lanzar sus destellos. Ha sido anfitrión en el Elíseo de Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, que ha elegido Francia como primer destino tras su victoria. "Notre-Dame es la feliz metáfora de lo que es una nación y de lo que debería ser el mundo: la fraternidad de un pueblo decidido a hacer grandes elecciones, la fraternidad universal y la ayuda mutua", ha dicho Macron, que ha vivido un momento de gloria como encarnación de la República. Sin embargo, asistimos al ocaso de Macron cuando está en el ecuador de su segundo mandato.
"Es un astro muerto que sigue brillando pero no emite ninguna energía", sostiene el historiador Benoît Pellistrandi, quien evoca al Rey Sol, Luis XIV, para referirse al presidente. "El sistema francés es casi absolutista, con una tradición de cultura cortesana", añade.
Qué lejos queda aquel 7 de mayo de 2017 cuando Emmanuel Macron, que aún no había cumplido los 40 años, caminaba como presidente electo por el patio del Louvre al son de la Novena de Beethoven, el himno de Europa. El joven príncipe que igual dominaba las finanzas que los versos en el idioma de Molière encarnaba la esperanza del pueblo francés.
Había impulsado un movimiento político de centro para poner en marcha las reformas necesarias en la República Francesa. Y se había conjurado para poner freno a la extrema derecha encarada por Marine Le Pen, a quien se impuso en las urnas. Volvió a hacerlo en la primavera de 2022. Logró un segundo mandato, a pesar de la pandemia, de los chalecos amarillos y poco después de empezar la guerra rusa en Ucrania.
Sin embargo, Macron recordará 2024 como uno de los peores de su carrera política. El 9 de junio, tras confirmarse la victoria de Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, en las elecciones europeas, y el sólido avance de la Francia Insumisa, decidió convocar elecciones anticipadas. Dijo que quería devolver el voto al pueblo, ya que en las europeas las fuerzas extremistas superaban el 50%. Tomó la decisión sin consultar y sorprendió hasta a sus propios ministros.
El resultado de las legislativas sorprendió a muchos y no fue el ideal para Macron. El Nuevo Frente Popular, un conglomerado de fuerzas de izquierda y ultraizquierda que suma a insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas, fue la fuerza con más escaños en la Asamblea Nacional (182 escaños). Los otros dos bloques lo formaban las fuerzas macronistas, centristas y Los Republicanos (una parte se fue con Le Pen) y Agrupación Nacional. Es decir, una Asamblea Nacional dividida en tres bloques y ninguno con mayoría, ingobernable.
La disolución fue un fracaso y ha debilitado a Macron. Debería ser el árbitro, pero nadie le reconoce esa capacidad por su comportamiento autoritario"
Benoît Pellistrandi, historiador
"La disolución fue un fracaso y ha debilitado a Macron enormemente. Debería ser el árbitro del juego, pero nadie le reconoce la capacidad de arbitraje por su comportamiento autoritario y por el error de cálculo de la disolución fracasada", señala Pellistrandi.
Coincide con esta valoración Abel Mestre, jefe de Política en Le Monde. "Hizo la peor disolución de la historia. Ha creado una crisis política que no existía antes. Es la disolución la que ha creado este caos. Antes era difícil, pero gestionable. Ahora es prácticamente imposible. Macron se pegó un tiro en el pie".
Sin embargo, el diputado Stéphane Vojetta, que respaldaba al gobierno de Michel Barnier, mantiene que si Macron hubiera esperado el debate presupuestario habría sido más furibundo aún y el macronista Gabriel Attal habría caído en una moción de censura pero con graves consecuencias en las urnas. "No estaríamos con 170 diputados macronistas. Quedarían 20 o 30. Y Macron estaba convencido de que la estabilidad de la Asamblea Nacional dependía de que el grupo macronista fuera importante. Es cierto que la decisión no se ha explicado bien, o no se ha entendido, y se ha generado mucha confusión".
La realidad presupuestaria está ahí, sea cual sea el gobierno. No va a desaparecer"
MICHEL BARNIER, PRIMER MINISTRO SALIENTE
Michel Barnier, el breve
Macron demoró la elección de primer ministro y se negó a escuchar las demandas de la izquierda, que exigía un ministro de sus filas. Cincuenta días después de la segunda vuelta, y una vez ya concluidos los Juegos Olímpicos, designó al conservador Michel Barnier, ex jefe negociador del Brexit, con experiencia como ministro y comisario europeo. Barnier fue el único candidato que no vetó Marine Le Pen.
Barnier tuvo que afrontar la titánica tarea de elaborar un presupuesto en diez días. Y buscar apoyos más allá del centro y la derecha. El bloque de izquierdas se negó en rotundo a respaldar sus recortes. Francia tiene una deuda que supera los 3,3 billones de euros y solo los intereses ascienden a 60.000 millones. Su objetivo era reducir el déficit del 6,2% a un 5%. El crecimiento este 2024 apenas llega al 1%. "La realidad presupuestaria está ahí, sea cual sea el gobierno. No va a desaparecer", dijo Barnier en su último discurso como primer ministro en la Asamblea Nacional. La crisis política y económica de Francia estremece en Europa.
El ajuste tenía que realizarse de alguna manera pero Le Pen se cuadró y exigió que no se retrasara el pago de la subida de las pensiones seis meses. En realidad, todo indica que Le Pen quería desde un principio apoyar la moción de censura que había planteado el Nuevo Frente Popular.
De esta forma, Barnier se convirtió en el primer ministro más breve de la V República. Apenas ha estado 90 días en el cargo. Y es el primero en caer por una moción de censura desde 1962.
Ha sido víctima de Marine Le Pen, quien le hizo ver que podía ser su aliada. Pero la líder nacionalpopulista ha dejado clara cuál es su capacidad de destrucción. Marine Le Pen estaría condicionada por el anuncio de condena por un caso de malversación de fondos de la UE. Se conocerá el veredicto el 31 de marzo de 2025 y podría suponer el fin de su carrera política si resulta inhabilitada durante varios años. Sería muy excepcional que quien puede ser la principal candidata a la Presidencia en 2027 quede fuera de juego por un delito que en muchos casos apenas tiene consecuencias.
Sea como sea, tanto Mélenchon, el líder de la Francia Insumisa, como Marine Le Pen han asestado un golpe a Barnier cuando en realidad a quien quieren hacer caer es al presidente Macron. Mélenchon lo dice y lo repite. "Incluso con un Barnier cada tres meses, Macron no durará tres años", dijo en su cuenta de X. Le Pen apela a la conciencia de Macron.
Sin embargo, Macron, en su discurso a la nación el jueves, lo dejó claro: "Terminaré de mi mandato de cinco años". Y acusó a la extrema derecha y la extrema izquierda de tener como objetivo apartarle del poder, mientras que él se siente legitimado por haber sido elegido por los ciudadanos en dos elecciones presidenciales, en 2017 y 2022.
En realidad, la renuncia de Macron no solucionaría el caos político. Tendrían que convocarse elecciones en 35 días, en plenas Navidades, y como el dinosaurio de Monterroso, esa Asamblea Nacional sin mayoría seguiría ahí.
Escenarios después de la moción de censura
Macron ha de elegir al sucesor de Barnier. Ha prometido que lo hará "en los próximos días". El diputado Stéphane Vojetta sostiene que solo si los socialistas se comprometen a formar parte del gobierno, y encabezarlo, junto con centristas y conservadores, el gobierno podría mantenerse más allá del próximo otoño. Si no, se verá abocado a una nueva moción de censura. Hasta septiembre próximo no pueden volver a convocarse elecciones.
Otra opción sería un gobierno técnico, pero los franceses no tienen tradición de recurrir a independientes. Tampoco están acostumbrados a buscar consensos. Es difícil que los socialistas cedan debido a que la izquierda demanda que se anule la reforma de las pensiones, aprobada por decreto por Macron, y para los macronistas es una línea roja.
Vojetta ha propuesto una salida ingeniosa en caso de que no fuera posible un primer ministro de consenso, avalado por fuerzas republicanas que se comprometan a rechazar cualquier moción de censura en su contra. El diputado señala que los 577 diputados podrían dimitir individualmente y así celebrarse 577 elecciones en sus circunscripciones. "Es una salida compleja, pero es posible", destaca Vojetta.
Para el diputado, elegido por la circunscripción que engloba a los franceses en España, sí defiende a Macron, como factor de estabilidad. "El ejercicio del poder en Francia te hace impopular, pero dada la inestabilidad y la irrelevancia de la Asamblea Nacional, dado que no puede pasar leyes, es importante que el aparato del estado dé continuidad a Francia. El presidente es quien representa a Francia internacionalmente. Necesitamos que Macron lo siga haciendo. Hay que evitar añadir confusión a la confusión".
La agonía del final del segundo mandato
Macron es víctima del síndrome del segundo mandato en un sistema político que fagocita a quien está al frente. No es el primer presidente que aborda un segundo mandato en caída libre. Ahora ronda el 21% su popularidad. Hay un factor psicológico que apuntan algunos observadores. Macron se siente herido, incomprendido, injustamente valorado, pero convencido de que la República es él.
Según Abel Mestre, "suele haber fatiga. De Gaulle no terminó su segundo septenato (entonces el mandato era de siete años, ahora de cinco). Aunque hay diferencias sustanciales, ya que murió a los seis meses de dejar el poder. El fin de Mitterrand fue crepuscular. En las elecciones siguientes los socialistas se hundieron".
El historiador Pellistrandi, gran conocedor de España, subraya cómo en Francia la palabra crisis se ha impuesto. "Hay una depresión nacional. Macron representaba una esperanza en 2017 pero esa esperanza ha sido golpeada con la crisis de los chalecos amarillos, luego el Covid, y después la guerra. El balance económico es bastante malo y no sabemos hacia dónde ir. Si sumamos la extrema drena y la izquierda llegan al 50% de los votos. La violencia del debate público es increíble y describen un panorama desolador. Esa sensación de crisis cala. De hecho, no hay más eco en las calles porque estamos en pleno invierno".
El legado de Macron
El legado de Macron, si Marine Le Pen le sucede, será a corto plazo valorado con severidad. A medio plazo se recordarán las reformas que impulso en los primeros cinco años. Liberalizó las reglas del mercado laboral, redujo los impuestos y atrajo importantes inversiones extranjeras. Pero no se dio cuenta de la reticencia al cambio de una sociedad acostumbrada durante siglos a que este Estado extremadamente centralizado satisfaga todas sus necesidades. La reforma de las pensiones es para muchos franceses anatema y la izquierda no descarta acabar con ella.
Macron también ha sido víctima de su propio éxito. Su movimiento surge gracias a lo que logró arrancar de los dos partidos tradicionales, socialistas y los neogaullistas (Republicanos). Pero al debilitarlos se quedó sin socios moderados fuertes a izquierda y derecha, y provocó que los extremos crecieran.
De alguna forma, Francia es una monarquía sin rey. Siempre se dice que el presidente es como un rey republicano. Macron está en su torre de cristal. En Notre-Dame, como gran maestro de ceremonias, se ve en su papel. En su trono. Es allí donde se escribe la historia. Y la suya aún está por cerrarse. En 2032 tendrá 55 años y podría volver a presentarse.
"Notre-Dame nos dice que nuestros sueños, incluso los más audaces, sólo son posibles gracias a la voluntad de cada uno y al compromiso de todos". Con su vida y su trayectoria política, Macron ha demostrado que es capaz de soñar lo imposible. Ahora es el momento de demostrar esa audacia.
Te puede interesar
2 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
- 1 La fiscal Superior de Madrid, al juez: "Había que desmentir la información falsa... sin dar ningún dato de González Amador"
- 2 El fiscal que investiga al novio de Ayuso, al juez: "No he filtrado ni de este proceso, ni de ningún otro en los 19 años que llevo ejerciendo"
- 3 El precio del tabaco vuelve a subir: estos son los nuevos precios
- 4 La verdad de los hechos y el relato de García Ortiz
- 5 Podemos arremete otra vez contra la ministra "rentista"
- 6 La mujer que plantó 5.000 árboles en el Retiro sin que nadie se enterara
- 7 Un viejo conocido del ‘zapaterismo’ y un canal para Prisa
- 8 Hellcat: el extraño grupo de hackers que ha atacado a Telefónica
- 9 El sanchismo le da al whisky
hace 1 mes
Mientras se siga con esta política de acogida de extranjeros con los brazos abiertos y con más derechos que los nacionales Europa no levantará cabeza, se está asfixiando en impuestos al ciudadano para que los políticos de turno se lo lleven ellos o lo repartan a los inmigrantes
hace 1 mes
La gacetillera golpista soltando sus habituales idioteces.
¿Cuál va a ser el legado del enano masón globalista?
– unas finanzas desastrosas, con el déficit y la deuda disparados.
– una inseguridad, delincuencia y criminalidad rampantes.
– El empobrecimiento de la población sometida a una presión fiscal asfixiante.
– la irrelevancia en el exterior, sustituida por la influencia rusa y china en sus ex-colonias de África.
Por mucho que pretendan apartar a Le Pen de forma fraudulenta por un caso muy menor comparado con los escándalos de corrupción de Sarkozy o Chirac, eso no impedirá la llegada de RN al poder más tarde o más temprano.
¿Y éste era el «gran reformador», «la esperanza de Europa», «el hombre que iba a salvar a Francia y Europa», como decían los medios globalistas? Un presidente odiado profundamente en su país … ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja